A 50 años de la muerte de Juan Perón, el mapa del peronismo 2024

A 50 años de la muerte de Juan Perón, el mapa del peronismo 2024

El movimiento atraviesa su peor crisis. Diezmado en su poder territorial y hackeado por el discurso de Javier Milei. Qué ideas y liderazgos tiene para ofrecerle a la sociedad.

Por Gabriela Pepe.

Exilio, fusilamientos, 18 años de proscripción, luto y duras derrotas electorales. En sus casi 80 años de historia, el peronismo atravesó las crisis más profundas, pero tal vez ninguna como la que transita a medio siglo de la muerte de su líder, Juan Domingo Perón, con un poder territorial diezmado, ausencia de conducción y dificultades para interpelar al electorado, tras el golpe que le propinó la victoria de Javier Milei.

¿Qué es el peronismo hoy? ¿Qué tiene para ofrecerle a la sociedad en términos de ideas y de liderazgo? ¿Quién conduce? ¿A qué sujeto social le habla? ¿Quién puede volver a articular las piezas del gigante desarmado? ¿Tiene chances de volver a enamorar? ¿Los viejos símbolos todavía pueden conmover? Son preguntas que circulan en el electorado que quedó huérfano, en la sociedad desencantada y en la dirigencia que intenta reorganizarse, desconcertada frente a una derrota histórica.

La territorialidad perdida

En diferentes versiones, el peronismo gobierna hoy apenas siete provincias, con la curiosa particularidad de que solo cuatro están comandadas por mandatarios que se reivindican como férreos opositores a Milei. Formosa, La Rioja y La Pampa representan, sumadas, el 3,07% del padrón electoral. Gildo Insfrán, Ricardo Quintela y Sergio Ziliotto resisten, estoicos.

 

 

La cuarta es Buenos Aires, el distrito más grande del país, donde gobierna Axel Kicillof, uno de los pocos dirigentes que parece haber quedado en pie como referente nacional tras la catástrofe electoral. Su figura crece en tensión con el liderazgo indiscutido de Cristina Fernández de Kirchner y convive con la figura latente, ausente en público, del último candidato a presidente del espacio, Sergio Massa.

Los otros tres distritos peronistas son singulares. En Tucumán y Catamarca, lideran mandatarios que compitieron con la boleta de Unión por la Patria (UP) pero se acercaron al Gobierno. El tucumano Osvaldo Jaldo casi saltó al oficialismo. El catamarqueño Raúl Jalil aún no sacó los pies del plato. En Córdoba, gobierna el peronismo a la cordobesa, en versión antikirchnerista, en cabeza de Martín Llaryora.

Por primera vez en su historia el bloque peronista perdió la mayoría en el Senado y, con eso, la capacidad plena de condicionar al gobierno de turno. En Diputados, los 99 de la bancada que comanda Germán Martínez hacen fuerza, pero no lograr bloquear iniciativas oficialistas. Aunque se preservó la unidad, se impone la sensación de impotencia interna. Una diferencia abismal frente al poderío que tuvo en otros tiempos, cuando llegó a dominar 18 distritos y parió un sinfín de líderes nacionales.

“La gente está cansada de los peronistas, del peronismo, de los gobiernos peronistas”, sintetizó, con su estilo brutal, el exgobernador bonaerense Felipe Solá, en Futurock. ¿Este es el peor momento histórico del movimiento fundado por Perón? ¿Puede serlo aún más que los 18 años de proscripción? En el peronismo hay quienes dicen que sí porque, esta vez, la condena fue “autoinfligida”.

Coincidencias en medio del caos

A pesar de las diferencias y los reproches que no cesan, en el peronismo hay algunas reflexiones comunes que aparecen como base para una reorganización. Las distintas tribus buscan en la autocrítica de la última experiencia, el gobierno de Alberto Fernández, algunos de los motivos del naufragio.

La interna permanente entre las diferentes facciones del Frente de Todos (FdT) se anota en primer lugar. También, la falta de coincidencias sobre el plan de acción que debía desplegarse después de derrotar a Mauricio Macri y la ineficacia en el ejercicio del poder, frente a una sociedad agotada. “Siempre se le demanda al peronismo que sea eficaz. Bueno, no fuimos eficaces a la hora de reemplazar un modelo por otro”, definió esta semana Santiago Cafiero, primer jefe de Gabinete de Fernández.

