Si bien los primeros carteles en aparecer fueron los de Guillermo Panaro y luego los del Frente para la Victoria con «Pisano - Bucca», no fueron pasacalles, sino carteles similares colgados en distintos alambrados de las circunvación de la ciudad, el que primero se subió a los palos fue José Gabriel Erreca.
Uno imagina una contaminación visual importante de acá a octubre, teniendo en cuenta que las listas que tendrán participación en las primarias de agosto serán 9, es muy probable que la mayoría salga con carteles y demás, todo de acuerdo a su presupuesto.
Y si tenemos en cuenta que carteles que formaron parte de la campaña 2011 todavía se encuentran instalados (ver avenida Bellomo), es de imaginar que aún pasado octubre van a seguir viéndose algunos carteles, pasacalles, pintadas y demás.
El pasacalles de erreca no tiene nada de particular, si no fuera por una frase que se lee debajo del «Erreca concejal» que reza «en Bolívar está mi vida», frase que el ex intendente no se ha cansado de repetir en innumerable cantidad de oportunidades.
A los pasacalles, pintadas y compañía habrá que sumarle la apertura de locales partidarios, algunos ya abiertos y otros por abrir, que ayudarán a la contaminación visual de acá a octubre con el tema político, algo que ayuda a meter a la gente (obligada) en el tema elecciones, ya que se chocarán en cada esquina con algún cartel partidario.
También empezarán, como en todas las elecciones, los cuestionamientos de qué espacio público se puede utilizar, qué postes, si la Cooperativa Eléctrica autoriza o no que se cuelgen de sus palos, al igual que Cablevisión o Telefónica.
Vendrán los tiempos de aquellos que ¿ceden? los tapiales para que los candidatos pongan sus nombres, y la posibilidad de que alguno que hoy tiene un local deshabitado pueda ganarse un alquiler de temporada política.
Las elecciones generalmente mueven dinero, en especial las ejecutivas; pero estas legislativas con 9 listas seguramente que van a meter varios pesos en el torrente circulatorio.
Si bien la gente tendría que votar por proyectos, calidad de candidatos y demás, la propaganda parece ser desde siempre un tema principal, no importa la cara del candidato (ahora va en las boletas) sino qué tan grande aparezca su apellido en una pared o un pasacalle.
Desde ahora y hasta fines de octubre tendremos que convivir una vez más con estos carteles, pasacalles y demás, que forman parte del folclore político que vivimos cada dos años.
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