Más allá de la reunión en el Sur del ex presidente y el jefe de Gobierno, comenzó la competencia presidencial en el PRO. Qué piensa el ex mandatario. Las dificultades para reforzar los equipos. La rebeldía del interior ante el “avance porteño”
“No hay 2023 sin 2021″, decía Mauricio Macri el año pasado, antes de las elecciones legislativas, para graficar su idea de que la oposición primero debía ganar en las urnas para aspirar a volver al poder. Pero el ex presidente no dijo nada sobre 2022 y quizá por eso algunos de sus colegas partidarios ya se lanzaron anticipada y extraoficialmente esta semana para la competencia presidencial del año próximo. ¿Se adelantarán también las peleas y las tensiones en el PRO y en Juntos por el Cambio?
Horacio Rodríguez Larreta puso en marcha el martes pasado una Mesa Nacional con Diego Santilli, Jorge Macri y Cristian Ritondo (a la que podría sumarse Emilio Monzó), dirigida a apuntalar su proyecto de llegar a la Presidencia, mientras sus operadores comenzaron a sondear dirigentes del interior para comprometerlos a sumarse a su armado político. Y Patricia Bullrich saldrá de gira desde este lunes por la costa atlántica y otros puntos de la provincia de Buenos Aires, acompañada -nada casualmente- por uno de los más estrechos allegados a Macri, el diputado nacional Hernán Lombardi, entre otros.
“No voy a ser prescindente”, le confió el ex presidente a sus colaboradores al referirse a la interna en el PRO para elegir al candidato a suceder a Alberto Fernández. ¿Qué significa esa frase? ¿Que se definirá por Rodríguez Larreta o por Bullrich? Macri ya advirtió que quiere, como el año pasado, que las postulaciones se definan en las PASO. Y cree que ese escenario le dará más poder para incidir porque, a último momento, su apoyo a uno u otro en un enfrentamiento interno reñido será determinante.
Será uno de los temas sobre los cuales, seguramente en términos menos drásticos, conversarán hoy Macri y Rodríguez Larreta en el country Cumelén, en Villa La Angostura, donde coincidieron en sus vacaciones. Ya se cruzaron varias veces en los últimos días (el jefe de Gobierno se aloja en la casa de su amigo Luis “Toto” Caputo, la misma donde vivió el ex presidente cuando conoció el lugar, en 2011), pero organizaron para este sábado un encuentro a solas para repasar temas políticos y económicos. De allí seguramente surgirán definiciones sobre los pasos de Larreta y sobre la actitud que tomará Macri ante la disputa presidencial.
Hasta ahora, las señales parecen indicar que Macri busca que Bullrich pueda equilibrar la fuerza que le dan a Rodríguez Larreta el aparato del gobierno porteño y su mayor predicamento en el establishment del Círculo Rojo. Así se entendería que, como anticipó Infobae, le haya dicho a un grupo de dirigentes del PRO: “Sostengamos a Patricia. Es muy importante que llegue con posibilidades a 2023″. El ex mandatario, además, se atribuye en la intimidad haberla ayudado a aparecer más en algunos medios periodísticos y haberle “cedido” a alguien de su entorno más próximo como Lombardi para reforzar a su equipo.
Cerca de Macri afirman que tanto a Larreta como a Bullrich les aconsejó sumar figuras políticas de mayor peso para enriquecer sus equipos ante el complejo desafío político que tienen por delante. “Yo los tuve a Horacio (Rodríguez Larreta), a María Eugenia (Vidal), a Marcos (Peña), a (Jaime) Durán Barba. Deberían pensar si en sus equipos tienen a la gente indicada que les permita llegar y mantenerse en la Presidencia”, comentó el ex mandatario en su entorno acerca de la recomendación que les dio a ambos.
Después de ese consejo, casualmente (o no), Rodríguez Larreta sumó a Jorge Macri a su gabinete como ministro de Gobierno y esta semana lo incorporó a su armado político nacional, y lo mismo haría con Monzó y dirigentes de peso del interior. Y Bullrich está a punto de iniciar una gira con aires proselitistas en la que se mostrará con Lombardi, el filósofo Santiago Kovadloff, los intendentes Guillermo Montenegro (Mar del Plata) y Javier Iguacel (Capitán Sarmiento) y el médico Carlos Kambourian.
