Mientras que un 13% de la comida producida se tira antes alcanzar su venta al por menor, otro 17% se desperdicia en los hogares, locales gastronómicos y comercios.
Mientras que más 3.100 millones de personas no pueden permitirse una dieta mínima desde el punto de vista nutricional, un 30% de los alimentos producidos se desperdician , resaltaron desde la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación, desde dónde llaman a recapacitar sobre esta penosa realidad.
Según datos difundidos por el organismo en vísperas del Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora hoy, más del 13% de los alimentos producidos a nivel mundial se pierde en la cadena de suministro después de la cosecha y antes de la venta al por menor, y otro 17% se desperdicia en los hogares, locales gastronómicos y comercios minoristas.
“En Argentina se pierden unos 16 millones de toneladas de alimentos, lo que representa el 12,5 % de la producción agroalimentaria nacional. Más allá de las cifras (que ya de por sí son elocuentes), estos números significan que millones de personas ven comprometido su presente y su futuro, por una reducción en la disponibilidad y el encarecimiento de los alimentos disponibles a causa de la situación”, señala Jorge Meza, el representante de la FAO en el país.
Con tantas personas que no logran comer lo suficiente, para Meza “es inconcebible que se pierdan alimentos debido a una gestión inadecuada en su producción y almacenamiento, o se desperdicien en el proceso de preparación y consumo. O, peor aún, que se conviertan en basura porque desde lo estético no son aceptables para el mercado, aunque nutricionalmente estén en perfectas condiciones, como ocurre -sobre todo- con las frutas y verduras, que ante la menor “manchita” o muesca, ya no son “apetecibles” para los consumidores”, resalta.
Y es que “quienes no accede a una buena alimentación -en especial desde la infancia- tendrá más complicado su desarrollo en todos los aspectos. A la vez, su salud muy probablemente se verá comprometida con el paso del tiempo”, afirma el funcionario de la FAO.
HAMBRE EN AUMENTO
Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, la ONG Manos Unidas denunció por su parte que mientras cada día se desperdician toneladas de comida, “el número de personas que pasan hambre sigue en aumento”.
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Para esta organización, constituye “un fracaso para la humanidad” que 735 millones de personas sufran hambre, según el último informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’. La cifra representa un incremento de 122 millones de personas en comparación con 2019, antes de la pandemia.
Pese a que la crisis causada por el Covid parece haber quedado atrás, los problemas relacionados con la inseguridad alimentaria y la nutrición persisten. ”Las consecuencias no solo agudizan el hambre, sino que repercuten, lógicamente, en el aumento de las personas pobres y enfermas”, afirmaron desde Manos Unidas.
Como señalan desde la ONG, actualmente el cambio climático, los conflictos armados y la inestabilidad económica son algunas de las principales causas que alejan a las personas más vulnerables de la seguridad alimentaria y el derecho a la alimentación.
”Desde hace décadas sabemos que el sufrimiento de tantas personas no se debe a la escasez de recursos ni a causas naturales, sino a estructuras injustas y relaciones que están basadas en la desigualdad”, señaló el coordinador del departamento de Estudios de Manos Unidas, Fidel Podga.
A su entender, el impacto del cambio climático sobre la seguridad alimentaria es “innegable”. Pero “aunque este afecta a todos, no todos los seres humanos sufren el hambre por igual. Creo que, en cuestión de hambre, más que de cambio climático debemos hablar de justicia climática”, señaló.
COMPROMISO HÍDRICO
Para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación, este año la FAO lanzó el lema “El agua es vida. El agua nutre. No dejar a nadie atrás”, como una forma de poner el foco en que sólo el 2.5% del agua del planeta es apta para beber, para la agricultura y para la mayoría de los usos industriales.
“El rápido crecimiento de la población, la urbanización, el desarrollo económico y el cambio climático están poniendo los recursos hídricos del planeta bajo un estrés cada vez mayor”, dijeron.
Al mismo tiempo, “los recursos de agua dulce por persona han disminuido un 20 % en las últimas décadas y la disponibilidad, y la calidad del agua se están deteriorando rápidamente debido a decenios de uso y gestión deficientes, sobreexplotación de aguas subterráneas, contaminación y cambio climático”, indicaron desde la agencia internacional.
Corremos el riesgo de sobrecargar este recurso preciado hasta un punto de no retorno”.Hoy en día, 2.400 millones de personas viven en países sometidos a estrés hídrico. Muchos de ellos son pequeños agricultores que ya luchan para satisfacer sus necesidades diarias, especialmente las mujeres, los Pueblos Indígenas, los migrantes y los refugiados.
Alrededor de 600 millones de personas que dependen, al menos parcialmente, de los sistemas alimentarios acuáticos para vivir están sufriendo los efectos de la contaminación, la degradación de los ecosistemas, las prácticas insostenibles y el cambio climático
”Estos números significan millones de personas que ven comprometido su presente y futuro”
“Desde hace décadas sabemos que el hambre de tantas personas no es por escasez de recursos”
“En un mundo donde hay personas que no comen bien es inconcebible que los alimentos se conviertan en basura porque desde lo estético no son aceptables para el mercado, como ocurre sobre todo con las frutas y lasverduras”
Jorge Meza Representante de FAO en Argentina
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