El gobernador Mariano Arcioni, que junto al aniversario de la muerte de Mario Das Neves, cumplirá cinco años al frente de la provincia hoy lunes, firmará en las próximas horas el decreto que fijará las elecciones de gobernador, legisladores e intendentes de la provincia para el 27 de octubre de 2023, fecha en que además elegiremos presidente de la Nación. No votaremos por todos los intendentes de la provincia ese día. Probablemente, algunos que cuentan con Carta Orgánica local preferirían desdoblar sus propias elecciones, como haría Adrián Maderna en Trelew.

El decreto de convocatoria a elecciones generales en la provincia sería firmado por Arcioni esta semana o más tardar, la próxima. Tendrá antes una conversación con Sergio Massa, quien además de ministro de Economía, es el principal referente del Frente Renovador. Massa y el Gobernador de Chubut ya hablaron del calendario electoral el jueves por la noche. En los corrillos políticos cuentan que el tigrense le habría pedido al gobernador que por favor no se despegue del calendario electoral nacional.

La idea de Arcioni es cortar de cuajo las especulaciones sobre las fechas. «Y que las reglas de juego ya estén claras», dicen en el gobierno. Queda pendiente la aprobación (o no) de las elecciones PASO en Chubut. Ya está en la legislatura el proyecto para eliminarlas, y sería aprobado en el mes de noviembre, que empieza mañana. No se trató en la semana que pasó, porque el PJ estuvo inquieto con el tema.

La fijación de la fecha conjunta va a contramano de lo que venía pidiendo Juan Pablo Luque, el poderoso intendente de Comodoro y uno de los contendientes internos -hasta ahora- del peronismo para competir por la gobernación. El otro, es el vicegobernador Ricardo Sastre, que también quería adelantar. Ya se sabe que no van a competir ni en PASO ni en internas. Si no logran un acuerdo entre ellos, se enfrentarán desde partidos distintos, lo que lleva al peronismo, panperonismo, kirchnerismo, aliados, Frente Renovador, a otro dilema: Si la fecha electoral es unificada, todo el peronismo y los partidos que acompañan a Arcioni y Sastre, deberán unificarse en un frente para poder tener candidato a presidente. Por el Código Electoral Nacional, el presidente no puede «avalar» más que a un frente electoral por distrito.

Esto quiere decir que si Luque y Sastre van divididos y se enfrentan en una elección general, sólo uno de ellos podrá llevar tanto al candidato a presidente (Sergio Massa o el que sea), como a la lista de diputados nacionales, que tal parece encabezaría el propio gobernador. «Arcioni debe ser parte del armado», dijo hace pocos días Carlos Eliceche. Luque y Sastre querían adelantar, para «quitarle» a JxC la posibilidad de llevar a un candidato a presidente fuerte y con chances de ganar en la boleta. Y provincializar la elección.

Para tratar de unificar...

...posiciones, habría una «cumbre» entre Mariano Arcioni, Sastre, Juan Pablo Luque, y varios dirigentes más del peronismo y sería esta semana. Se sabe que las relaciones entre el gobernador y varios dirigentes del PJ es muy mala. El podio de los «menos queridos» en el grupo de gobierno lo ocupan Carlos Linares, Adrián Maderna y Gustavo Mac Karthy, aunque no necesariamente en ese orden. Ni tampoco, por las mismas razones. Además, en los últimos encuentros entre Juan Pablo Luque y Arcioni, por ejemplo, no se habló ni una palabra de política. Como sea, el gobernador no quiere más presiones por la fecha electoral. Las va a unificar, y seguirá «militando» su propia candidatura a diputado nacional... y quedará por ver aún cómo se define la candidatura a gobernador de un espacio «unificado».

Es decir que en la agenda urgente del peronismo y sus aliados, una vez conocida la fecha deben decidir: cómo eligen candidato a gobernador, qué día se vota a intendente en las ciudades con carta orgánica, cómo se van a financiar los procesos internos, y un «esbozo» de la lista de diputados nacionales.

La de legisladores provinciales quedaría a criterio de cada competidor en un peronismo que amaga a atomizarse. Ya apareció un precandidato más a la gobernación, Exequiel Villagra, los camioneros quieren hacer su propia lista, y seguirán las firmas hasta 2023.

Por lo que se ve, en «los oficialismos» y sus aliados tienen mucho que definir, antes del Mundial de Fútbol que empieza en 20 días. En una semana política intensa que empezó el fin de semana anterior en Comodoro con la Expo Industrial en la que estuvieron todos, ahora el que toma la iniciativa es Arcioni, fijando la fecha electoral.

Este escenario de fecha unificada...

...repercutirá también en Juntos por el Cambio, que vienen de compartir la fiesta radical por los 39 años de democracia, en Costa Salguero. Hubo críticas de radicales poco afectos a acordar con el macrismo, especialmente del alfonsinismo, a la participación de dirigentes del PRO en el evento. También hubo mucha presencia chubutense tanto del radicalismo «oficial», como del que acompaña a Ignacio «Nacho» Torres, el senador chubutense del PRO, en la carrera por la gobernación. Además de Damián Biss que es el presidente del partido, estuvieron Gustavo Menna, Luis Juncos, dirigentes de la juventud, el ex gobernador Carlos Maestro, entre otros, más los que fueron con Torres, que pasó por el lugar y se habría retirado luego de una promocionada foto con Maestro.

Entre los radicales que se quejaron apareció en Twitter Federico Polak, aquel que fuera presidente del Banco del Chubut en gestiones radicales. «Cuesta imaginar a Alfonsín celebrando el regreso de la democracia en un acto en Costa Salguero -el lugar donde nacieran el bailecito y los globos- y no en la 9 de Julio, en Ferro o en el Luna Park. Menos aún acompañado por referentes del PRO, por muy respetables que sean», escribió. Igual, lo que para muchos de los asistentes quedó claro, es que Gerardo Morales y Martín Lousteau están trabajando en «tandem» con Horacio Rodríguez Larreta. Por eso hubo tantas críticas a Macri en el acto. Y a Facundo Manes, lo habrían «ninguneado». El neurocientífico que quiere ser presidente no habría aceptado ir a la segunda fila ni quedarse afuera de los oradores. Y decidió no ir.

«Perla negra» para la locutora oficial del evento, que pronunció mal varios apellidos, entre ellos, el de Mario Cimadevilla, destacado como uno de los protagonistas de 1983.