La primera testigo en declarar en el juicio contra la periodista Estefania Heit y el pastor Jesús Olivera fue la propia victima. Sonia Molina reiteró los mismos dichos que había pronunciado durante su primera declaración ante la fiscal del caso. Dijo que estuvo cautiva, que fue violada, torturada y que le daban de comer excremento de perro.
LA DECLARACIÓN DE MOLINA
Entre lágrimas, la mujer relató el supuesto calvario al que fue sometida por Heit y Olivera mientras estuvo cautiva.
"Estefanía se hacía llamar pastora y me asesoraba en términos legales. Vendí una casa en Santa Rosa y le hice una entrega de dinero a ellos, sin constancia, para que se encargaran de los trámites", comenzó. Además, dijo, "doné una moto que Olivera vendió".
Sobre los maltratos físicos, Molina reiteró que la hacían dormir en el piso y que la amenazaban para que no dijera donde estaba viviendo por la exposición de la periodista. "El primer inconveniente que tuve fue por 200 pesos y Jesús me llamó para controlarme, pero me dijo que no lo denunciara porque conocía los movimientos de mi hija y que la iba a violar".
Volvió a mencionar que le daban de comer polenta con agua salada, comida de perro, agua con excremento y que le quemaron el paladar con mate cocido hirviendo. Además, contó que cuando se pudo escapar, "la reacción de la gente era tirarse a un costado o esquivarme. Yo les pedía por favor que me ayudaran, que había estado secuestrada".
Los jueces a cargo del proceso son Mario Lindor Burgos, Hugo de Rosa y Elena Baquedano y como fiscal ejercerá Eduardo Zaratiegui. Ante el tribunal desfilarán entre 80 y 100 testigos y el debate, en principio, finalizaría el 20 de mayo.
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