La fiscal López de Filoñuk intervino de oficio por hechos violentos de grupos anti-Monsanto. Cruce entre Tamarit y Conrero.
Un día después de los violentos incidentes en los que un grupo ambientalista amenazó y agredió a miembros del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) para forzar la derogación de un convenio entre Monsanto y la Facultad de Ciencias Agropecuarias, el sector empresario de Córdoba salió ayer en bloque a repudiar los hechos.
En tanto, la fiscal federal Graciela López de Filoñuk intervino de oficio, sin que las autoridades de la UNC formularan una denuncia. A pedido de la magistrada, la universidad proveyó información requerida, cuyo contenido no trascendió.
El Grupo de los Seis, que nuclea a las mayores cámaras empresarias de la provincia, repudió los hechos. “Asistimos, una vez más, a medidas de acción intempestivas y desproporcionadas que dañan sensiblemente a nuestro sistema democrático; que afectan el debate plural”, señalaron la Bolsa de Comercio de Córdoba, la Cámara de Comercio de Córdoba, la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, la Cámara de la Construcción, la Federación Comercial y la Unión Industrial Córdoba.
Por su parte, la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), rechazó “de manera enfática la actitud de activistas que, encapuchados y armados con palos, botellas y hasta con picanas eléctricas para ganado coparon el recinto”. Y señaló su inquietud por “la pasividad y permisividad con que las autoridades universitarias actúan, posibilitando que la barbarie acalle la voz de la ciencia con actitudes distintivas del autoritarismo propio de la democracia debilitada”.
En tanto, ayer el rector de la UNC, Francisco Tamarit, volvió a rechazar el accionar de los activistas anti-Monsanto. “Ellos sabían que la resolución estaba derogada y no les importó para nada”, indicó.
Luego agregó: “Incluso hubo una persona muy iracunda que se burló, haciendo referencia a mi condición de paciente oncológico. Fue de un grado de irracionalidad, falta de humanidad y perversión”. Tamarit negó que los violentos “hayan impuesto su opinión”.
Pero Marcelo Conrero, decano de Ciencias Agropecuarias, no dijo lo mismo: “Teníamos vinculación con empresas que venían haciendo ensayos, en ese marco decidimos institucionalizar acuerdos, entre ellas estaba Monsanto (...). Me parecía que era importante llevar conocimiento a temas que se los toma ideológicamente y no científicamente. El rector decía que (ese convenio) no se condecía con una declaración que sacó la Universidad. Decidimos suspender el convenio y generar un debate”, sostuvo. Pero dijo que luego empezó “una campaña pidiendo la derogación” del acuerdo con Monsanto.
Comentá la nota