Con la nueva conformación, Cambiemos pasará a tener mayoría en el recinto al ubicar en la Presidencia a un concejal de su bloque. Entre el 2001 y 2003, el Partido Justicialista no solo tuvo ese privilegio sino también quórum propio con una bancada de 12 ediles. Autor: Agustín Gigante
Está claro que una de las conclusiones que dejaron las elecciones del domingo es la construcción de una nueva hegemonía política tanto a nivel nacional como local. Lo que empezó a construirse hace dos años con el triunfo de Mauricio Macri como presidente (aunque en nuestra ciudad se inició con la primera Intendencia de Oscar Luciani en 2011), se consolidó con las elecciones legislativas del fin de semana pasado: el Frente Cambiemos fue la fuerza más votada con el 40 por ciento, imponiéndose en los cinco distritos más importantes del país (Capital Federal, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza). Algo que no ocurría desde 1985, con Ricardo Alfonsín y la Unión Cívica Radical.
A nivel local, otro escenario se generará a partir del 10 de diciembre. El oficialismo tendrá mayoría dentro del Concejo Deliberante, algo que no sucedía desde el 2005, cuando el peronismo perdió el control del recinto en esas legislativas.
Con los cinco nuevos ediles del oficialismo, la alianza gobernante pasará a tener mayoría simple con la conformación de un bloque de diez integrantes. A pesar de la paridad de números con la oposición (10 vs. 10), el quiebre lo determinará la Presidencia que definirá cualquier empate en el debate. Y Cambiemos ostentará ese puesto de privilegio.
Las nuevas autoridades del Concejo se van a elegir en la sesión inaugural, que será presidida por el edil de mayor edad de la lista ganadora, en este caso Daniel Curci Castro. Si hubieran dos candidatos a presidente con 10 votos cada uno en esa sesión especial, la definición de Curci Castro volcaría la balanza en dirección al candidato de Cambiemos.
Paradójicamente, en 2001 la gestión de Miguel Angel Prince -hoy la segunda fuerza del recinto con un bloque que se conformaría con seis concejales- consiguió no solo la mayoría sino que también tuvo quórum propio. Es que, en las elecciones del famoso “que se vayan todos”, el gran ganador de aquel 14 de octubre fue el “voto bronca”: entre los blancos y los nulos alcanzaron el 27 por ciento en Luján, superando incluso al Partido Justicialista.
A pesar de que la fuerza perdió más de 10.000 votos respecto de la elección de dos años antes, consiguió siete bancas en el Concejo: Carlos Rodríguez, Eduardo Gallego, Graciela Galarraga, Jorge Artero, Silvio Martini, Norma Irastorza y Silvia Rabán. Así, armó un bloque de 12 ediles (ya estaban Edgardo Scarzo, Oscar Rivada, Rubén Leopardi, Gabriel Jurina y Susana Haurié). Las otras dos bancas en juego fueron a parar a manos de la Unión Vecinal (Gerardo Amado y Enrique Códega); mientras que las fuerzas que completaron el HCD fueron la UCR (Adriana Barreiro y Angel Gorreri) y ARI (Raúl Suescun).
Sobre aquella época, Prince recordó que, “como existía el prejuicio de que nos íbamos a llevar a todos por delante y hacer una aplicación salvaje de esa mayoría automática, en ese momento yo sugerí que se le diera la Presidencia a la oposición, en este caso en la figura de Amado, un hombre de experiencia institucional en las antípodas ideológicas nuestras, como una muestra de convivencia pluralista. Él agradeció en una entrevista que tuvimos”.
Sin embargo, el presidente de ese Concejo fue Edgardo Scarzo ya que Amado desestimó el ofrecimiento. Durante la jura de ese convulsionado diciembre de 2001, Prince sostuvo en su discurso que “como manifestación de nuestro propósito de participación, debo señalar que le ofrecimos al concejal de la Unión Vecinal, Gerardo Amado, que asuma la Presidencia de este cuerpo. Y esto a pesar de algunas profundas diferencias ideológicas que nos distancian. Priorizamos la experiencia y la capacidad por sobre cualquier otro interés. Ante la negativa, fundada y entendible, fuimos respetuosos de su decisión y dejamos a un costado lo que podría haber sido una imposición de la mayoría”.
Dos años después, el Frente para la Victoria retuvo esa mayoría aunque ya no tuvo las bancas necesarias para sesionar por sí mismo. En las Ejecutivas del 15 de septiembre del 2003, Prince fue reelecto con el 32 por ciento, cuatro puntos más que la UV (aquella fue la última candidatura de Pedro Silverio Sallaberry). En el terreno legislativo, el oficialismo perdió una silla: ingresaron Rubén Leopardi, Abel Rausch, Susana Haurié y Leopoldo Miglioranza.
En 2005 se quebró esa mayoría de manos del primer piso de la Municipalidad. A pesar de que la lista encabezada por Ariel Notta se impuso con el 41 por ciento de los votos, no pudo retener las siete bancas alcanzadas cuatro años atrás. Al primer candidato se le sumaron Gustavo Sicca, Iris Bustos, Carlos Frascaroli y Gabriel Miranda, conformando una bancada de ocho concejales. Aquella elección marcó el ingreso al Concejo del actual intendente Oscar Luciani por la Unión Vecinal. En el otro extremo, la Unión Cívica Radical apenas alcanzaba el 7,87 por ciento (1.438 de los votos), ubicándose en el quinto lugar. Esa lista llevaba como candidato a Fernando Casset.
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