Aníbal F., en su fiesta privada del País de las Maravillas

El sábado pasado, mientras el Gobierno preparaba la movilización de gendarmes al conurbano bonaerense debido a la inseguridad, alrededor de medio centenar de agentes de la Prefectura se presentaron en el Hotel Hilton, de Puerto Madero. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, festejó allí los 15 años de su hija con una megafiesta.

Por la seguridad que había dentro y fuera, parecía que en el hotel se iba a realizar una cumbre de jefes de estado. Había custodios apostados hasta en el noveno piso.

El salón Buen Ayre, donde se hizo la fiesta, está ubicado en el segundo piso del Hilton y fue decorado imitando la estética rocambolesca de la película “Alicia en el País de las Maravillas”, de Tim Burton.

La mesa principal era una copia del lugar en el que en el film toman el té Alicia y sus amigos, el “Conejo”, y el “El Sombrerero Loco”. La escena, un diálogo delirante, es parte también del libro de Lewis Carrol, veradero creador de la historia de Alicia.

Fernández se sentó allí.

En el centro de la mesa había un fantástico árbol plateado. El menú podía leerse en una especie de carta de póker gigante.

La propia presidenta Cristina Kirchner estaba invitada al evento, y es por eso, supuestamente, que desde el Gobierno se había dispuesto un operativo de seguridad tan llamativo. La mandataria finalmente no fue. Otros funcionarios sí lo hicieron. Los invitados contaron que fueron recibidos con un cocktail en el que se pasaron escenas de la película de Burton. La sala donde se hizo ese primer evento también estaba decorada con árboles extraños y sillas alusivas. Ya en el salón, los presentes eligieron entre tres opciones de primer plato, principal y postre. Fue una fiesta de dimensiones importantes. Hasta tocaron en vivo “Los Auténticos Decadentes”.

Un despliegue llamativo.

Y muy costoso.

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