La fuerte presión de la industria de las golosinas y los productos ultra procesados, que tiene en Córdoba a sus dos grandes jugadores, Arcor y Georgalos, no logró tumbar la ordenanza que obligará a los supermercados y cadenas de farmacia a no exhibir esos productos en la línea de cajas.

La discusión de la norma tuvo para la industria una derrota en el plano legislativo y en el comunicacional: durante varios días, medios y principales comunicadores repitieron un mensaje: esos productos, los llamados ultra procesados, con altos niveles de grasas trans, no son saludables. Tras la sanción de la ordenanza en el Concejo Deliberante capitalino, concejales de distintas ciudades copiaron la iniciativa.

Como un efecto dominó, la prohibición de exhibir golosinas en el sector de pago de grandes superficies y cadenas farmacéuticas comenzará a discutirse en Río Cuarto, San Francisco, Jesús María y Alta Gracia, ciudades donde se presentaron proyectos similares al sancionado por el Concejo Deliberante de Córdoba Capital; sobre el cual la industria usó todo su poder de fuego para frenarlo.

En general, los autores de las iniciativas en el interior provincial son concejales de Juntos por el Cambio de las ciudades citadas, pero también ediles del peronismo. Por ahora, la industria de alimentos no fue contra ellos, como ocurrió en Córdoba, donde el autor de la iniciativa, Juan Pablo Quinteros (Encuentro Vecinal), recibió varias cartas de los fabricantes de golosinas y otros productos ultraprocesados. "Si acá presionar por correr 3 metros una góndola presionaron así, no quiero imaginar la presión que ejercen sobre los diputados nacionales que tienen que tratar la ley de etiquetado frontal", dijo Quinteros a LPO.

La Cámara de Industriales de Productos Alimenticios, que incluye a Arcor, Georgalos, Pepsico, Kelloggs y Unilever, entre otras marcas, advirtió en una de las misivas que "el proyecto de ordenanza carece de razonabilidad y proporcionalidad (...), razón por la cual solicitamos descartarlo, toda vez que el mismo es contrario a la Constitución Nacional".

En ese sentido, los industriales señalaron que "de aprobarse (con finalmente ocurrió), acarreará un sinnúmero de reclamos judiciales cuestionando la validez constitucional, teniendo como consecuencia directa un significativo dispendio jurisdiccional y eventualmente un perjuicio para la Ciudad de Córdoba".

El Concejo Deliberante de la capital provincial cedió en la redacción final de la ordenanza al establecer que sólo está autorizada la comercialización en las líneas de caja de frutas, frutas secas y productos sin TACC, y evitó mencionar a los productos ultra procesados o la palabra "golosinas"; pero el impacto negativo que estos tienen en la alimentación quedó instalado en el debate al fijarse que deben exhibirse a no menos de 3 metros de la línea de cajas.

En ese contexto, la concejala de la ciudad de San Francisco Cecilia Roffé, impulsora de una iniciativa similar, que busca "reducir el consumo impulsivo de golosinas, snacks y bebidas azucaradas, que hasta el momento se promueve con la disposición actual". "No recibimos presiones todavía, pero entendemos que es un debate que debemos dar en nuestra ciudad", dijo Roffé a LPO.

Legislaciones similares impulsará en Río Cuarto la concejala radical Mariana Giorgetti, quien ingresará el proyecto en los próximos días; la jefa de la oposición en Jesús María, Mariana Ispizua (responde al diputado nacional del PRO Gabriel Frizza); y el titular del bloque oficialista en Alta Gracia, Pedro Spinetti.

Spinetti dijo que además de la reglamentación respecto de la exhibición de golosinas en supermercados, la propuesta del Concejo Deliberante es que la Municipalidad realice una "campaña de concientización y una fuerte capacitación en establecimiento escolares" de los daños que trae a la salud la alimentación no saludable. "Nuestra propuesta tiene a la alimentación sana como eje", dijo Spintetti.