Desde sectores políticos, empresariales y de consultorías mostraron cautela, un voto de confianza y alertaron un ajuste.
Un clásico argento: cada vez que se cambia un ministro de Economía, los nervios se tensan, los clavos se cortan, la saliva no puede pasar la garganta. Esa es la sensación que se detectó entre referentes empresariales, políticos y economistas sobre la salida anunciada por el Gobierno nacional del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, que para todos era coloquialmente el de Economía.
Los más audaces hablaron claramente de que se viene el ajuste pendiente y de un giro de Mauricio Macri hacia la ortodoxia para acelerar el gradualismo de Prat Gay. Los más prudentes le dieron un voto de confianza a la Casa Rosada.
Pablo Salvador, economista jefe de la Fundación Ideal, y Gustavo Reyes, de la Mediterránea en Mendoza, no dudaron en señalar que el cambio del Gobierno va hacia la ortodoxia económica y que a Alfonso Prat Gay le facturaron el anunciadísimo crecimiento que no llegó.
"El Gobierno nacional está buscando pasar a un gradualismo más rápido. A Prat Gay le critican que no se animó a bajar el gasto público. Él fue muy gradual porque si aplicaba un shock de medidas iba a perjudicar a mucha gente en un país donde la pobreza alcanza el 30%. Los que vienen son más técnicos y menos políticos, mientras que Prat Gay reunía ambas condiciones".
Por su parte, Gustavo Reyes, de la Fundación Mediterránea, señaló que "el ministro saliente tuvo un desgaste muy grande por muchas peleas internas con el resto de los miembros del gabinete económico. Estaba debilitado, con una inacción muy importante en la gestión y malos resultados en los últimos siete meses".
El mendocino Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria), una de las cuatro grandes del campo a nivel nacional, lamentó la salida de Prat Gay y manifestó su sorpresa.
Contó que ya había toda una agenda montada que ahora la tendrán que volver a debatir y programar con las nuevas autoridades.
"Nos sorprendió porque hace poco nos reunimos con el ministro y fijamos pautas de trabajo para ver el tema de la competitividad y del impacto fiscal. Teníamos muy buena relación con él. Ahora vamos a tener que esperar a los nuevos funcionarios para hablar todo de nuevo".
El diputado nacional kirchnerista Guillermo Carmona señaló que lo ocurrido es la demostración de que la política del presidente Macri "es un fracaso" y anticipó que ahora "se viene un ajuste muy fuerte para cerrar el déficit fiscal, que lo van a aplicar sobre los trabajadores estatales, sobre el gasto público y la disminución de las expectativas salariales para el próximo año".
Evaluó que la continuidad de Prat Gay hubiera conducido a los mismos resultados y señaló que "lo que urge es reactivar el mercado interno, para lo cual hacen falta políticas salariales que beneficien a los trabajadores y los sectores medios y limitar las importaciones para favorecer la producción nacional".
La vicegobernadora Laura Montero, quien fuera ministra de Economía de la provincia y experta en el tema cuando fue senadora nacional, dijo que "Prat Gay es una persona brillante que ya cumplió su misión y ahora son otros quienes tienen que tomar el desafío que se presenta hacia adelante".
Desde el sector vitivinícola, Eduardo Sancho, titular de Fecovita (Federación de Cooperativas Vitivinícolas) sólo dijo: "Son decisiones del Presidente. No opinamos ni a favor ni en contra. Lo importante es reactivar la economía lo antes posible".
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