Cristina llamó para felicitarlo. El PJ oficial, que tuvo el respaldo del vicegobernador, entró tercero, lejos.
Obtuvo el 46.42% de los votos con el MUPP (Movimiento Unión Partido Pinamar), casi nueve puntos arriba de la candidata de la UCR y del Acuerdo Cívico y Social, Mercedes Taurizano. La mujer fue a saludar al ganador a su búnker, también Scioli y el intendente que suplantó a Porreti, el empresario Rafael De Vito. Pero allí no se vio a ningún dirigente del PJ bonaerense, ni de la sección ni del distrito.
Es que de fondo hubo una disputa entre Scioli y su vicegobernador, Alberto Balestrini. En medio del verano, el gobernador llegó a Pinamar y se mostró en un café en pleno centro con su candidato, Altieri ("Desde ese día hablamos por teléfono casi todos los días", le dijo ayer Scioli a Clarín), pero su vice, además presidente del PJ Buenos Aires, avaló desde un primer momento la candidatura de Roberto Porretti. Pero el cuestionado funcionario debió declinar su candidatura apenas 48 horas antes del cierre de listas: la Justicia revocó su sobreseimiento y volvió a investigarlo por extorsión.
Lejos de dar un golpe de timón, Balestrini siguió su curso y estuvo presente en Pinamar en el lanzamiento de la candidatura de Roxana Di Pascuale, que tomó el lugar de Porreti. A la candidata del PJ/Frente para la Victoria no le fue bien: sacó el 11,51% de los votos.
Pero para Daniel Scioli no se trató de ninguna interna. "Fue -le dijo a este diario- una estrategia electoral consensuada". Así y todo, en el búnker de Altieri no apareció nadie que representara a la pata de la táctica electoral.
Nadie se atribuyó a los encuestadores apostados en las escuelas haciendo relevamientos a boca urna. Pero los hombres estaban allí, tomando nota, y al parecer con datos certeros. Apenas diez minutos después de las seis de la tarde, Blas Altieri entró triunfante al Hotel del Bosque. Scioli lo felicitó por la victoria.
Se encaminaron a la casa prefabricada sede del MUPP, y allí se festejó cuando al jefe de gabinete Germán Pérez le avisaron que con el 100 por ciento de los votos contados, Altieri era el ganador. Un instante después, sonó el teléfono del gobernador que cada tanto chequeaba la pantalla como si esperase una llamada importante: era la presidenta Cristina Kirchner que llamó para felicitarlos.
Blas Altieri gobernó Pinamar ininterrumpidamente desde 1991, siempre con el vecinalismo, pero en esos años forjó una sostenida amistad con Carlos Menem. Es lo que algunos dirigentes del kirchnerismo no le perdonan. En esos años, Altieri también trabó amistad con el empresario Alfredo Yabrán.
El de ayer, fue un día caluroso en Pinamar y de playa. Por eso la mayoría fue a votar a último momento. Casi todos los comercios permanecieron cerrados al menos hasta que cerró la elección, y en las escuelas donde se votó no hubo colas. El sistema de voto electrónico, que por primera vez se aplicó en una elección completa, hizo el acto ágil y discreto (ver página 7.). Votaron 10.967 personas de las 17.493 empadronadas. Después de Altieri se encolumnaron la radical Taurizano, que en medio de la campaña recibió los apoyos de los diputados Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín y del presidente de la UCR, Ernesto Sanz, y obtuvo el 38,22% de los votos; la kirchnerista Di Pascuale, con el 11,51% y con el 3,85% Carlos Cornide, del Movimiento Federal de Jubilados. Poco más del 2% votó en blanco.
El flamante intendente electo, de 60 años, que sabe de reelecciones, gobernará la comuna hasta diciembre del año que viene. Dice que esta fue una campaña breve (apenas duró tres semanas) pero no dura, y que además de "trabajar para reencausar a Pinamar", pronto arrancará con la campaña electoral de cara a los comicios de 2011.
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