El Gobierno Petro busca disminuir el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados de la dieta de los colombianos, pero, ¿a qué costo y qué tan efectivo será?
Hay expectativa por la Reforma Tributaria del Gobierno del presidente Gustavo Petro. Ya tuvo su primer debate en las comisiones económicas del Congreso donde le dieron luz verde sin mayores cambios, y aunque todavía le falta para ser aprobada por las plenarias, los principales actores involucrados siguen con detalle los eventuales cambios en los precios de los alimentos.
Un caso muy particular es el del incremento gradual que tendrían los “ultraprocesados”: se comenzaría con un 10 % en 2023, y se alcanzaría el 20% durante 2025. Además, debe recordarse que Colombia está atravesando por una inflación del 11,4 % confirmado hasta septiembre por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
La noticia ha traído múltiples reacciones por parte de diversos sectores. Entre ellos, se encuentra la Cámara de la Industria de Alimentos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI). Su director ejecutivo, Camilo Montes, declaró que “como industria de alimentos consideramos que esta medida afecta profundamente al consumidor, dado que este tendrá que pagar por sus alimentos un valor mucho más alto con afectación directa sobre su economía”.
Sin embargo, las comidas ultraprocesadas ya eran materia de preocupación por parte de académicos desde hace varios años. Así lo demuestra la publicación de la Universidad Javeriana titulada “Comestibles ultraprocesados: cuáles son y cómo evitarlos según expertos”, en la que, primeramente, se le enseña a los consumidores a distinguir cuáles alimentos podrían ser perjudiciales para su salud.
La publicación fue escrita en 2022 por Juan Pablo Correa Páez, quien reunió testimonios de nutricionistas con recomendaciones para evitar productos que que contengan adición de azúcar, grasa o sodio.
“Son alimentos cuyo estado natural ha sido alterado al transformarlos y mezclarlos con otros comestibles, añadirles sal, azúcar, grasa o aditivos como colorantes, saborizantes, resaltadores de sabor. Algunos pueden llegar a contener más de 40 aditivos. En ocasiones, son preparaciones en las que su fuente vegetal o animal es irreconocible”, dijo la Javeriana.
Entre los afectados estarían el chocolate de mesa y las galletas; lácteos como la cuajada, la leche y los helados; chorizos, hamburguesas y trozos de pollo; snacks y salsas; dulces; tortas, ponqués, panes tajados y tostadas; purés, compotas, mermeladas, algunos condimentos, y café soluble.
Además, el documento redactado por el Gobierno Petro en el que se explica la Reforma describe que el proyecto de ley se propuso teniendo en cuenta los potenciales efectos en la salud de los colombianos derivados del consumo de estos productos: “están nutricionalmente desequilibrados. Tienen un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, y un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas”.
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