“La estrategia de Cristina en 2019 fue impecable, ganamos. Pero nos juntamos solo para ganar la elección. No nos puede volver a pasar eso”, apuntan cerca de Kicillof. Para Nicolás Trotta, director de la Escuela Nacional Néstor Kirchner, la experiencia del FdT “no supo construir un diagnóstico común de cómo enfrentar los problemas estructurales”, no tuvo un plan económico claro y no consiguió la recuperación del ingreso de sectores formales ni informales. “La unidad es importante en términos electorales, pero tan importante como eso es la unidad de conceptos”, dice Trotta.

Las diferentes líneas económicas del peronismo parecen haber dado un primer paso en ese sentido este jueves. Convocados por el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno -que se convirtió en un sorpresivo articulador de unidad-, referentes de Kicillof, Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois se reunieron en el Palacio Barolo para unificar una propuesta. Tuvieron el apoyo externo del exiliado Miguel Ángel Pichetto, que tiene un diálogo fluido con Moreno y empezó a avanzar en algunos acuerdos subterráneos con el kirchnerismo en el Congreso.

El exsecretario de Comercio dijo que habían coincidido en la necesidad de “plantearle al pueblo argentino la reindustrialización de la patria”. Moreno es feroz en sus críticas hacia Fernández pero, sobre todo, a la estrategia política que “puso al peronismo detrás del progresismo” que, según su mirada, “tuvo un sesgo antiempresa” y no facilitó las condiciones para que la sociedad generara inversiones y se organizara en torno al trabajo, motor de la doctrina peronista.

“Fue el peor momento del peronismo, porque se le quitó credibilidad. Ahora estamos en un momento de ebullición. Se rearma la opción del peronismo para nuestro pueblo. ¿Qué mejor homenaje al General puede haber?”, se entusiasma María Lucila “Pimpi” Colombo, desde las filas morenistas.

Ya Pichetto había celebrado, en febrero, “algunos contenidos” del documento económico que publicó Cristina con críticas del gobierno de Milei. Mencionó temas como “actualización laboral” y “la construcción de reforma del Estado en términos de empresas mixtas”.

El del jueves fue el primer encuentro de economistas de distintos sectores del peronismo desde que el Partido Justicialista (PJ) armó una comisión con el mismo fin, post 2015. Se desarmó durante el macrismo por la falta de acuerdo sobre la conducción de Cristina. El debate todavía tiene vigencia y podrá empezar a definirse el 17 de noviembre, cuando el partido irá a elecciones internas. En los votos -o en el armado de la lista de unidad- se verá cuánto pesa cada nombre en el nuevo orden interno post derrota. ¿Cristina será presidenta del partido?

En las diferencias también hay otra conclusión compartida, que indica que la única posibilidad que tiene el peronismo de volver al gobierno es con un fracaso estrepitoso de Milei. ¿Qué puede hacer el peronismo? Estar listo por si la crisis lo requiere como alternativa de poder. Con qué nombres es una cuestión no resuelta. Más allá de Cristina, casi no creció el pasto en las generaciones intermedias. La voluntad y persistencia de dirigentes como Juan Grabois son la excepción.

Sergio Massa y Axel Kicillof, nombres sobre la mesa

Desde que invitó a "componer una canción nueva", Kicillof picó en punta en la construcción 2027, en medio de un tembladeral interno, en medio de tensiones con Cristina y con La Cámpora, la agrupación territorial más grande dentro del PJ, que encabeza Máximo Kirchner.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires intenta romper cerco y tiende puentes incluso por fuera del espacio partidario. En modo federal, visita gobernadores peronistas y acumula fotos con sus pares de Juntos por el Cambio, como Maximiliano Pullaro (Santa Fe) e Ignacio Torres (Chubut), y tiene un diálogo más que fluido con Llaryora. Por ahora no hay imágenes con el último.

Este lunes encabezará un acto en San Vicente, donde descansan los restos de Perón. Invitó a todos los referentes, incluida Cristina. Será imposible no ver allí parte de su plataforma de armado. También estará la CGT, que empieza a verlo cada vez con mejores ojos. Kicillof tuvo varios gestos de acercamiento a la central obrera, la “columna vertebral del movimiento”.

