Tras un tiempo de desencuentros con Darío Franco, el delantero estrella de Aldosivi recuperó la titularidad, volvió al gol y ahora disfruta del rol que le otorgó el entrenador, dentro de un equipo que va por la salvación en el Nacional B. “Nunca es tarde para aprender”, dijo.
Sin embargo, de entrada las circunstancias se presentaron desfavorables: malos resultados, la partida de Sebastián Rambert y la llegada de un entrenador que no gusta demasiado de los “9” de área. Pasaron algunos desencuentros y bajones anímicos, hasta que “El ángel del gol” se reinventó. Entendió el mensaje de Darío Franco, quien quiere que sea mucho más que un goleador. Y ahora sale a jugar, crea espacios para el resto y además convierte, dentro de un equipo en pleno crecimiento que lucha por mantenerse en la Primera B Nacional.
Luego de recuperar la titularidad y reencontrarse con el gol en los últimos partidos, Vildozo se prestó con su habitual amabilidad al mano a mano con “el Retrato…”. Y en una charla futbolera, admitió que “nunca es tarde para aprender”.
-¿Le costó mucho aceptar que no era de las preferencias de Darío Franco?
-Sí, me costó al principio. Uno cuando viene, lo hace con un montón de ilusiones y expectativas. El hecho de no poder cumplir con eso y la salida de Rambert, algo por lo que uno se siente uno de los máximos responsables porque él fue quien me llamó para venir, me generó un bajón importante. Después, no ser de la idea principal del técnico que llegó, era algo que me molestaba. Pero bueno, uno después empieza a asimilarlo y a entender que para la táctica o estrategia que él quiere, necesita ciertas características de jugadores. Entonces, uno tiene que seguir haciendo lo que hizo durante toda su carrera pero, a la vez, cambiar algunas cosas y adaptarse.
-¿Qué tuvo que cambiar?
-Principalmente, ahora es más la cantidad de tiempo que estoy afuera del área que adentro, porque lo que más genera el “falso 9” es el espacio para los otros delanteros o para los volantes. Siempre he sido un apoyo para mis compañeros, porque jugando como “9” de área bajaba a aguantar y a pivotear. Pero automáticamente giraba e iba al área, acostumbrado a que quizás las jugadas terminen en mi posición. Ahora tuve que acostumbrarme a que yo tengo que generar el espacio para que mis compañeros definan las jugadas o para que se terminen más por afuera.
-Ahora ya sabe que los goles los puede hacer cualquiera y que cumple otro rol. De todos modos, ¿haber vuelvo a convertir le ayuda a mantenerse vigente?
-Sí, siempre he vivido del gol. Uno como delantero tiene esa ambición de convertir siempre. Está claro que lo más importante es que el equipo gane, por eso creo que estas últimas fechas han sido más tranquilas, porque pese a que uno no convertía, el equipo funcionaba y ganaba. Pero en las fechas en las que uno no convierte y el equipo no suma puntos, uno se desespera. Yo he tenido muchas rachas en mi carrera y sé que las positivas hay que disfrutarlas y vivirlas. Y las negativas hay que sobrepasarlas: son muy duras, muy estresantes, te hacen sentir inútil, pero se terminan. Ha sido muy importante para mí convertir y también para mis compañeros, para que vean que uno sigue afilado.
-Aldosivi tiene un plantel con varios jóvenes, pero en su caso le está tocando incorporar nuevos conceptos en una etapa de madurez.
-Sí, creo que nunca es tarde para aprender y no podía encerrarme en decir: “No, yo juego de esta forma”. De esa manera tampoco iba a jugar. Obviamente que yo he cambiado algunas cosas para mejorar, como también el técnico ha entendido que hay cosas que yo no voy a poder hacer. Yo no voy a poder hacer un pique como (Juan) Imbert, porque tengo más años, nunca he sido un jugador rápido y él tiene una velocidad mucho más alta que la mía. Pero obviamente, al tratar de aguantar una pelota, o al tratar de bajar un envío aéreo o al presionar a los defensores, quizás tenga un poco más de experiencia. Ha sido un poco de cada cosa: he tenido que cambiar algunas cosas y adaptarme, y el cuerpo técnico se ha tenido que adaptar a los jugadores que tiene.
