En el día de hoy, la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) destruyó 13.000 armas de fuego incautadas, las cuales han sido procesadas bajo una modalidad novedosa, implementada por esta Agencia del Estado.
El proceso, contó con la presencia de la primera dama, Fabiola Yañez, la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Losardo, la ministra de Seguridad Sabina Frederic y el director Ejecutivo de la ANMaC, Ramiro Urristi y se llevó a cabo en el Centro Industrial de Tenaris en la ciudad de Campana.
La fecha elegida para la destrucción coincide con la conmemoración del aniversario de la Resolución N° 50/72B de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por la cual se aprobó las recomendaciones de la Asamblea de Naciones Unidas para combatir y erradicar el comercio ilícito de armas de fuego, acción que, actualmente, se encuentra incluida dentro de los Objetivos 2030.
La ANMaC fue creada en octubre de 2015, momento en el que el viejo ReNAr se transformó en una Agencia con amplio poder de policía en materia de armas de fuego, municiones, explosivos, materiales de blindaje y demás materiales relacionados, los cuales la ley denomina “Materiales Controlados”.
El proceso de destrucción de armas ilícitas tomó un fuerte impulso en el año 2003 y fue continuado hasta el año 2015, trazando una política pública que extrajo de las calles 372.000 armas de fuego. Lamentablemente, en los últimos años, esa política se discontinuó, disminuyendo la extracción de armas ilegales de la calle y congestionando de los depósitos provisorios de armas de todo el país. En el día comienza una nueva etapa, con un fuerte impulso de esta política pública estrechamente relacionada con la seguridad pública.
La nueva gestión de la ANMaC armó un equipo interdisciplinario integrado por las áreas de fiscalización, resguardo, registro e informática, el cual creó los manuales de procedimientos que regulan el proceso de destrucción de armas y otros materiales controlados. Ese equipo realiza un cotejo individualizado de cada una de las armas de fuego, se le asigna un número de CUIM, que es la clave única de identificación de material, que brinda la hoja de ruta de cada arma.
Esa información se vuelca en actas que se digitalizan y se integran en expedientes digitales. Finalmente, todo el proceso esta auditado por la Escribanía General de la Nación, que asienta en actas notariales los resultados del proceso de verificación.
El proceso de destrucción se realiza en dos etapas, una de trituración y otra de fundición, a través de hornos de alta temperatura. La fundición es el método más seguro y, asimismo, el más amigable en términos ambientales.
El material se recicla y la materia ferrosa, se transforma en materia prima para la fabricación de acero. Cada tonelada de acero reciclada ahorra en promedio 1,4 toneladas de mineral de hierro, insumo que suele ser importado, y 1,3 Giga Joules de energía primaria, además de evitar la emisión de 1,5 toneladas de CO2. En la presente destrucción, estamos procesando 20 toneladas de hierro.
Cabe destacar que el equivalente al valor de mercado del material reciclado, en calidad de hierro pesado, es donado a una entidad de beneficencia. A partir del nuevo procedimiento que creamos, esta información también es auditada e incorporada a las actuaciones digitalizadas
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