Con dos allanamientos que se hicieron ayer en Berisso y La Plata, ya suman nueve los operativos contra trabajo esclavo realizados en la Región en los últimos 10 días. En los registros de las últimas horas identificaron a once personas, siete de ellas en condición de víctimas y todas de nacionalidad peruana.
Fuentes policiales y judiciales confirmaron que los trabajadores cumplían sus tareas en condiciones “infrahumanas”, con horarios “extremos y por sumas irrisorias, como 14 pesos por una remera o 25 por una campera que en los locales venden a 750 pesos”, detalló un pesquisa con acceso a la causa.
Policías de la comisaría Decimosexta de Villa Ponsati a cargo de Daniel Tolaba allanaron ayer propiedades situadas en 74 entre 117 y 118; y en 128 entre 67 y 67 bis, de Berisso, en el marco de una investigación que arrancó el 29 de mayo por la existencia de presuntos talleres textiles en esos domicilios.
Encabezó los registros el fiscal Fernando Cartasegna, titular de la UFI que interviene en delitos conexos con la Trata de Personas, con la colaboración de personal del Ministerio de Trabajo bonaerense y de Nación; ARBA; AFIP; Control Urbano y Desarrollo Social.
“Había personas trabajando en talleres precarios e improvisados”, comentó un jefe policial, antes de agregar que se identificó a los cuatro presuntos encargados -dos hombres y dos mujeres de entre 37 y 43 años- y a las víctimas, cuatro hombres y tres mujeres de entre 18 y 27.
Por el momento no hay detenidos, y aunque su situación procesal podría cambiar, voceros judiciales aclararon que los “dueños de los talleres también padecerían una situación de explotación laboral” que los pesquisas prometieron “investigar a fondo” para “identificar a los verdaderos responsables”.
“En los fondos de la finca de la calle 74 y del taller encontramos una construcción precaria de chapa y cartón prensado, con dos habitaciones en las que había varias camas de madera y colchones de una plaza”, dijeron las fuentes. Se presume que allí “dormían los empleados”, o lo habrían hecho anteriormente, mientras que en la vivienda de Berisso “las personas dormían en el fondo de la planta baja”.
Secuestraron más de mil bobinas de hilos; 17 bolsas con retazos de prendas; recortes; remeras y decenas de bolsas con distintas prendas y etiquetas de tres marcas.
Unas 20 máquinas de coser quedaron precintadas en los galpones, que fueron clausurados. “De hecho, nunca habían sido habilitados”, aclaró un vocero judicial.
Comentá la nota