A raíz de la caótica situación económica por la que atraviesa el municipio de General Pueyrredon el Ejecutivo estaría analizando la fusión de los entes: ENOSUR y EMVIAL, cuya unificación implicaría ahorrar recursos públicos y reducir personal directivo.
No obstante lo cual el principal escollo sería zanjar la disputa intestina entre los socios de Cambiemos por dirimir quién será el titular del Ente unificado, entre el candidato de la UCR Gustavo Torres, ex director Ejecutivo de Servicios Urbanos del otrora EMVISUR y GA durante la gestión de Daniel Katz, y el postulante de Agrupación Atlántica-Pro, Manuel Tonto, actual delegado municipal de Batan y hermano del Secretario del Concejo Deliberante.
Por cierto se aguarda con tensa expectativa, el retorno a la banca del ex presidente del ENOSUR, Eduardo Abud, quien tras el sonoro y dimitente portazo, rompería el silencio en la 8º sesión ordinaria de este jueves con la mira puesta en el entorno del hombre del “impermeable azul”, según los corrillos del Palacio Municipal.
“Molesta que Abud vuelva a sentarse en la banca…”, habría deslizado enigmáticamente el avezado curul, curtido en las lides del fomentismo y en los avatares domésticos del Cuerpo Deliberativo.
Las omnipresentes y veladas disputas internas que atraviesan a todas las bancadas del HCD con mayor o menor intensidad de conflicto, según el grado de cercanía con el poder, en los albores de la gestión del ex intendente Gustavo Pulti fueron el factor determinante de la escisión y desdoblamiento del EMVISUR y GA. Así pues, bajo el signo de las rencillas internas, en el marco de la sesión extraordinaria del 5 de febrero de 2009, fueron creados el EMVISUR por un lado y el ENOSUR y GA por el otro, con el pretexto plausible y en boga de perseguir “la modernización y la eficiencia ganando en mayor operatividad”.
El ADN de ambos entes llevaría la impronta de las rivalidades en el seno de Acción Marplatense protagonizadas a la sazón por el actual edil Santiago Bonifatti, y el ex presidente del HCD Marcelo Artime, quienes zanjaron incompatibilidades de caracteres apoyando sus posaderas en sendos mullidos sillones del EMVISUR y el ENOSUR, con sus respectivos pergaminos presidenciales.
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