El senador Alperovich remarcó que tiene fuerzas para continuar en la función pública
Pusieron una pausa a los saludos afectuosos, los chistes y los besos de fin de año. La expectativa llegó a su fin a las 11.30. Los presentes miraron a la entrada incluso antes de que lo anunciaran por los parlantes. El escolta del gobernador, Juan Manzur, y del vice gobernador, Osvaldo Jaldo, para la reunión política era el senador José Alperovich, el mandamás de la política tucumana durante los últimos 12 años.
El Gobierno organizó un brindis de fin de año en el último día hábil del año para mostrar un mensaje de unidad. Durante 2015, en el Frente para la Victoria se vivió un año electoral traumático a raíz, entre otras cosas, de las denuncias de fraude electoral y de un recurso judicial que anuló los comicios hasta que la Corte Suprema de Justicia de la Provincia retrotrajo la medida.
Funcionarios, diputados nacionales, legisladores, concejales, intendentes, comisionados comunales oficialistas y dirigentes manzuristas que perdieron en las últimas elecciones dijeron presente en el convite. Todos los asistentes direccionaron el cuerpo para ver al ex gobernador.
Con una sonrisa fotográfica, Alperovich (al frente del Poder Ejecutivo entre 2003 y 2015) recibió un sinfín de besos y abrazos de los presentes y accedió a todos los pedidos de fotografías. Pasaron varios minutos hasta que logró subir al escenario montado en uno de los salones del club Lince.
El senador acompañó a Manzur en la tarima y retribuyó los gestos y aplausos de todo el equipo oficialista. Vestido con un pantalón claro y un saco azul, Alperovich se paró en el centro del escenario y escuchó los nueve minutos de discurso del gobernador con los dedos entrelazados. Cedió todo el protagonismo a Manzur, pero aún así fue quien se llevó los aplausos del público y con quien todos los dirigentes quisieron chocar su copa. Atrás suyo, compartían el sitio los diputados Marcelo Santillán, Mabel Carrizo, Miriam Gallardo de Dip, y José Orellana (este último abandonó el bloque del FpV en el Congreso); los ministros Miguel Acevedo (Interior), Juan Pablo Lichtmajer (Educación), Gabriel Yedlin (Desarrollo Social) y Pablo Yedlin (secretario de la Gobernación); los legisladores Guillermo Gassenbauer, Silvia Rojkés, Emiliano Vargas Aignasse, Juan Enrique Orellana y Julio Silman; y los intendentes Sergio Venegas (Alderetes), Darío Monteros (La Banda del Río Salí), Elia Fernández de Mansilla (Aguilares), Patricia Lizárraga (Famaillá), Jorge Leal (Burruyacú), María Cejas (Graneros), Carlos Nájar (Las Talitas), Carlos Gallia (Lules), Francisco Serra (Monteros), Jesús Herrera (Simoca), Yapura Astorga (Tafí del Valle) y Javier Noguera (Tafí Viejo).
Finalizadas las palabras de Manzur y el cerrado aplauso peronista, Alperovich charló brevemente con LA GACETA.
El senador nacional descartó que exista una interna por el control del Partido Justicialista local (semanas atrás aparecieron afiches que reclamaban que Manzur sea el presidente). Además, fue tajante al asegurar que su función es la de ayudar al gobernador. Y disipó los rumores de que estaba cansado de la política.
¿Cómo analiza la gestión de Manzur desde que asumió?
-Muy bien, hay que seguir trabajando, lógicamente, para que le vaya bien al país y sobre todo bien a Tucumán.
¿Cómo ve la interna del PJ, de cara a la renovación de cargos?
-No veo ninguna interna. La idea es apoyarlo fuerte a Juan Manzur. Lo que quiera Manzur, eso lo va a tener.
¿Se encuentra con fuerzas para ejercer su banca?
-Sí, por supuesto. Me encuentro con fuerzas para desempeñarme como senador; mi objetivo es ayudarlo a Tucumán y a Manzur.
Sorpresa.- El brindis de fin de año convocado por Juan Manzur y Osvaldo Jaldo tuvo unos 300 invitados, que se reunieron en el salón de eventos del club LInce (avenida Silvano Bores al 800). Estaba convocado para las 10.30, pero hubo una demora de más de una hora porque la comitiva oficial participó de otros actos durante la mañana de ayer. Sobre las mesas que se habían dispuesto en el local había porciones de pan dulce, gaseosas y sidra (foto izquierda).
Premio revelación.- Durante los últimos años, su nombre fue asociado al de Osvaldo Jaldo en la Casa de Gobierno y en los municipios y comunas. Pero en los meses recientes, el ministro del Interior, Miguel Acevedo, fue acumulando capital político y su rostro se fue comenzando a hacer más conocido para la dirigencia provincial. Incluso, muchos de los pedidos especiales para los diferentes territorios fueron recibidos directamente por el ministro.
Sin premio.- El experimentado legislador peronista Juan Antonio Ruiz Olivares llegó a las 10.30 ayer a Lince, compartiendo automóvil con el ministro del Interior, Miguel Acevedo. El ex secretario de la Legislatura concurrió a pesar de un malestar que lo tuvo a maltraer en los últimos días. En los últimos comicios, el referente monterizo lideró el acople Acción Regional, principal aliado del Frente para la Victoria en la sección Oeste. Una vez finalizadas las elecciones, se especulaba con la posibilidad de que Ruiz Olivares fuera designado titular subrogante de la Cámara. Finalmente, el vicegobernador Jaldo se inclinó por un dirigente de su espacio, Julio Silman. Así, “El Gallego”, como apodan cariñosamente al monterizo, se quedó sin premio (sólo ocupa la presidencia de la comisión de Hacienda y Presupuesto en la Legislatura). Ayer, quizás para evitar alguna doble interpretación, Ruiz Olivares omitió su malestar y acudió a Lince.
Sin las “Betty”.- El evento tuvo pocas ausencias de peso en el oficialismo. Dos de ellas fueron protagonizadas por mujeres clave en la gestión alperovichista. La presidenta del PJ local, Beatriz Rojkés de Alperovich, no concurrió al brindis. Y tampoco la senadora Beatriz Mirkin. No hubo explicaciones oficiales sobre por qué no concurrieron.
Vecinos.- José “Mellizo” Orellana dejó el bloque del FpV en Diputados. Sin embargo, eso no le impidió participar del acto, y mucho menos conversar con su vecino famaillense, el diputado camporista Marcelo Santillán
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