Hoy se cumple un nuevo aniversario del incendio del depósito en Barracas, donde se quemaron documentos de empresas investigadas por lavado de dinero, incluidas firmas de la familia Macri.
Lavado de dinero, fuga, falta de controles, muerte. Hoy se cumplen 8 años de la tragedia de Iron Mountain, del incendio intencional con el cuál se eliminaron miles de documentos de empresas investigadas por lavado de dinero al costo de 10 personas muertas que acudieron a apagar las llamas. Ocurrió el 5 de febrero de 2014 en la ciudad de Buenos Aires cuando era gobernada por Mauricio Macri, que también tenía papeles de sus empresas y offshore en el galpón incinerado.
Pasaron 8 años y no hay ningún culpable. La línea de corte de la investigación judicial dejó afuera a Macri, al entonces titular de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) Juan José Gómez Centiruión y al ex ministro de Producción porteño Francisco Cabrera. El juez Pablo Ormaechea procesó a 17 personas entre funcionarios de bajo nivel y directivos de la empresa, pero esa decisión fue revocada por la Cámara del Crimen porteña con las firmas de los jueces Magdalena Laíño y Marcelo Lucini. El argumento para anular los procesamientos fue que no estaba claro si el incendio en la calle Azara 1245 fue o no intencional, algo ya establecido por tres peritajes. Al día de hoy, a 8 años, no hay ningún procesado y las causas por lavado de dinero que involucraban a las empresas que tenían sus papeles en Iron Mountain se paralizaron. Win win.
La lavandería
El nexo entre Iron Mountain y el lavado de dinero surgió por un trabajo conjunto de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC). La entonces Gerente de Emisoras de la CNV Karina Bermúdez consultó a todas las empresas controladas por el organismo si tenían papeles en ese depósito. Hasta entonces las empresas no estaban obligadas a informar sobre donde guardaban su documentación. Recién el 14 de agosto de 2014, producto de la experiencia de Iron Montain, la resolución 629 de la CNV estableció las normas de guardado de documentación y la obligatoriedad de informarle donde y qué guarda. La pesquisa dio resultado y le mandaron la información a la PROCELAC, por entonces conducida por el fiscal Carlos Gonella. Allí cruzaron los nombres de las empresas con causas abiertas sobre lavado de dinero y encontraron 29 coincidencias entre clientes de Iron Mountain e investigaciones o denuncias por lavado de dinero, fraudes y delitos tributarios.
Uno de los casos más importantes era del banco HSBC. Aún no se conocían las revelaciones de su ex empleado Hervé Falciani sobre el ocultamiento de 4040 cuentas de titulares argentinos pero ya era investigado por PROCELAC por otras cuestiones. El HSBC, cuyo presidente Gabriel Martino era el banquero preferido de Macri, tenía 46.528 cajas de documentos en Iron Mountain de las que perdió 26.326, más de la mitad. Según informó el propio HSBC eran el 4% de la totalidad de documentación que Grupo HSBC en Argentina. Sin embargo, las cifras no coinciden en los distintos informes que presentaron. Iron Mountain informó que las cajas afectadas fueron 26.326. El HSBC le informó al Banco Central que perdió 30.499 cajas y la PROCELAC recibió información de que fueron 30.732. Raro.
El HSBC informó que no tenía un back up de la información que guardaba en Iron Mountain. La destrucción de esa información obstruyó así las investigaciones sobre los centenares de argentinos con cuentas sin declarar.
El Banco Patagonia informó que de las 65.705 cajas que tenía en Iron Mountain se le quemaron 57.015, el 86%. El Patagonia le informó al Banco Central que tampoco tenía respaldo de toda esa documentación. Lo notable es que era investigado junto a JP Morgan, Merrill Lynch y el Grupo Estrada por lavado de activos, asociación ilícita, administración fraudulenta y publicación de balances falsos. Esta denuncia se inició con los aportes del ex JP Morgan Hernán Arbizu, que en 2009 se autodenunció en Argentina como ejecutor de maniobras de lavado y fuga de dinero para decenas de empresas pero que, ante la pasividad del juez Sergio Torres y el fiscal Guillermo Marijuán en la investigación, terminó aceptando su extradición a Estados Unidos tras la asunción de Macri.