“Estamos acéfalos de conductor y el que pica en punta es Axel. Los que lo veían mal, ahora lo ven mejor. Cayó bien que se le plantara a Máximo”, dicen en el ala menos kirchnerista de la CGT. En el kicillofismo avisan: hay autonomía y estilo propio, pero no habrá ruptura con Cristina. ¿Podrá quebrar el techo cristinista?

¿Y Massa? El último candidato a presidente calcula y patea el momento de su reaparición. Sería en agosto. Está activo en las sombras, habla con gobernadores, intendentes y legisladores. Su sociedad política con Cristina está sólida. El sector más cercano a la expresidenta todavía cree que Massa tiene chances de erigirse como alternativa si Milei fracasa. Remarca que advirtió durante la campaña lo que pasaría con la economía si ganaba el libertario y que hizo una elección casi milagrosa, en medio del deterioro económico. Es su mayor capital.

En el massismo dicen que está abocado a “preservar la unidad de UP” y que es "la única persona" capaz de articular dentro del peronismo a los expulsados de los últimos tiempos. Entran en la lista dirigentes como Emilio Monzó, Pichetto, que “perdieron el miedo” a hacer acuerdos con el kirchnerismo, empujados por la crisis. Anotan incluso gobernadores que militan en otros espacios, como Claudio Poggi (San Luis) y Marcelo Orrego (San Juan). Sus detractores le achacan una crítica conocida. Dicen que es "demasiado voluntarista".

Aunque fundó su propio partido, el Frente Renovador, y se dedicó siempre a fortalecerlo, podría acercarse de nuevo al PJ. “Sergio y Malena (Galmarini) nunca dejaron de estar afiliados. ¿Buscará ser presidente? Por lo pronto, piensa que el partido quedó “vetusto”, sin propuestas para los más jóvenes, que ya no se conmueven con la marcha y no tienen una "foto de Perón en la cocina”, como reza la canción.

Como dice Perón en Conducción Política: “Las doctrinas no son eternas sino en sus grandes principios. Pero es necesario ir adaptándolas a los tiempos, al progreso y a las nuevas necesidades. (…) Las doctrinas políticas no pueden ser eternas. La doctrina debe ser actualizada”.

Luces y sombras del peronismo 2024

Padece la dirigencia peronista cuando escucha que muchos jóvenes no pueden responder en qué año gobernó Cristina, no tiene una definición de qué es la Patria, el concepto estrella de la última campaña peronista, o cultivan el individualismo. En algunos estudios de opinión, el peronismo aparece como un concepto “viejo” o “desactualizado”.

Mucho se escribió sobre la falta de protagonismo actual del sujeto tradicional del peronismo, el trabajador organizado, en una sociedad en la que el empleo formal no crece y aparecen otras formas de trabajo. “Le hablamos a sectores de la economía informal de una situación de derechos que no existen para ellos”, admite Trotta. Fue el terreno que ganó por escándalo el discurso de Milei, que se llevó parte del electorado peronista y seduce a dirigentes con su espíritu menemista.

Pero no todo está perdido. Una investigación cualitativa que hizo en todo el país la consultora Analía del Franco inyectó algunas esperanzas. La pregunta inicial del trabajo fue “qué se perdió en el camino para que sectores de entre 16 y 40 años dejaran de confiar en el peronismo y vieran en La Libertad Avanza un proyecto más afín a sus intereses y necesidades”.

Las conclusiones muestran que el peronismo, en su versión clásica, tiene banderas para recuperar. Los votantes de Milei le reconocen que “favoreció la movilidad social ascendente al beneficiar a los pobres con trabajo genuino, que se enfocó en las clases trabajadoras”, pero lo diferencian del kirchnerismo, al que asocian con “planes sociales”, como una especie de “desviación” del peronismo original.

El reproche está centrado en el último recuerdo. Entre los votantes de Milei de niveles socio económicos más bajos marcan una diferencia entre la administración de Cristina y la de Néstor Kirchner, a quien se le reconocen valores positivos y el haber sacado al país de la crisis de 2001. En el estudio, tanto oficialistas como opositores consideran posible una vuelta del peronismo si el gobierno de Milei no resulta ser exitoso. Por ahora, aparece como la única luz de esperanza para la resurrección.

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