La presidenta del PJ viró de las críticas rotundas al rol de conciliadora. Se cree que busca detener un derrumbe de su imagen en Mendoza, que se acerca a la de Alberto Fernández. Irá por la reelección y el puesto de primer candidato a diputado nacional sería para Adolfo Bermejo o para un intendente.
Casi todo está por verse a nivel electoral en el peronismo mendocino. Tanto la estrategia para hacer una buena elección, pero también los nombres que presentará, o al menos uno de ellos, en busca de lograr resultados en las urnas.
En medio de varios interrogantes, la certeza que se mantiene desde hace tiempo es que Anabel Fernández Sagasti liderará la lista justicialista como candidata a la reelección en el Senado Nacional ¿Pero quién acompañará a la presidenta del PJ en el binomio principal? No se define por ahora.
Como tempranamente se contó en MDZ, el único nombre propio que asoma es el de Adolfo Bermejo, quien podría ser el primer candidato a diputado nacional de la lista. Al senador provincial ya lo midieron en algunas encuestas. Pero La Cámpora mendocina también ha tirado el mensaje de que Anabel querría ser acompañada por un intendente.
En este sentido, la presunta nominación de Bermejo parece, por ahora, más un señal de confraternidad dirigida al peronismo orgánico que una decisión tomada. Es que uno de los frentes importantes para la cúpula partidaria es el de la interna. Y es evidente que las tensiones en Mendoza entre el kirchnerismo y el PJ puro están bajando.
Esta semana, el gobierno de Rodolfo Suarez creyó ver un rebrote de la clásica interna peronista. Fue cuando el intendente de San Rafael, Emir Félix, pidió la suspensión de las clases presenciales en su departamento. Al día siguiente, Fernández Sagasti salió a hablar de la pandemia también: solicitó una reunión con Suarez para proponerle una ley que fije los parámetros de acción ante la segunda ola.
Pero lo que para Suarez fue lisa y llanamente una disputa por el protagonismo sanitario, en realidad resultó ser una maniobra que tuvo cierta coordinación. Es un hecho que al menos hubo algunas comunicaciones entre Anabel y Félix antes de la reunión con Suarez y la presidenta peronista bancó ante el gobernador los pedidos del intendente de San Rafael para prevenir contagios.
Hubo gestos mutuos y conformidad entre los dos principales rivales de la interna justicialista. Pero lo que algunos analistas destacaron también fue el giro de la estrategia política de Anabel.
En menos de una semana, Fernández Sagasti pasó de calificar a Suarez como un gobernador "desorientado" a pedirle una audiencia y a valorar su apertura al diálogo. Bajó un cambio la líder del PJ.
Entre sus opiniones posteriores al discurso del 1 de mayo y la reunión del miércoles en el despacho de Suarez pasó muy poco tiempo, pero en el medio operó un cambio importante: Fernández Sagasti pasó de la crítica dura al gesto negociador.
Este viraje puede ser el reflejo de un nuevo rumbo en el principal partido opositor, motivado por las necesidades que tiene el PJ camino a las elecciones legislativas.
Sucede que hay encuestadores que sostienen que Anabel viene perdiendo imagen positiva desde las elecciones de 2019, cuando compitió con el radicalismo por la gobernación.
Según Martha Reale, hasta febrero, la senadora nacional había perdido más de 10 puntos de valoración, hasta quedar en un piso de 25, con una alta imagen negativa. En los últimos tiempos, Anabel habría caído en una picada similar a la degradación de la imagen de Alberto Fernández en Mendoza.
Probablemente esta percepción haya forzado el golpe de timón de la legisladora ligada a Cristina Kirchner, quien ahora busca colaborar y consensuar con el Gobierno en el largo camino a las elección.
El acuerdo de postergación de las elecciones que se selló a nivel nacional este viernes le da al PJ en Mendoza un mes más para resolver estrategias y candidaturas. Las PASO se harán el 12 de setiembre y, por ello, la presentación de listas de precandidatos no deberá realizarse el 19 de junio, sino a mediados de julio.
Es poco probable, al menos por ahora, que alguno de los intendentes peronistas nuevos quiera ir en la lista de candidatos. Salvo Martín Aveiro, Roberto Righi y Félix, el resto va por su primer mandato y difícilmente se jueguen a mudarse a una banca apenas cumplidos dos años de su llegada a los municipios.
El ofrecimiento de La Cámpora a los intendentes parece un mensaje más que nada para Félix, quien en 2023 no podrá competir por otro periodo en la comuna. Pero el sanrafaelino, por ahora, no quiere saber nada con una candidatura a diputado nacional.
Nominarse no les ofrece garantías a los intendentes. En San Rafael señalan que es muy alta la volatilidad del electorado y que, por ser una elección legislativa, es probable que muchos mendocinos puedan inclinarse sin pudores ni temores por terceras opciones.
Además de estos riesgos, creen que se vienen meses dramáticos por los efectos de la pandemia. Tan difíciles que no descartan que el comicio pueda postergarse una vez más. Félix, en este contexto, ha vuelto a erigirse como la contracara en cuanto a medidas sanitarias de Suarez. Es la única pelea que le interesa dar.
Curiosamente, las inquietudes de los mendocinos, en este escenario tan delicado desde lo sanitario, siguen siendo los problemas económicos, según los encuestadores. Que en Mendoza puedan echarle la culpa al oficialismo nacional de la crisis económica, no a los radicales que gobiernan la provincia, es otro fantasma que preocupa en los cuarteles justicialistas.
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