-Llegó con un contrato de cuatro años. Cuando arrancó la temporada tan torcida, ¿no pensó en que se había equivocado al tomar la decisión de venir a Aldosivi?
-Sí, lógicamente, en los momentos críticos pensás que te equivocaste, empezás a decir: “Podría haber elegido otra opción”. Pero eso es con el diario del lunes. Más allá de eso, siempre estoy convencido de que puedo cambiar mi propio destino. Y al mismo tiempo en que me lamentaba el momento que estaba pasando, tenía la seguridad de que podía mejorar. Más allá de haber firmado un contrato largo, que fue lo que me movilizó a tomar la decisión de hacer el cambio junto a mi familia, esto es día a día. Si no convenzo al cuerpo técnico, al hincha o a los dirigentes partido a partido… los papeles se firman como se pueden firmar muchas cosas. Considero que tengo que ganarme la posibilidad de quedarme por el tiempo que decidí venir. También soy realista y sé que esto es fútbol, se trata de resultados y mi nivel tiene que estar acorde a la expectativa de la gente.
Una idea que necesita tiempo
-Ya habían incorporado la idea de juego de Franco, pero ahora se ve reflejada en los resultados, algo que los debe aliviar…
-Sí, obviamente que desde la llegada de Franco hay una idea clara, se sabe lo que él quiere. Seguramente, apenas llegó no la podíamos llevar a cabo porque es una idea que lleva trabajo y que necesita de tiempo para ajustar detalles, porque son muchos los detalles que hay que tener en cuenta para llevarla adelante. Creo que después de la pretemporada se vio: hicimos muy buenos amistosos y, pese a que nos costó un poco de visitante, tuvimos un buen arranque. Ajustamos detalles y creo que hemos demostrado, más que nada de local, que somos protagonistas y que la idea está clara.
-Se dice que es arriesgado implementar una idea ambiciosa con el acecho del descenso. Sin embargo, también se entiende que Aldosivi necesita ganar y para hacerlo debe tomar riesgos. ¿Cuánto les costó a ustedes convencerse de eso?
-Y... nos costó mucho. Veníamos de hacer buenos partidos con (Sebastián) Rambert pero la realidad es que no sacábamos resultados. Después, entramos a caer en un pozo de confianza y de rendimiento. Cuando llegó Franco sabíamos que la idea era muy buena, pero también sabíamos que había que aplicarla como él decía y no podíamos fallar. Y al principio nos pasó, que llevábamos a cabo la idea de salir jugando y ser protagonistas, pero teníamos errores. Creo que ahora pudimos encontrar el equilibrio entre salir a buscar todos los partidos y ser precavidos para que no nos conviertan, por eso estamos en un momento justo.
-Para llevar a cabo este plan de juego, ¿se necesita tener los jugadores adecuados o con el convencimiento alcanza?
-Lo primero que se necesita es trabajo. Nos dimos cuenta que después de la pretemporada, haciendo hincapié en pequeños detalles, mejoramos mucho. Obviamente que, para llevar a cabo la idea, tenés que tener un tipo de jugador. Los dos delanteros por afuera tienen que ser muy rápidos, fijate que tanto (Ignacio) Malcorra como (Ciro) Rius hacen un gran desgaste. Si ellos tuviesen más gol, sería mucho más importante. Lo demuestra Newell’s, donde el jugador que más convierte es Maxi Rodríguez. Esta es una idea muy buena, en la que también hay que encontrar volantes que lleguen al gol. En nuestro caso tenemos a Seccafién y a Lamberti, que lo pueden hacer muy bien. Y lo principal es que ajustamos en defensa. Nosotros tenemos grandes defensores, pero cometíamos errores y en la B Nacional, si cometés un error, perdiste.
