Menéndez, Andreotti y Zabaleta fueron los mejor evaluados en un sondeo; Festa y Pereyra, los peores.
Los intendentes bonaerenses suelen repetir una queja: que la suya es la primera puerta que los vecinos patean ante un problema, por más que la responsabilidad del problema sea del gobierno provincial o nacional. Pero parece que no les va tan mal: un 57 por ciento de los vecinos del conurbano aprueba la gestión de su intendente, contra sólo un tercio que la desaprueba. Es más, el grueso de los intendentes tienen índices de aprobación que serían la envidia de Mauricio Macri, Cristina Kirchner, Sergio Massa y María Eugenia Vidal.
Ese es uno de los datos más llamativos de la encuesta telefónica de 13.953 casos que Poliarquía Consultores realizó entre el 22 de julio y el 9 de agosto en 25 partidos del Gran Buenos Aires: los 24 del conurbano más Pilar. El otro dato es el ránking de los intendentes más apreciados. Y los bochados.
El podio está ocupado por tres intendentes peronistas: Gustavo Menéndez (FPV), de Merlo, con una aprobación del 78% de sus vecinos y el rechazo del 12%, seguido por Luis Andreotti (Frente Renovador), de San Fernando, con 77% de aprobación (17% de bochazos), y Juan Zabaleta (FPV), de Hurlingham, con 73% de aprobación (16% de negativa).
Menéndez y Zabaleta llegaron al cargo en diciembre, derrotando a dos barones del conurbano: Raúl Othacehé (FPV), que gobernó el distrito 24 años, y Luis Acuña (FR), que lo hizo durante 14 años. Andreotti, a su vez, va por su segundo mandato, tras destronar en 2011 a otro cacique, Gerardo Amieiro, que gobernaba desde 1995.
Si al porcentaje de aprobación se le resta el de rechazo que generan estos tres intendentes, surge un diferencial positivo exorbitante: 66, 61 y 57 puntos, respectivamente.
Un escalón por debajo, con diferenciales de aprobación que van de los 38 a los 47 puntos, aparece un segundo pelotón de todos los colores políticos. Encabezan dos de Cambiemos: Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, con una aprobación de 69 puntos y un rechazo de 22, seguido por Jorge Macri, de Vicente López (69% y 25%). Los siguen tres peronistas: Leonardo Nardini, de Malvinas Argentinas (65% y 23%); Jorge Ferraresi, de Avellaneda (67% y 26%); Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora (65% y 26%). Y cierran el grupo Gustavo Posse (Cambiemos), de San Isidro (66% y 28%) y Gabriel Katopodis (FPV), de San Martin (64% y 27%).
A partir de allí siguen intendentes con diferenciales de aprobación altos y medios. Verónica Magario (FPV-La Matanza), con 31 puntos de diferencia entre aprobación y rechazo; Alejandro Granados (FPV-Ezeiza), con 29, Julio Zamora (FR-Tigre), con 27; Patricio Mussi (FPV-Berazategui), con 21; Ramiro Tagliaferro (Cambiemos-Morón), con 19; Martiniano Molina (Cambiemos-Quilmes), con 15; y Mario Ishii (FPV-José C. Paz), con 11; y Nicolás Ducoté (Cambiemos-Pilar), con 9.
Si se toma en cuenta que la encuesta tiene un margen de error de +/- 4 puntos, el anteúltimo grupo está formado por intendentes con un diferencial balanceado: Fernando Gray (FPV-Esteban Echeverría), con un margen positivo de 1 punto; Néstor Grindetti (Cambiemos-Lanús) y Mariano Cascallares (FPV-Almirante Brown), ambos con un punto negativo (-1); y Alberto Descalzo (FPV-Ituzaingó), con -4.
Sólo dos intendentes recibieron una claro aplazo de parte de sus vecinos. Ambos del FPV. El recién llegado Walter Festa, de Moreno, y cercano a La Cámpora, con 54% de rechazo y 32% de aprobación (-22 de diferencial) y Julio Pereyra (FPV), que gobierna Florencio Varela desde 1992, con 69% de desaprobación y 23% de aplazos, para un diferencial negativo de 46 puntos.
La encuesta dispara un sinnúmero de interrogantes: ¿Qué diferencia a los intendentes nuevos, como Menéndez o Zabaleta, con puntajes superlativos, de otros que también recién llegan al cargo, como Festa, ampliamente reprobados? La encuesta arroja una posible respuesta: cuando a los vecinos se les pidió que evaluaran la situación del municipio, Merlo fue calificado como bueno y Hurlingham muy bueno, mientras Moreno fue señalado como muy malo.
¿Jugó la herencia que recibieron de Othacehé y Acuña un rol, contra el legado que en Moreno dejó el ex intendente kirchnerista Mariano West? Festa, por caso, tiene problemas hoy para pagar sueldos, mientras que Menéndez convoca a recitales gratuitos casi todas las semanas, sin mencionar su identificación y sus fotos con el papa Francisco.
Según la encuesta, los municipios mejor evaluados fueron, aparte de Hurlingham, los cuatro del corredor norte: Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre. Los peores, con una evaluación "muy mala", fueron Florencio Varela, Lanús, Moreno y José C. Paz, seguidos por "malos" como Quilmes, Almirante Brown, Esteban Echeverría, La Matanza e Ituzaingó.
Si se cruzan esas evaluaciones con las de sus intendentes surgen nuevas preguntas. Por ejemplo: ¿por qué el tigrense Zamora tiene una aprobación más baja que Magario, de La Matanza, cuya situación municipal es juzgada como mala por sus vecinos?
Y una última: ¿Cuál es el secreto con el que Pereyra y otros reprobados, que gobiernan municipios también aplazados, se mantienen por años en el cargo?.
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