El candidato a intendente de Saladillo por el Frente de Todos habló con InfoMIBA sobre la escasa diferencia de votos que lo separa de ser el primer jefe comunal peronista de la localidad y cómo piensa conseguirlos.
Algo más de mil votos es la diferencia que separó al candidato a intendente de Saladillo por el Frente de Todos, Amaro Sarlo, del actual jefe comunal de Juntos por el Cambio, José Luis Salomón, en las elecciones primarias.
Dos meses después, Sarlo y su equipo siguen caminando las calles de la ciudad en busca de llegar a ser el primer gobierno peronista del distrito desde la vuelta de la democracia.
“Estamos tratando de convencer y descontar los pocos votos que nos faltan para cambiar una historia de 36 años”, dice a InfoMIBA el postulante del Frente de Todos, para quien la diferencia de votos de las PASO “fue muy chica y fue histórica”.
“Nos abrió una puerta importante hacia el 27 de octubre y estamos trabajando fuertemente en escuchar a la gente y contarle lo que queremos hacer”, sostiene Sarlo.
Desde 1983, Saladillo ha tenido tres intendentes radicales: Francisco Ferro (1983-1991), Carlos Antonio Gorosito (1991-2015), y José Luis Salomón, quien asumió en 2015 y busca la reelección.
Respecto al caudal de votos conseguidos por el Frente de Todos el 11 de agosto, Sarlo considera que “el vecino ha visto en nosotros una buena alternativa, un buen equipo de trabajo, una manera distinta de hacer política y seguramente hay algún que otro condimento del otro lado, pero nosotros hablamos de nosotros”.
“La gente eligió juventud, gestión, una alternativa de gobierno con una plataforma seria y muchísimas ganas de trabajar. Con esa responsabilidad que nos ha dado la ciudadanía vamos a seguir hasta el 27 de octubre”, agrega.
En esa línea, el candidato a intendente del Frete de Todos, aclara: “Estamos con los pies sobre la tierra. No hemos ganado nada pero estamos a nada de serlo todo”.
Respecto a la gestión que implementaría en Saladillo, en caso de ganar las generales de octubre, Sarlo relata: “Queremos establecer prioridades, optimizar los recursos y tratar de tener superávit para poder invertir a largo plazo”.
“Hoy lo principal es la generación de trabajo, pero creo que la parte social está desbastada. Así que se trabajará social y económicamente y a partir de ahí, se tratarán reclamos históricos de la localidad como la eliminación de basurales a cielo abierto, la hormigonera municipal, la incorporación de transporte público para las localidades del interior, la conexión de gas en las zonas que no la tienen, y el tema de viviendas, que es crucial”, completa.
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