Ambiente. Basurales, hornos y proyectos frustrados: la historia de la disposición final de la basura en Córdoba

Ambiente. Basurales, hornos y proyectos frustrados: la historia de la disposición final de la basura en Córdoba

Piedra Blanca iba a ser un enterramiento “provisorio” que debía cerrar en 2011, pero recibirá residuos hasta 2034. Las malas decisiones que complicaron al municipio durante años.

Por: Diego Marconetti.

Días atrás, se produjo la primera descarga de un camión recolector en la nueva celda del enterramiento sanitario de Piedra Blanca, ubicado en el extremo sur de la ciudad de Córdoba, al margen oeste de la estación de peaje de la ruta nacional 36. Fue el primero de esos camiones en descargar los desechos generados por la Capital y otras 33 localidades metropolitanas.

Pero, si se hubieran cumplido las promesas oficiales lanzadas incluso ante “garantes”, eso jamás debió haber sucedido.

Es que el hoy Parque Industrial de la Economía Circular nació como “predio de disposición provisorio” de la basura de Córdoba.

El primer camión entró el 1° de abril de 2010 luego de la clausura del enterramiento sanitario de Potrero del Estado. Ese complejo aún podía seguir operando por varios años más, pero el entonces intendente Daniel Giacomino decidió el cierre por la resistencia de un grupo de vecinos de Bouwer.

En marzo de 2009, un grupo de vecinos de Bouwer bloquearon el ingreso al enterramiento de Potrero del Estado (La Voz / Archivo).

Iniciaron un bloqueo de un día y medio en el ingreso al enterramiento de Potrero del Estado, lo que fue paralizando la recolección de residuos en la ciudad. La medida se levantó luego de que Giacomino prometiera el cierre del predio.

Los efectos fueron nefastos. Se terminó de golpe con la previsibilidad en el destino de los residuos, se dejó por años una fosa sin cerrar en Potrero del Estado que requirió de miles de camionadas de tierra –con sus consecuencias ambientales– y se abrió la puerta a un enorme problema para radicar un nuevo relleno.

El entonces intendente, Daniel Giacomino, en la habilitación del enterramiento sanitario de Piedra Blanca (La Voz / Archivo).

Piedra Blanca, que iba a durar un año porque una empresa llamada Innviron iba a “gasificar la basura” y que al final no tenía antecedentes válidos. La situación quedó al descubierto por una investigación realizada por La Voz.

Pero el compromiso de ese momento era que la basura iba a estar un tiempo enterrada, luego se la extraería y se la llevaría a otro predio donde se la gasificaría para producir energía.

Se abrió entonces un periodo de gran polémica acerca de la radicación de esa planta con una tecnología que nunca se había visto en otro lugar del mundo y que, 15 años después, sigue sin aplicarse.

En febrero de 2010 se dijo que se instalaría en Bajo Grande, un paraje cercano a Lozada, pero la Comunidad Regional de Santa María lo rechazó.

Hacia finales de 2010, el municipio quiso mudarlo a La Carbonada, en el sudeste capitalino, pero cosechó nuevos rechazos y debió desistir.

Y hasta que se mantuvo en pie la promesa de Innviron, el sitio iba a ser Toledo. Pero también había una fuerte resistencia vecinal.

En julio de 2010, La Voz dio a conocer que la empresa había presentado antecedentes de construcción y operación de plantas de gasificación en Estados Unidos que no existían. Giacomino viajó al país del norte para ver si las encontraba, pero lo único que halló fue unas instalaciones que trataban restos de alfombras.

Luego del escándalo, en marzo de 2011, se quiso convertir a Piedra Blanca como definitivo, y también fracasó. Sin embargo, siguió recibiendo la basura. Y continuará al menos hasta 2034.

En el medio pasó también una extensa polémica aún no resuelta por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), sobre la radicación de un complejo ambiental en un paraje cercano a Villa Parque Santa Ana. Se destinaron también millones de pesos en proyectos, peritajes y abogados para algo que nunca se concretó.

La buena noticia es que el destino de la basura deja de ser un problema para los próximos años.

El destino de la basura en Córdoba

Durante casi toda su historia, la gestión de residuos en Córdoba sólo consistía en arrojarla en otro lugar. Primero fue el cauce de La Cañada y luego las costas del río Suquía.

A mediados de la década de 1910, se inaugura un enorme incinerador en barrio Observatorio, en donde hoy está la plaza. Allí se llevaba la basura, se hacía una clasificación previa y los restos se quemaban.

Vista general de los hornos crematorios de basura en barrio Observatorio, que durante el año 1931 quemaron, 14.343 toneladas de basura (La Voz / Archivo)

Las cenizas que quedaban del proceso se vendían para la elaboración de productos de limpieza. En 1960 se inauguró otro horno, de mayor capacidad, en barrio Villa Belgrano.

El horno incinerador de residuos de Villa Belgrano (La Voz / Archivo)

Los hornos se cerraron en los años -70, cuando se habilitaron seis terrenos para tirar la basura que se recolectaba en la ciudad. Algunos de ellos estaban en la zona sur: uno donde hoy se encuentra barrio Nuestro Hogar III y el otro en el nuevo predio del enterramiento.

En 1982, la empresa Aseo habilita el enterramiento sanitario de Bouwer, lo que significó un importante avance en la gestión de residuos.

En el predio hay nueve fosas, la más grande es la que se habilitó en 1998 y que se eleva unos 20 metros sobre la superficie. En ese sitio hay enterradas más de 10 millones de toneladas de basura.

El futuro

Ahora, vuelve la previsibilidad. La celda habilitada mide 180 metros de largo y ancho, con 17 metros de profundidad. Su construcción incluyó la remoción de 500 mil metros cúbicos de tierra, la compactación de una capa de bentonita para garantizar la impermeabilidad, y la instalación de una geomembrana de dos milímetros, protegida por una malla geotextil.

Es la primera de otras seis, que están preparadas para captar los gases que serán utilizados para producir energía. La vida útil prevista es de 10 años.

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