No es casual que JP Morgan fuera otro de los supuestos damnificados en Iron Mountain, donde perdió 4.000 de las 4.406 cajas que tenía depositadas. Mismo caso el del BNP Paribas, que perdió 1.206 de las 2.554 cajas que tenía allí. Este caso la investigación conjunta de los fiscales Gonella, Paula Asaro, Horacio Azzolin y Sandro Abraldes demostró la constitución de una oficina clandestina desde la cual se ocultaron alrededor de 1.000 millones de dólares en guaridas fiscales. Tenían mucho que perder en Iron Mountain, literalmente.
Varias de las empresas investigadas por lavado retiraron cajas de ese depósito justo antes del incendio, entre diciembre del 2013 y febrero del 2014. El JP Morgan Chase Bank retiró 27 cajas con documentación sobre balances y contratos varios. BNP Paribas retiró 12 cajas con información sobre comercio exterior del año 2008; el HSBC retiró llamativamente 249 cajas con documentación a partir del 2010.
Entre las empresas con documentación en Iron Mountain que eran investigados por la PROCELAC también estaban la Nidera, Puente Hermanos, Banco General de Negocios, Infin, Ipesa, Credit Suisse F. Boston Trading, Preceder, Banco Saenz, Endemol Argentina, Bolsafe Valores, Marcos Marcelo Mindlin y Pampa Holding (Edenor). También perdieron documentación en el incendio empresas como Jumbo, Quilmes, Alpargatas, McDonalds, Galeno, Monsanto, Banco Santander Rio, Aerolíneas Argentinas, Telefónica, Cargill, Telecom, DirecTV, Máxima AFJP, Swiss Medical, Mapfre, Deloitte, Mercado Libre, La Caja, Pelikan, Adecco y Edesur.
Mountain, con M de Macri
Un día como hoy, hace 8 años años, Macri era el jefe de gobierno porteño. Llegó al lugar del incendio recién por la tarde, cerca de las 19. Ante las cámaras de TN, afirmó: "Es el día más triste para la historia de los bomberos", y aventuró: “En principio lo que decían los especialistas es que tenía las instalaciones correspondientes. Hay que esperar la investigación”. Las investigaciones demostraron lo contrario. Y la actitud de Macri también: nunca recibió ni les prestó ninguna ayuda a los familiares de la víctimas que, a los pocos días, si fueron invitados por CFK a la Casa Rosada. CFK los escuchó, adelantó que esto era para encubrir lavado de dinero e incluso prometió a los bomberos de Policía Federal que los retiraría con honores. Los familiares de víctimas que trabajaban en Defensa Civil, que depende de la ciudad, le reclamaron que interviniera también por ellos, pese a que dependían de Macri. No hubo caso.
Varias cajas con documentación que se perdieron por el incendio eran de empresas de la familia Macri. Una es Servicio Electrónico de Pago SA, nombre legal de Pago Fácil, empresa controlada por SIDECO, del clan Macri. De las 18.150 cajas que tenía en el depósito se le quemaron 6.585, o sea, el 36%.
Si bien los rótulos de la cajas no son determinantes, ya que no es una nomeclatura legal sino que cada empresa pone la referencia que quiera, son más que sugerentes y cobraron otro significado tras las revelaciones de las Panamá Papers y nuevas investigaciones sobre las empresas de Macri radicadas en guaridas fiscales. La caja Caja N° KN100156447 tenía el rótulo “VARIOS PARATY-PANAMA-OMEXIL-UR”. Panamá es donde aparecieron varias sociedades offshore vinculadas al clan Macri; Omexil es una de ellas.
Había dos cajas cuyos rótulos eran Caja N°: 311842187 INF. DIAR IECSA BCE BRASIL y Caja N° 552218760 BRASIL CTAS. Según las investigaciones derivadas de los Panamá Papers, el negocio de los Macri en Brasil estaba relacionado con el sistema de Pago Facil a través de las empresas creadas en paraísos fiscales. Es decir, una hipótesis posible es que en Iron Mountain se quemaron papeles vinculados a las operaciones de Pago Fácil en Brasil. También hay vinculaciones a Macri desde otro banco que tenía papeles en Iron Mountain mientras era investigado por la PROCELAC: el Banco Interfinanzas Creditanstalt, finalmente comprado por familiares de Macri.