Aun así, el rediseño de los equipos de cada uno no es tan sencillo. Por ejemplo, Monzó tiene una gran relación con Rodríguez Larreta, pero aún medita la oferta de sumarse a su Mesa Nacional porque el jefe de Gobierno tiene un estilo de conducción radial, donde cada colaborador tiene peso propio, y el ex titular de la Cámara de Diputados, según confiesa, está acostumbrado al papel protagónico y la autonomía para hacer política que le daba Macri durante el gobierno de Cambiemos.
En el caso de Bullrich, hay dirigentes que imaginan roces porque la presidenta del PRO a veces delega las mismas tareas en más de un asesor. Algunos mencionan el caso de los proyectos laborales, donde, por un lado, prepara propuestas el sindicalista farmacéutico Marcelo Peretta y, por otro, el abogado Horacio Pitrau, ex secretario de Trabajo de la gestión de Jorge Triaca, que trabaja junto con Javier Tizado, ex ministro de Producción del gobierno de María Eugenia Vidal. El ex funcionario nacional ya se integró al equipo de temas económicos y laborales de la Fundación Pensar, la usina de ideas del PRO, y ganó espacio en desmedro del que mantenía en este rubro el larretista Ezequiel Jarvis, subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio de la Ciudad.
Lo mismo puede suceder en el despliegue de ambos precandidatos en el interior. Santilli mantiene sigiliosos contactos con referentes provinciales como Luis Juez en Córdoba, Rogelio Frigerio en Entre Ríos y “Nacho” Torres en Chubut para unirlos al proyecto larretista. El mismo objetivo tiene previsto Bullrich. Pero el jefe de Gobierno y la ex ministra de Seguridad todavía no saben con exactitud el movimiento que se está gestando en casi todo el país dentro el PRO para ponerle un freno al “avance de los candidatos porteños”: son unos 30 diputados y senadores nacionales, presidentes de distrito, intendentes y legisladores nacionales que están organizando un encuentro en febrero para coordinar una misma estrategia que les dé fuerza a los intereses del interior.
Por ahora ajenos a la “rebeldía” provincial que se está gestando, Larreta y Bullrich mantienen sus planes de incursionar en cada distrito del país. Santilli, que no dejó de recorrer el territorio bonaerense, estuvo ayer en Mar del Plata con el intendente Montenegro, el senador provincial Alejandro Rabinovich y concejales del PRO de la Quinta Sección Electoral, pero desde la Mesa Nacional larretista planean definir un cronograma de visitas y contactos que hará el jefe de Gobierno en cada provincia.
La jefa del PRO se le adelantó: este lunes arrancará una gira casi de campaña por más de 10 localidades de la provincia de Buenos Aires, que incluirá ciudades de la costa atlántica y otras de impronta agrícola como General Madariaga y Balcarce. Su viaje la llevará primero a Chascomús y seguirá en General Lavalle, Santa Teresita, Mar de Ajó, San Bernardo, General Madariaga, Pinamar, Villa Gesell, Mar de las Pampas, Mar del Plata, Miramar y, por último, Balcarce. En todos los casos habrá caminatas y charlas con vecinos, empresarios, comerciantes, jóvenes, mujeres y dirigentes del PRO, además del encuentro que se denomina “Nuestras Ideas. Recuperar la República”, que se hará en Pinamar y donde Bullrich reflexionará junto con Kovadloff y el intendente Martín Yeza.
Será casi un lanzamiento de la candidatura presidencial de Bullrich, así como el martes pasado empezó a funcionar la Mesa Nacional que promueve el proyecto “Larreta Presidente”. En ambos casos ninguno reconoce lo que es evidente y todos juegan en público a condenar a aquellos dirigentes que anticipan la carrera de 2023 cuando la gente tiene otras prioridades. Curiosidades de un 2022 donde ya se despliega el tablero de la decisiva pelea del año próximo. Falta mucho para volver a votar, pero no falta nada para que la dirigencia opositora se saque chispas para definir la figura con la que intentará regresar al poder.
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