El ex gobernador tucumano encabeza la tabla de senadores que no emitieron ninguna palabra en el recinto durante el año 2016. Alperovich le quitó un largo invicto que tenía el ex presidente Carlos Menem, quien en los últimos siete años no emitió ninguna palabra en el Congreso.
Más allá de verificar quiénes son los que más hablan cada año, el dato más requerido es el extremo contrario, aquellos que mantuvieron la boca cerrada. El año anterior fueron cinco, coincidente con las mediciones realizadas en 2007 y 2014 (recordemos que estos conteos se realizan desde el año 2006). Pues en 2016 solo un legislador quedó en cero, el exgobernador tucumano José Alperovich.
Se repitió así el resultado de 2008, cuando también apenas un senador era el que no había hablado. En rigor, debieron ser dos, con Carlos Menem, que no suele hablar, prácticamente nunca lo hace, y en este 2016 solo expresó 3 palabras. Lo hizo dos veces en la misma sesión, a instancias de Federico Pinedo, que estaba presidiendo. Primero le advirtió el presidente provisional: “Senador Menem, aparentemente, no está registrado su voto”, a lo que el riojano repuso: “Fue afirmativo”.
La tercer palabra la sumó cuando Pinedo le indicó que le faltaba votar, a lo que el expresidente respondió “afirmativo”. De haber quedado en cero, hubiera sido el tercer año consecutivo, y la séptima vez en lo que va de sus mandatos como senador, pues tampoco sumó palabras en los años 2007, 2009, 2012 y 2013.
Menem solo habló en su primer año como senador, en 2006, cuando expresó 1.842 palabras; en 2008 pronunció 1.392; en 2011 sólo dijo 6 palabras y en 2010, 64.
La gestión del senador Alperovich, en cuanto a la cantidad de palabras pronunciadas en el recinto de la Cámara de Senadores, deja mucho que desear teniendo en cuenta que fue gobernador de la provincia de Tucumán durante tres períodos consecutivos. De este modo, empieza a marcar ciertas diferencias con su esposa, la ex senadora Beatriz de Alperovich, quien llegó a ocupar el tercer lugar en la sucesión de la presidencia del país.
Tampoco suele hablar demasiado María Laura Leguizamón, que varias veces quedó en cero, pero este año expresó 217 palabras. Menos que en 2015, cuando dijo 354.
Otro exgobernador, el santiagueño Gerardo Zamora, habló bastante poco, 228 palabras, y solo para manejar un tramo de una sesión que le tocó presidir.
Estos datos surgen del trabajo realizado por Parlamentario para su Indice de Calidad Legislativa, que más allá de esta comparación anual, permite determinar el papel que individualmente ha tenido cada legislador a la hora de “parlamentar” en el recinto.
Y en ese sentido, el rionegrino Miguel Pichetto (Frente para la Victoria) se encaramó en el primer lugar entre los que más hablaron, con 44.908 palabras, a más de diez mil de quien resultó en segundo lugar, Liliana Negre de Alonso, con 31.385 palabras.
Justamente la puntana había sido la más “expresiva” el año anterior, cuando incluso llegó a pronunciar más palabras que en 2016: 31.753.
En tercer lugar quedó el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, con 31.054 palabras, con el plus que le permite conducir buena parte de las sesiones en ausencia de la titular del Cuerpo, Gabriela Michetti. Y ya que citamos a la vicepresidente de la Nación, ella pronunció 29.172 palabras a lo largo del año, más que su antecesor, Amado Boudou, en años anteriores -24.247 palabras en 2015, y 26.927 en 2014-.
Hay que tener en cuenta dos cosas: que el año anterior fue de menor actividad por ser electoral, y que en 2014 Boudou se ausentó varias veces, como consecuencia de su complicada situación judicial y la resistencia que su figura registraba ante los senadores de la oposición.
En el caso de Pichetto, vale decir que en los dos años anteriores había quedado en tercer lugar. Parece que resultaron proféticas sus expresiones durante el debate del pago a los holdouts, en el que sobre el final dijo estas recordadas palabras: “Yo he recuperado la capacidad de pensar y reflexionar y de decir lo que realmente pienso. Ya no estoy atado a las obligaciones que me determinaba ser gobierno y oficialismo”.
Los jefes de bancada suelen tener más espacio para expresarse, de ahí que el titular del interbloque oficialista, Angel Rozas, se ubicara en cuarto lugar, con 31.054 palabras.
Recordemos que por su afección cardíaca, el chaqueño debió ausentarse en algunas sesiones y su lugar al frente de la bancada fue ocupado por el correntino Néstor Pedro Braillard Poccard, que en la tabla general quedó el último año en el puesto 37°, con 9.401 palabras.
Quinto aparece el senador Fernando “Pino” Solanas, con 25.250 palabras, en tanto que el sexto lugar fue para la misionera Sandra Giménez, con 23.526 palabras, quien a partir de mediados de año se escindió del bloque PJ-FpV para formar un unipersonal. En la sesión del 15 de junio, al presentarlo, hizo saber su intención de contar con más tiempo para hablar: “No sé cuántos minutos me tocan ahora que tengo bloque propio, que se llama Misiones”, señaló, a lo que Federico Pinedo le aclaró que todos los senadores tendrían 10 minutos. “¿Y después voy a estar incluida en el cierre?”, preguntó, lo que el presidente provisional rechazó: “Si quiere, la paso al cierre”. “No.
Quiero estar en los dos lugares, porque tengo ese derecho”, dijo la misionera, a lo que Pinedo le aclaró que la Comisión de Labor Parlamentaria había acordado que cada senador hablaría 10 minutos, y a eso se tuvo que atener. El séptimo puesto lo tuvo quien se constituyó así en una de las principales caras del kirchnerismo duro, la santacruceña Virginia García, que pronunció 23.269 palabras, ubicándose la cuñada de Máximo Kirchner un lugar por sobre el radical Luis Petcoff Naidenoff (23.057). Luego aparece otro opositor, Jaime Linares, con 20.843 palabras y cierra los diez primeros lugares otra kirchnerista santacruceña, María Ester Labado (18.950). Si tenemos en cuenta a quienes ingresan a estas mediciones sin ser senadores, además de Michetti hay que incluir al jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, quien visitó en dos oportunidades la Cámara alta, totalizando 34.325 palabras.
Y sin contar al secretario Parlamentario Juan Pedro Tunessi, a quien excluimos de estas mediciones, el conteo incluyó a otro actor novedoso, Lorenzo Pepe, quien participó de la sesión en la que se declaró como monumento histórico nacional al inmueble que está en la calle Austria donde se encuentra instalado el Instituto Juan Domingo Perón que preside precisamente el exdiputado nacional. En esa oportunidad, el Cuerpo accedió a apartarse del reglamento y lo autorizaron a decir unas palabras, pronunciando 164, para ser exactos. “No sé cómo agradecer estos gestos, porque acá está la voluntad de todo nuestro pueblo. A lo mejor será porque uno se comportó bien y eso la gente lo valora”, arrancó ese día Pepe.
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