Un informe publicado este viernes por la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha analizado el papel de los comportamientos y los contextos culturales en las prácticas de gestión de los residuos, y cómo estos repercuten en la salud y el bienestar.
El informe examina el rol de la cultura en la generación y gestión de los residuos sólidos urbanos (a diferencia de los residuos industriales o las aguas residuales) y cómo influye en las condiciones de salud y bienestar.
Asimismo, el documento subraya la importancia de "reformular" la gestión de los residuos como una "práctica significativa" a nivel individual, comunitario y nacional. Utilizando historias de casos y ejemplos de buenas prácticas de los Estados miembros de la OMS, muestra cómo las estrategias de reducción, reutilización y reciclaje son a menudo prácticas culturales "profundamente arraigadas".
"La perspectiva cultural puede utilizarse para comprender las percepciones y experiencias de las desigualdades, y para adaptar las intervenciones al contexto que tienen más probabilidades de éxito en la reducción de los daños y la promoción de la salud y el bienestar", detalla la OMS.
Así, apuntan que prestar atención a las diferencias entre culturas y dentro de ellas "puede revelar múltiples puntos de intervención significativa". "Es importante que las normativas, las leyes y los incentivos tengan en cuenta los contextos culturales que afectan a la generación previa de residuos (culturas de consumo y desecho a gran escala) y a la gestión posterior de los mismos (eliminación, recuperación, reciclaje, etc.)", insisten al respecto.
Por todo ello, el informe destaca la importancia de involucrar a las personas y las comunidades en la elaboración de políticas sobre residuos para promover la salud y el bienestar.
Comentá la nota