La alquimia electoral que prepara Jorge Macri para resistir la avanzada libertaria en la Capital

La alquimia electoral que prepara Jorge Macri para resistir la avanzada libertaria en la Capital

El jefe de gobierno se alista para una “guerra sucia” entre Pro y LLA en la ciudad; las razones detrás de su apuesta por una candidatura de su primo

 

Matías Moreno

La reunión virtual de la mesa ejecutiva del lunes último volvió a reflejar el estado de ánimo generalizado en Pro. A sabiendas de que su poder de representación pareció descomponerse con el correr de la gestión de Javier Milei, los referentes amarillos que se inclinan por evitar la confrontación con el Presidente redoblaron la presión para llegar a un entendimiento con los libertarios en las próximas legislativas. Entienden que es la única fórmula que les permitiría blindar su poder territorial y que les garantizaría sobrevida en el nuevo tablero. Consciente de que sus pares miran con desdén su decisión de desdoblar las elecciones porteñas y lo acusan de promover una ruptura para proteger de la avanzada libertaria a la Capital, el principal bastión de la estructura de Pro, Jorge Macri tomó la palabra y buscó salir de la encerrona: “¿Ustedes creen que es posible llegar a un acuerdo? Díganme cómo hacemos y cuál es el camino para lograrlo, porque yo no lo veo”, remarcó.

El jefe porteño intenta tomar la delantera ante la creciente incertidumbre que provoca en las filas de Pro el próximo proceso electoral. En las últimas semanas se mostró decidido a acrecentar su influencia en el mapa interno de la fuerza que lidera su primo, Mauricio. Contrató al consultor catalán Antoni Rubí-Gutiérrez, quien supervisa todos sus movimientos y delineó una estrategia para evitar un naufragio. De esa manera, Jorge Macri logró una iniciativa impensable hace un mes: ocupó el carril de la oposición y comenzó a resaltar sus diferencias ideológicas con el modelo de LLA. Por caso, fue de los pocos altos mandos de Pro que se atrevió a rechazar ante la opinión pública las críticas que hizo Milei en el Foro de Davos al feminismo y la diversidad de género.

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Consciente de que la negociación con los libertarios para consensuar los términos de una eventual alianza sigue estancada, el jefe porteño se alista para una feroz disputa el mileísmo más cerril en la patria chica de Macri. El alcalde se convence de que podrá evitar una ola violeta en la Capital en los comicios locales, en los que se elegirán 30 legisladores y él se jugará su capital político.

Jorge Macri, durante un acto en el Club 17 de Agosto, en Villa PueyrredónNicolás Suárez - LA NACION

Sus socios en el mundillo amarillo son mucho menos optimistas: están convencidos de que el andamiaje de Pro pende de un hilo porque Milei logró seducir al electorado del universo antikirchnerista. Además, estiman que la Argentina se encamina a una campaña hiperpolarizada entre LLA y la oposición de Cristina Kirchner o Axel Kicillof.

No obstante, Jorge Macri apuesta a cruzar el rubicón en 2025. Se aferra a la esperanza de que podrá evitar una derrota en los comicios locales que ponga en riesgo su gobernabilidad en la segunda mitad de su mandato en la Ciudad. “Va a ser una guerra sucia”, advirtió días atrás a sus consejeros.

A diferencia de Rogelio Frigerio, Guillermo Montenegro o Diego Santilli, condotieros del ala acuerdista, el jefe porteño machaca con que Pro debe asumir riesgos en la contienda de este año. Es decir, por más que el partido amarillo obtenga una ganancia módica en las urnas, dado que el Gobierno luce fortalecido en la mayoría de los sondeos de opinión, el primo del expresidente repite que Pro debe mantener una identidad definida y su vocación de poder para no ser absorbido por los libertarios. “Prefiero ir a una elección incómoda y tener futuro [en 2027], que caminar a la desaparición”, deslizó ante sus colaboradores.

Para Jorge Macri, no hay dudas de que Pro y La Libertad Avanza (LLA) tienen diferentes métodos y filosofías. “No coincidimos con la idea de desmantelar el Estado ni somos autoritarios ni creemos que todos los periodistas que critican son ensobrados”, puntualizaron allegados al jefe porteño. Quienes lo rodean infieren que, más allá del rumbo económico, no hay grandes consensos entre Pro y LLA en torno a una agenda programática. Y que no hubo instancias para limar diferencias ni interlocutores válidos para edificar una coalición de derecha, como ocurrió en 2015 en los meses previos al nacimiento de Cambiemos. En la sede gubernamental de Parque Patricios analizan que Milei optó por alinearse con los exponentes mundiales del nuevo populismo de derecha, como Donald Trump, Nayib Bukele o Viktor Orbán. Eso, intuyen, lo aleja de Pro, que apuesta a preservar la agenda republicana e institucional.

En la intimidad Jorge Macri repite que él hubiese pactado con Karina Milei para aunar fuerzas en la ciudad para “arrasar con el kirchnerismo” en las urnas, como planteó el Presidente. Sin embargo, el exintendente de Vicente López y sus escuderos siembran dudas respecto de las intenciones del “triángulo de hierro”. Consideran que hay mínimas chances de que Pro y los libertarios confluyan en la Capital después de la seguidilla de desencuentros con Pilar Ramírez, jefa del bloque de LLA en la Legislatura y alter ego de Karina Milei en el territorio porteño. Sin pacto en la Capital, especulan cerca del jefe porteño, es poco probable que amarillos y libertarios cierren un acuerdo en Buenos Aires. “Son sus reglas o nada. Así es difícil”, justifican.

