Las consultas, reservas y confirmaciones para eventos sociales han aumentado de manera considerable a tal punto que tanto organizadores como encargados de salones no dan abasto con la demanda local.
El 19 de marzo del 2020, en cadena nacional, el presidente Alberto Fernández anunciaba cuarentena estricta para todo el país, suspendiendo todo tipo de actividades, en un principio hasta el 31 de marzo, pero a medida que fueron pasando los días el panorama se fue complicando, la incertidumbre creciendo y la cuarentena estricta comenzó a extenderse.
En ese contexto muchas fueron las actividades que se vieron perjudicadas, ya que tuvieron que suspenderse, entre ellas los eventos sociales y familiares. A más de un año de ese anuncio, y con la mayoría de las actividades prácticamente funcionando a la normalidad, los trabajadores de los distintos rubros que intervienen en un evento están colapsados debido a la alta demanda.
En dialogo con Estación Claridad, Esteban Vázquez, organizador de eventos, dijo “teníamos una expectativa con la apertura de los protocolos, y a medida que se fue flexibilizando, subieron las demandas y consultas, pero no sabíamos que iba a explotar de la manera que lo ha hecho. Tenemos una gran cantidad de consultas para eventos que sobrepasan los que podemos realizar tanto nosotros como la mayoría de los colegas del rubro, ya que no solo son eventos de este año, sino varios que quedaron pendientes del año pasado”.
Uno de los principales inconvenientes que registran, además de la alta demanda, es la falta de mano de obra, ya que muchos mozos, cocineros, asistentes entre otros cuando comenzó el aislamiento estricto y vieron que no iba a ser en el corto plazo buscaron trabajo en otros rubros, y no se ha podido recuperar.
Otro problema del sector es que varios gastronómicos se reinventaron, dedicándose a la venta de viandas, rotisería e incluso abriendo locales que funcionan como restoranes y aun no se dedican de lleno a los eventos sociales, por lo que las opciones escasean.
Vázquez afirmó que desde hace unas semanas tienen un 90% de las fechas ocupadas para noviembre y diciembre, por lo que muchas fechas se están corriendo para enero y febrero. “No hay salones prácticamente para las cenas de fin de año empresariales para 100 personas. Por un lado, es una alegría, pero por otro lado no podemos cubrir la demanda”, finalizó.
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