La compañía investiga desde hace años cómo hacer sus envases más sostenibles y ya trabaja en un prototipo de botella fabricada con material 100% reciclable
Los envases son esenciales para transportar alimentos y bebidas de forma segura. Pero también soportan una huella de carbono en base a su impacto medioambiental, derivado de su fabricación, distribución, gestión y reciclado. Por ello, es crucial que los envases se diseñen para ser circulares y tener el mínimo impacto ambiental en todo su ciclo de vida, si no, pueden acabar dañando la naturaleza.
Por eso, en 2020, Coca-cola renovó su compromiso y se propuso reducir las emisiones en toda su cadena de valor en un 30% para 2030 (respecto a 2019). ¿El objetivo final? Convertirse en una empresa cero emisiones netas en 2040. Una meta validada por Science Based Target Initiative (SBTI), en línea con el Acuerdo de París, que persigue que el calentamiento global no sobrepase los 1,5°C.
En la actualidad, los envases representan el 40% del total de la huella de carbono de la cadena de valor de Coca-cola. Por tanto, para cumplir con el objetivo de alcanzar la neutralidad en 2040, es fundamental trabajar en la sostenibilidad de los envases. «Cerrar el círculo» de los residuos o, en palabras de la compañía: «Que una botella de Coca-cola pueda convertirse en otra botella de Coca-cola».
Una botella 100% sostenible
Esta máxima ha dirigido los pasos de Coca-cola hacia la eliminación del material virgen en la producción de sus envases. En este sentido, la compañía ya ha planificado cómo será la botella del futuro: un recipiente mucho más ligero y, sobre todo, 100% reciclable. No se utilizarán tintes para dar color a la botella, lo que facilitará su posterior transformación. También incorporará mejoras de ecodiseño, como el tapón, que irá adherido a la botella para que no se pierda y, así, asegurar su reciclado. El etiquetado incorporará mensajes de apoyo al reciclaje que indicarán que la botella está elaborada con material 100% reciclado.
Y lo más importante: estará confeccionada con un solo material, lo que facilitará su transformación y reutilización. En cuanto a su composición, presentará entre un 70 y un 80% de PET procedente del reciclaje mecánico de polímeros; un 20-30% de PET procedente de tecnologías de reciclaje por despolimerización; y un 0-10% de PET de fuentes renovables.
Hasta ahora, existe un número concreto de veces en las que el plástico puede ser reutilizado de una botella a otra. Investigaciones del sector apuntan que el PET puede ser reciclado de forma mecánica unas 5 o 7 veces antes de que pierda la rigidez necesaria para convertirse en una botella.
Por este motivo, Coca-cola está invirtiendo en nuevas tecnologías que aumenten las fuentes de PET reciclado, como la colaboración con la startup de reciclaje por despolimerización Cure Techonologies.
Reducir, reciclar y reutilizar
Hasta que la botella del futuro sea una realidad, Coca-cola actúa en cuatro frentes para fomentar la circularidad de sus envases. El primero: eliminar materiales y envoltorios innecesarios. En este sentido, la compañía comenzó a aplicar el sistema «Cancollar» el año pasado, convirtiendo a España en el primer país de Europa en hacerlo.
Se trata de una solución innovadora que permite agrupar packs de latas con cartón reciclable, sin usar pegamentos ni adhesivos, lo que se traducirá en la eliminación eliminación de 4.000 toneladas de plástico a finales de 2021, según las cifras de la compañía.
El segundo eje consiste en reducir el plástico virgen. El fin último es que todas las botellas de Coca-cola estén 100% hechas de material reciclado o renovable, con lo que se conseguiría eliminar hasta 200.000 toneladas de plástico virgen al año, en Europa Occidental. En España, todas las de bebidas sin gas y zumos contienen ya un 50% de PET reciclado y, el resto, un 25%. El objetivo para el año que viene es que todos los envases pasen a tener ese 50%. El 100% ya se ha alcanzado en la línea de aguas Smartwater.
La tercera línea de actuación de la marca es recoger un envase por cada uno que vendan. Para ello, se apoya en campañas de sensibilización para inspirar al reciclaje. Asimismo, cuenta con el programa «Mares Circulares» para limpiar costas, fondos y espacios marinos de España y Portugal. En sus tres ediciones, han recogido más de 1.150 toneladas de residuos gracias a más de 14.000 voluntarios.
El último frente consiste en apostar por modelos de envases rellenables y máquinas de dispensado. Pero, a nivel interno, Coca-cola también reutiliza. Y así, por ejemplo, las botellas de vidrio se recuperan y se vuelven a rellenar para el sector hostelero. De hecho, una botella de este tipo puede reutilizarse unas 25 veces antes de ser reciclada. Alrededor del 27% de los envases que Cocacola produce en España son rellenables.
En un mundo en el que cada vez somos más conscientes de la urgencia de proteger el medioambiente, es esencial que los residuos vuelvan a convertirse en materia prima y tengan una segunda vida. Para que esto ocurra, es necesario que las grandes compañías apuesten por la economía circular, la inversión en innovación de materiales y el ecodiseño. El objetivo final es que el problema de los plásticos y la huella de carbono que generan pase a ser una cosa del pasado y que, en el futuro, se ofrezcan al consumidor envases totalmente sostenibles.
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