Por caso, a Jorge Macri no le sorprendió que “El Jefe” o Santiago Caputo, principal estratega de Milei y guardián del relato libertario, hayan ninguneado la propuesta del líder de Pro de conformar una mesa de diálogo para debatir las condiciones de una alianza. “Nos están diciendo que elijamos cómo queremos morir: nicho o tierra”, despotricaron en la cima de la Ciudad.

En Uspallata profesan que la discusión con los libertarios ingresó en tiempo de descuento. En el plano nacional, los macristas estiman que resta un mes para precisar si habrá o no un pacto de convergencia. Es que descuentan que los comicios en Santa Fe, previstos para el 13 de abril, acelerarán las definiciones. No es casual que Jorge Macri se mantenga en diálogo con los radicales Maximiliano Pullaro o Gustavo Valdés (Corrientes), entre otros, a quienes nota cerca de apostar por una reedición de JxC en sus distritos.

A nivel local, en Pro descuentan que no compartirán las listas con LLA. Por esa razón, Jorge Macri prepara su alquimia con elementos ya conocidos. Por un lado, optaría por garantizarse el acompañamiento de los radicales -tiene un vínculo estrecho con Daniel Angelici- y de los integrantes de la Coalición Cívica (CC). Dicho de otro modo: intentará mantener el statu quo de la alianza oficialista en la Legislatura. Resta saber si el sector de la UCR que responde a Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti tejerá una alternativa propia o se mantendrá dentro del esquema de “Vamos por Más”.

En la reunión del miércoles de Pro en Balcarce 412, Mauricio Macri y los popes partidarios analizaron el escenario porteño. Creen que se enfrentarían a una elección de tres tercios -Pro, LLA y el peronismo- en caso de que no haya acuerdo. Jorge Macri admite que le costó amalgamar su equipo y tomar el pulso de la gestión porteña. Pero se ufana de que los números en las encuestas exhiben un repunte de su evaluación. “Queremos discutir la gestión y asuntos importantes para consolidar la autonomía porteña. Por ejemplo, ¿qué vamos a hacer con el Puerto?”, remarcan allegados a Jorge Macri.

En la campaña, priorizará exhibir gestión -hará foco en la movilidad o la renovación de los coches de las líneas A, B y C de subterráneos- y apostará a reforzar la agenda vinculada a la reducción de gasto público.

Karina Milei y Bullrich, junto a los legisladores de LLA

Jorge Macri vislumbra que la Casa Rosada pondrá un candidato de renombre, como Manuel Adorni, para hacer pie en la disputa porteña y demostrarle a Pro su poder de fuego. Él evita mostrar sus cartas, pero deja entrever que contempla entre tres o cuatro nombres para dar batalla. ¿Waldo Wolff, Laura Alonso o Fernán Quirós? Por lo pronto, los asesores del alcalde ya enviaron a medir diversas opciones.

Tras la expulsión de Ramiro Marra, se entusiasman con la chance de que se consolide un frente liberal que le quite votos a la boleta de LLA. ¿Irán a tentar a Marra en plena pulseada entre los libertarios y Pro por incorporar dirigentes? Jorge Macri da indicios de que apuesta a que compitan por afuera. Otros enemigos de Milei en la galaxia liberal, como Ricardo López Murphy o Roberto Cachanosky, también se alistan para subirse al ring porteño.

En ese contexto, el jefe porteño tiene previsto verse en las próximas semanas con Horacio Rodríguez Larreta, quien coquetea con la posibilidad de competir con un vehículo propio en los comicios capitalinos. En el entorno de Jorge Macri presumen que el exjefe porteño estaría más cómodo con un Pro que tome mayor distancia del modelo de Milei.

Entre tanto, Jorge Macri insiste en que su primo Mauricio debería volver a la primera línea de fuego y ponerse el traje de candidato en la Ciudad. Se jacta de que el titular de Pro sería competitivo en la Capital. “Está convencido de que Mauricio gana la elección, incluso, si el Gobierno juega a Bullrich”, remarcan cerca de Jorge Macri.

En el macrismo dejan trascender que Mauricio Macri dio el visto bueno para que se inicie el operativo clamor. El alcalde, por lo pronto, le avisó que pegarían afiches en la Capital y que activarían pintadas. En Uspallata aseguran que el expresidente no objetó la táctica ni se disgustó cuando se enteró de la decisión de desdoblar los comicios.

A su vez, Jorge Macri y sus leales dejaron correr la versión de que el jefe de Pro podría competir tanto en la Capital, el escenario más probable, como en la provincia de Buenos Aires. Dicen que necesitan una carta para plantarle a Cristina Kirchner en caso de que la exmandataria decida postularse. A su vez, conjeturan que de esa manera que podrían condicionar a Milei. “Si Mauricio es candidato y Milei le pone un candidato para enfrentarlo, ¿quién es el que rompe?”, especulan.

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