El rol de Juan José Gómez Centurión es vital. Desde la AGC tenía bajo su responsabilidad el control de depósitos como el de Iron Mountain, que no cumplía con diversas normativas de seguridad. Lo notorio es que antes de eso había trabajado en Cencosud y Jumbo y el Banco Velox y las dos primeras tenían cajas en Iron Mountain. Jumbo es la cuarta empresa que más cajas perdió. Tenía en ese depósito 23.416 cajas y se le quemaron 10.541, el 45%. Cencosud, por su parte, retiró 243 cajas del depósito en los días previos al incendio. Respecto al banco Velox, el Fideicomiso Revel tenía papeles que figuran con el rótulo Velox que se perdieron en el incendio.
Gómez Centurion tuvo además un rol como encubridor de las responsabilidades de Macri en particular y del gobierno porteño en general. A partir del impulso de varios legisladores, el 18 de mayo de 2015 (más de un año después del incendio) Gómez Centurión compareció ante la legislatura porteña para dar explicaciones. Allí reconoció que el expediente de habilitación de Iron Mountain estaba oficialmente extraviado y lo estaban reconstruyendo (sic). Sobre las muertes de los bomberos, insinuó que fue su propia impericia: “Los depósitos de papel se queman y se terminó la historia”.
Hongos, Wall Street y fuego
Iron Mountain llegó a la Argentina fue en 1995 en absorbió a varias empresas que se dedicaban a la custodia de archivos. En 1998 construyó el depósito en Azara 1245, donde se produjo el incendio en 2014. Pero su historia se remonta a 1936. Su fundador, Herman Knaust, tuvo la idea primigenia de cultivar hongos en una mina de hierro abandonada. De ahí el nombre de la empresa: Iron, de hierro, Mountain, de montaña.}
El negocio de los hongos fue poco redituable, pero la historia oficial de la compañía cuenta que en el contexto de Guerra Fría a Knaust le preocupaba la posibilidad de bombardeos y pensó en su mina de hierro como un refugio seguro para valores de todo tipo: desde documentos hasta obras de arte. Desarrolló contactos en Nueva York que le abrieron una clientela de bancos y otras empresas que querían guardar documentos importantes. Iron Mountain fue, así, pionera en el negocio de protección de documentos. A la mina original sumó otra y en 1978 un nuevo depósito pero esta vez en la superficie. En 1988 absorvió Bell & Howell Records Management, Inc., una filial de Bell & Howell Corporation, que por entonces la aventajaba en varias zonas de Estados Unidos. Todo fue viento en popa, y en 1996 Iron Mountain empezó a cotizar en Bolsa.
Como guardiana de importantes documentos de miles de empresas, Iron Mountain ingresó al sistema de autolegitimación de las corporaciones globales. En 2009 la revista Fortune la nombrócomo una de las empresas más admiradas y luego la incluyó entre las 1000 mejores empresas de Estados Unidos; es miembro de S&P 500, el índice de la influyente calificadora Standard & Poors; en 2013 la revista Security la incluyó entre las 500 empresas más seguras de Estados Unidos; entre otros gestos. Tiene casi 8 kilómetros cuadrados de depósitos en el mundo: esto es 4 veces el tamaño de Mónaco y 17 veces la ciudad del Vaticano.
Pero Iron Mountain esta lejos de ser una simple empresa de guarda de documentos. El CEO de Iron Mountain, William Meaney, fue oficial de la CIA. El Jefe de Seguridad al momento del incendio, Jack A. Faer, es un ex agente especial del FBI. La sede central de Iron Mountain esta oficialmente en Boston. Pero tiene oficinas en Bahamas, Delaware, Florida, Gibraltar, Hong Kong, Irlanda, Jersey, Luxemburgo, Panamá. Todos, según Tax Justice Network, guaridas fiscales.
