Isa busca un sucesor/a: Reunido bajo la excusa de un pacto para Salta, el actual jefe de gobierno citadino, se concentra en lograr ver a quién mejor le queda el sayo de próximo intendente 2015.
Tantea, eso hace Miguel Isa, mientras va a fuerza de lavado cerebral, cantando dentro y fuera del PJ que es el UNGIDO oficialista para tomar la posta como gobernador de la provincia. Metiendo presión así a Juan Urtubey para que desestime toda doble candidatura y haciendo lo posible para no heredarle estructural en la comuna a su mítico adversario Manuel S Godoy.
En esas primeras tomas políticas, Isa, está cercano al canillita Abel Moya, un dirigente vecinalista que logró su banca a través del Partido de la Victoria, con el voto de al menos 20 mil personas que vieron en él la capacidad popular de acceso a la dirigencia.
Moya no los defraudó, toda vez que al ser un recién llegado a la función pública debutó con real sinceridad haciéndose cargo en la intendencia interina de problemas acuciantes como el del asentamiento compulsivo en terrenos expropiados cercanos a San Remo y Pablo Saravia, zona donde reside el vendedor de diarios, junto a sus familias desde hace treinta años.
Así "Abel" es el asombro de los políticos de "carrera" por su destreza escuchando a los vecinos, por sus planteos simples y directos, pero sobre todo por la capacidad negociadora que le permitió en la elección más reñida del cuerpo deliberativo, ser elegido dos veces para estar entre las tres máximas autoridades de la organización gubernamental.
Un trabajador que es invitado a participar de las reuniones de gabinete, pero que ya tiene adversarios que no se sienten cómodos con esta figura popular, pues al no ser un letrado o un sin título académico, creen que eso no lo hace merecedor de un 2015 como aspirante a la intendencia. Para el caso, Isa, como siempre cercano a Romero "arregló" para que Escudero trate de re instalarse, luego de una pésima elección del Peronismo Federal que no le permitió renovar su eterna banca en el Congreso Nacional, banca que en su momento, el oscurantista Ángel Torres, clamaba como propia.
Mezclados en estos vahos de poder, acuerdos, alianzas, etc el PJ local, lleva sus pretendidos postulantes a una etapa en donde los más jóvenes demandan otra arquitectura electoral, entendiendo que el rotundo fracaso peronista del 2013 dejó a vistas claras, cómo la mezquindad de los gerontes, fracturó a la fuerza partidaria más importante de Salta.
Los capataces de la Comisión de Acción Política, buscan frenar las aspiraciones de los perfiles más jóvenes, incluso aquellos que no le son totalmente afines a Urtubey, quien por estas horas se halla siempre presionado por un entorno conservador que va desdo lo familiar a las amistades y los compromisos que sus propios hermanos adquieren en la vida pública dentro de los sectores que en estos momentos lideran.
El esquema municipal no queda fuera de esto y los acuerdos por los que Isa va, se mueven entre un Romero que no puede dejar los fueros legislativos y un romerismo que no suelta la cartera del pope. San Millán, como clan asoma en la comuna y para sopesar un poco tanto hombre dando vueltas, quieren reflotar a la que consideran "más inteligente" mujer, Escudero que a esta altura del campeonato, parece una Tatcher del subdesarrollo.
Por detrás se hallan los hijos del poder; Romeros, Urtubeys, Isas, Godoys, etc alimentan una versión original de su propio plan PROCREAR, al punto de meterle luz fuerte y fertilizantes a sus pimpollos para que maduren en menos de 182 días (tiempo que resta para la campaña venidera) y con esto continuar el linaje dentro de un peronismo sin peronistas. Mientras están dando duro al enduido para que no se resquebraje el Frente para la Victoria -espacio que busca su propia definición- ante un arco opositor que tampoco se levanta sobre cimientos muy fuertes.
Aquí como mención de paso, el Partido Obrero, también apeló a sus resucitados y lo trae a Gamboa por estos casi 200 días en los que necesitan una campaña de permanencia en la calle, nada mejor con esto que el conflicto gremial. Torcer el bolsillo estatal, para que se crea en la capacidad de gestión de un partido favorecido por la recaudación partidaria.
Salta, la linda, es como una olla de locro que crece día a día y que se pone cada vez más caro para la periferia y más rico para los ricos.
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