“Franco quiere lo mejor para nosotros”
La particular forma de vivir el fútbol que tiene Darío Franco (alta exigencia en el día a día y gestos ampulosos durante los partidos) generó algunos desencuentros con el plantel en los primeros meses del entrenador en Aldosivi. Sin embargo, con el correr del tiempo, ambas partes cedieron para lograr una comunión. Así lo explicó Ángel Vildozo.
-Cuando asumió Franco e intentaba transmitir su manera de jugar, daba la sensación de que el plantel padecía sus formas de manejarse. Y ahora parece que lo han entendido…
-Sí, insisto en que necesitábamos tiempo. La idea y la forma de trabajo es muy buena, quizás lo que más chocó al principio fueron las formas y el carácter fuerte de Franco. He tenido técnicos en mi carrera y he tenido varios como él y otros distintos. El choque quizás se producía porque este es un plantel muy joven en el promedio de edad y hay jugadores que llegaron con muy poco roce. Tenemos muy buenos jugadores pero que no venían disputando torneos oficiales. Por eso, cuando viene un técnico que grita constantemente, algunos lo pueden asimilar de una forma positiva y otros se vienen abajo y pierden confianza. Pero eso es hasta conocernos todos. Sabemos que Franco quiere lo mejor para nosotros. Es verdad que hubo un momento en el que el equipo no se sentía cómodo. Pero él ayudó mucho para que todo haya mejorado, porque se adaptó al plantel que tiene.
-¿Cree que se dio cuenta de que debía cambiar algunas formas?
-En general, como él nos dijo, él vive el fútbol de esa forma. Y nosotros no queríamos cambiar para nada su forma de vivir. Lo que nosotros le dijimos es que él, para sacar el máximo de todos, tenía que entender en qué ambiente estaba. Que llegaba a un equipo golpeado, con muchos jugadores sin experiencia, que lo que más necesitaban era una palmada en la espalda, un apoyo. Es lógico que se pretenda la exigencia, pero también debía entender que si un chico se bajonea es algo normal. Tuvimos muchas charlas y lo bueno es que el cuerpo técnico siempre estuvo abierto a escucharnos. Llevó tiempo, porque es un cambio muy grande. Él sigue siendo enérgico, pero nosotros ya sabemos captar el mensaje.
Un periodista con mucho gol
Ángel Vildozo sueña con entrevistar a Diego Maradona. Claro, el goleador no sólo se ha dedicado a jugar, sino que también se inclinó por el estudio. El sanjuanino se recibió de periodista deportivo en Buenos Aires y pretende seguir ligado al fútbol tras el retiro. Amante de la radio, contó su inclinación por la profesión.
-¿Cuándo surgieron sus ganas de estudiar periodismo?
-Siempre mi idea era seguir ligado al fútbol cuando termine de jugar. Ya sea como técnico de inferiores o como alguien que pueda estar cercano. Lo de periodismo se me ocurrió a partir de una fundación de futbolistas que hay en Buenos Aires, que depende de Futbolistas Argentinos Agremiados. Es una fundación que ayuda mucho a todos los chicos y sacan una revista todos meses en la que figuran las posibilidades que hay para estudiar. Primero quería estudiar Educación Física, pero el periodismo también me gusta. Como verás, me gusta hablar y me gustaría poder transmitir lo que viví adentro. Ellos me ayudaron con la beca y estoy muy agradecido a esa gente. Es muy importante el tema del estudio en el jugador, porque es algo que se deja de lado. Para mí fue muy lindo estudiar y terminar la carrera.
-¿Qué le gustaría transmitir de lo que vivió como jugador?
-A veces la gente piensa que a nosotros no nos importa, por ejemplo, pelear el descenso o irnos a la B. A veces te dicen: “Si descendés, vos después te vas a otro club y no pasa nada”. Y la realidad es que el jugador que se va al descenso, además de vivir un año muy malo, pierde dinero y después se complica conseguir club. La mancha de descender no te la sacás más como jugador, y créeme que los clubes tienen en cuenta si un jugador se fue o no se fue al descenso al momento de contratarlo. Me gustaría eso, explicar, entre otras cosas, que el jugador, por más que no bese el escudo o no sea hincha, defiende el club para el que juega como su vida.
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