La cuestión de los incendios es muy particular, ya que tuvo en varias de sus sedes. En 1997 3 depósitos en Nueva Jersey, Estados Unidos; en 2006 en Ottawa, Canadá y en Londres; en 2011 en Italia. Varios de ellos se comprobó que fueron intencionales, pero a diferencia del caso argentino no sólo no murió nadie sino que no se indagó la posibilidad de que los papeles quemados ocultaran pruebas de delitos financieros.
En sus balances menciona los incendios, pero en general los toma como una cuestión contable. Por ejemplo, respecto del incendio en Argentina, figura en sus balances de 2014 y 2015. A pesar de que en febrero de 2015 se determinó que el incendio fue intencional, en el balance insisten en que la causa se esta investigando y no aclaran este punto. Estiman que el incendio les costó 3,5 millones de dólares, pero que eso no influye en sus finanzas ni operaciones, y que lo que se quemó representa un 0,5% de sus ingresos. Un balance contable del incendio que costó 10 vidas.
Héroes
Los 10 fallecidos en Iron Mountain murieron a consecuencia del desplome de una pared lateral del depósito que daba a la calle Jovellanos. Los peritajes demostraron la intencionalidad del incendio y distintas irregularidades vinculadas a las cisternas de agua, las habilitaciones, las cargas de fuego y los acelerantes para propagar el incendio. Pero la que causó la muerte de 10 personas estuvo vinculada a las columnas de hierro que sostenían el techo del galpón. En el peritaje realizado por la Universidad Tecnológica Nacional se mostró cómo, a raíz de la falta de revestimiento de cemento de estas columnas, estas cedieron hacia afuera golpeando la pared, que cayó sobre los bomberos y rescatistas que se proponían no sólo apagar el incendio: varios recuerdan que querían entrar porque les dijeron que aún había personas atrapadas por las llamas.
Ellos eran:
- Pedro Barícola era miembro de Defensa Civil. Todas las mañanas llevaba a su pequeña hija al jardin en zona sur desde Tortuguitas. Era el menor de cinco hermanos. A sus hermanas, que se cargaron la tarea de buscar Justicia por Pedro, el director de Defensa Civil,
- Daniel Russo, las llamó “las locas”. Igual que a las Madres de Plaza de Mayo cuando reclamaban por sus hijos. Liliana y Patricia Barícola cuentan que ya en 2014 empezaron a criticar el rol de Macri y que entonces les suspendieron la presencia en un programa del Grupo Clarín. ¿Coincidencia?
- José Mendez era rescatista de Defensa Civil. Tenía una hija de 10 años y estaba por casarse con su nueva pareja. Juan Matías Monticelli, de 26 años al momento del incendio, revistaba en el Cuerpo de Bomberos de la Policía Federal.
- Maximiliano Martínez también integraba la policía federal, pero cuando le preguntaban si era polícía respondía: “No, yo soy bombero”. Sebastián Campos era bombero voluntario, su vocación desde chico. Tenía 34 años y una nena de 4.
- Anahí Garnica, la primera mujer bombero de la Policía Federal. Hija de un bombero, fue también su vocación desde chica y logró ingresar a esa dependencia monopolizada por hombres.
- Eduardo Adrián Conesa era cabo primero de la Policía Federal
- Damián Véliz era cabo primero de la Policía Federal
- Leonardo Day, jefe del operativo en Iron Mountain, ya que le habían adjudicado la culpa por no hallar el cuerpo sin vida de Paolo Menghini Rey en la tragedia de Once. Lo cierto es que la responsabilidad fue del juez Claudio Bonadío, que ordenó levantar la búsqueda pese a la oposición de Day y otros rescatistas. Cuando murió tratando de apagar el incendio en Iron Mountain, estaba procesado por el juez Ariel Lijo.
- Facundo Ambrosi falleció 12 días después, a raíz de sus heridas.
- También hubo dos rescatistas que sobrevivieron al operativo pero se suicidaron tiempo después. Sus nombres, Mario Colantonio, miembro de Defensa Civil y bombero voluntario, y Diego Oneil, que además de bombero voluntario trabajaba en el patio de Comidas de Coto, de donde lo despidieron un mes antes de suicidarse.
* La información y los datos de esta nota fueron parte de la investigación periodística para el documental “En cumplimiento del deber”, realizada por Pablo Waisberg, Juan Manuél Valdés y quien escribe.
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