Un informe del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) identificó en base a la inflación de febrero que los productos de mejor calidad nutricional de la canasta alimentaria acumularon un crecimiento promedio anual un 60% mayor que los panificados y las harinas, entre otros productos.
Además registraron que en la canasta de Precios Cuidados anterior al 11 de abril sólo el 21% de los productos son alimentos saludables como legumbres, hortalizas, frutas y lácteos.Según datos oficiales, el sobrepeso y la obesidad afectan a 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes y a casi 7 de cada 10 adultos en la Argentina.
El Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA) analizó la canasta alimentaria utilizada por el INDEC a la hora de medir la inflación y, en base a los datos de febrero último, identificó que los alimentos de mejor calidad nutricional acumularon en 6 meses “un crecimiento promedio anual un 60% mayor que los panificados, las harinas, y los feculentos, y un 115% más que los principales alimentos fuente de azúcar en la dieta”.
“Consideramos alimentos de mejor calidad nutricional a aquellos que tienen una alta concentración de nutrientes esenciales en relación con las calorías y que tienen bajos niveles de azúcar, grasas saturadas y sodio”, explicó a Chequeado Sergio Britos director de CEPEA. En ese grupo se encuentran las verduras, las frutas, los lácteos, las carnes y las legumbres.
Del otro lado del espectro CEPEA coloca a aquellos alimentos con alta concentración de “nutrientes críticos” y cuyo consumo recomiendan que sea “ocasional”, como las bebidas azucaradas, las galletitas, las facturas y los aderezos, entre otros.
Según CEPEA, una dieta de 2.000 kilocalorías debería combinar principalmente alimentos de buena calidad nutricional que cuestan (cada 100 kilocalorías) 5 veces más que los panificados, harinas y feculentos. Aunque vale aclarar, que esta tendencia puede verse modificada debido al aumento del precio de la harina de trigo por la guerra en Ucrania, índice que todavía no fue medido.
La nutrición en Precios Cuidados
El centro de estudios también analizó los productos incluídos en la canasta del programa Precios Cuidados (se trata de la versión previa a la anunciada recientemente, que comenzará a regir a partir del 11 de abril próximo). Allí encontró que el 47% de los alimentos o productos son “de consumo ocasional según las guías alimentarias”, es decir que son de calidad nutricional baja, mientras que existe “otro 13% de harinas o cereales refinados”.
“La contrapartida son los alimentos ‘a promover’, aquellos que en base a evidencia de estudios oficiales y no gubernamentales deben aumentar su consumo en la dieta (legumbres, hortalizas, frutas y lácteos). Son los menos, sólo un 21%”, detalla el informe.
“Si todos los productos tuvieran etiquetado frontal, el 80% de los incluídos en Precios Cuidados tendrían un sello de advertencia”, agregó Britos en referencia a la recientemente reglamentada ley de etiquetado frontal.
El director de CEPEA considera que “mientras esté vigente el programa Precios Cuidados, no debería ser imposible incorporar alimentos de buena calidad nutricional”. Además, desde el centro de estudios entienden que se podría poner en marcha una política impositiva que favorezca a los alimentos más nutritivos.
Por ejemplo, “se podría hacer un reintegro de una parte de los impuestos, como el IVA, en la tarjeta que reciben los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) para hacer sus compras”.
Otro informe del Observatorio para el Desarrollo Provincial plantea que para el mismo febrero, el costo de la Canasta Alimentaria Saludable (diseña en base a las Guías Alimentarias para la Población Argentina, del Ministerio de Salud) para una familia tipo de 2 adultos y 2 niños fue de $51.233 pesos, es decir un 25,2% más cara de los $37.413 de la Canasta Básica Alimentaria del INDEC.
La malnutrición de los argentinos
En la Argentina se registran importantes problemas en cuanto a la alimentación. La segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, publicada en 2019, señaló que “el sobrepeso y la obesidad constituyen el principal problema de malnutrición en la Argentina” e indicó que estas problemáticas afectan “a 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes y a casi 7 de cada 10 adultos”.
Además, el estudio identificó que “en los adultos la obesidad es un 20% mayor en la población de ingresos más bajos, lo cual confirma la asociación de la obesidad a la pobreza” mientras que en los más jóvenes “el sobrepeso y la obesidad afecta a todos los estratos socioeconómicos por igual”.
Por su parte, la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, publicada el mismo año, registró que solo el 6% de la población consume al menos 5 porciones de frutas o verduras al día, como es recomendado.
Además, el estudio logró identificar que el 34,6% de la población sabe que tiene presión arterial elevada, el 28,9% conoce que su colesterol es alto y un 12,7% tiene glucemia elevada o diabetes. Este último indicador presenta un aumento frente a las ediciones anteriores.
Un informe también de CEPEA analizó la conformación de la dieta de la población argentina y concluyó que es muy alta (89%) la proporción de hogares que no alcanzan una buena (alta) calidad de dieta y sus principales brechas (motivo de la inadecuación en calidad) son el bajo consumo de alimentos de origen vegetal (legumbres, verduras, frutas, frutos secos), la desproporción o desequilibrio en la ingesta de hidratos de carbono (exceso de harinas, panificados y farináceos bajos en fibra y déficit severo en los que son fuente de fibra) y el consumo en exceso de bebidas y alimentos azucarados.
Una mala alimentación tiene serias consecuencias en la salud de la población. Según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad son un “importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles” como las cardiovasculares – principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares-, la diabetes y algunos cánceres entre los que menciona: endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon.
Comentá la nota