Todavía no asumió como jefe de asesores de la Presidencia pero el exCEO Antonio Aracre ya genera resistencias dentro y fuera del Frente de Todos. Pablo Moyano salió a cruzarlo desde las redes y hay una junta de firmas para frenar su designación
Todavía no asumió como jefe de asesores de la Presidencia pero el exCEO Antonio Aracre ya tuvo una bienvenida áspera al Frente de Todos y al escenario político en general. Desde los gremios, los movimientos sociales y sectores ambientalistas salieron a cuestionar al empresario por algunas ideas que deslizó y las sospechas sobre la agenda de intereses que representa luego de su paso por una de las grandes empresas globales del agronegocio, Syngenta.
Lejos de amedrentarse, el futuro jefe de asesores de Alberto Fernández sigue adelante con su decisión y utilizar Twitter -su herramienta de comunicación predilecta- para seguir fijando postura sobre los diversos temas, desde el ataque bolsonarista en Brasil el domingo hasta la inflación. "Otro mes que se perfila un IPC menor al 5% consolidando la desaceleración inflacionaria que permitirá la recuperación del salario. Con el mérito de no acudir a una ortodoxa recesión para lograrlo. En los últimos dos años habremos crecido cerca de un 17% nuestro PBI. Res non verba", tuiteó el exCEO
El último en marcarle la cancha fue el triunviro de la CGT y número dos de Camioneros, Pablo Moyano, quien lo cruzó por la idea de Aracre de poner en debate la situación laboral en Argentina. "Siga soñando Aracre con llevar adelante una reforma laboral. Nuevamente el gremio de camioneros con Pablo Moyano, Hugo Moyano y un montón de organizaciones gremiales vamos a rechazar cualquier intento de reforma laboral".
Moyano no apeló a las metáforas a la hora de marcarle la cancha al empresario. "Salí a la calle hermano, pelate el culo como se lo pelan los trabajadores camioneros dejando a su familia días y días para llevarse un mango más a su hogar", lo apuró a través de un mensaje de audio en las redes sociales de Camioneros luego de una serie de consultas que recibió en la asamblea de su gremio.
Aracre tuiteó el fin de semana para intentar bajar los decibeles. "Frente a algunas consultas periodísticas respecto a pensar nuevos mecanismos de inclusión al mercado del trabajo lo he dicho a título personal y el presidente Alberto Fernández no piensa ni cree necesaria una reforma laboral", sostuvo
"Mi intención fue proponer un debate pensando en que los muchos millones de argentinos que hoy tienen un trabajo informal y precario puedan acceder a uno que les garantice una obra social, jubilación y paritarias SIN que se modifiquen los derechos adquiridos del resto", aclaró.
Aracre había sugerido, en algunas declaraciones en los medios tras la foto que compartieron con el Presidente Alberto Fernández para oficializar su próxima incorporación al Gobierno desde febrero, que le parecía importante avanzar sobre una serie de puntos clave que recompongan el diálogo político en la Argentina entre los diversos sectores.
"Pensando en qué puede llegar a ser interesante para Juntos por el Cambio para que accedan a sentarse en una mesa de diálogo, a pesar de las disputas que existen en otros temas, (creo que) podría ser una modernización laboral para pibes menores de 30 o adultos mayores de 50 con dificultades para insertarse en el mercado de trabajo", comentó en CNN. Desde el mundo gremial interpretaron sus palabras como un eufemismo de reforma laboral y flexibilización.
"Cuando nací mi viejo trabajaba 14 horas por día en un taxi y mi vieja cosía de noche para ayudar con los estudios de mis hermanas y míos. Este país me dio todo y me acerco a la política para que los pibes recuperen la esperanza de la movilidad social ascendente que tuve yo", le contestó Aracre en las redes sociales.
CRÍTICAS AMBIENTALES
En simultáneo, desde el ambientalismo y organizaciones sociales no vinculadas al oficialismo, circularon una carta pública con más de 15 mil firmas en contra de la designación de Aracre por entender que lleva a la Rosada una agenda relacionada con los agronegocios que denuncian públicamente por su impacto.
En específico, aluden a su paso por Syngenta, la empresa de origen chino, donde se desempeñó durante 36 años y llegó a ser su CEO los últimos 12. Lo describen como la "puerta giratoria" entre el mundo privado y público "garantizando así políticas públicas benéficas para las corporaciones". "Este caso nos recuerda al de Juan José Aranguren, que fue CEO de la petrolera Shell desde el 2003 al 2015, año en el que fue nombrado como Ministro de Energía de la Nación en el gobierno del presidente Mauricio Macri hasta junio de 2018", desliza la misiva.
La carta consigna que en la mayoría de los países esta práctica está sujeta a limitaciones o es considerada directamente un delito y que dentro de la legislación argentina puede enmarcarse en la Ley 25.188 de Ética en el ejercicio de la función pública donde se configuran las causales de incompatibilidad para quienes, por caso, han dirigido -en los últimos tres años- una empresa que realice actividades reguladas por el Estado.
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