Los habitantes se quejan porque tienen problemas con el transporte público, que no quiere ingresar en la noche.
Ernesto Ugarte, Andrés Zelada, Néstor López y Teresa Rodríguez recuerdan que la entrega de las casas les trajo bastante dolores de cabeza. "Nos las entregaron con varias falencias. No tenían pisos ni artefactos y ni siquiera inodoros. Poco a poco cada uno fue equipándolas y logramos terminarlas y algunos hasta ampliarlas", destacaron con orgullo los pobladores. Otros adjudicatarios debieron reparar los techos y paredes porque los materiales se deterioraron poco después de habitar las casas. "Lo bueno es que teníamos nuestras viviendas propias", señalaron.
También contaron que cuando fueron seleccionados el IPV (Instituto Provincial de la Vivienda) por primera vez tomaba en cuenta que los adjudicatarios garantizaran que podían pagar las cuotas y fue así que los propietarios en un principio fueron empleados de comercio, maestros, policías y gente que acreditaba sus ingresos. Hoy algunos han dejado el lugar porque sus familias se agrandaron o simplemente porque se fueron pero algunas costumbres como el cuidado de las plantas en jardines o los árboles públicos siguen intactas.
"Supimos tener una unión vecinal pero con el tiempo y poco después de la entrega de las casas se disolvió y nunca volvió a constituirse", comentaron los vecinos. También reconocieron que hoy se hace necesario integrar nuevamente una vecinal para poder gestionar mejoras para el conjunto y toda la zona. Sin quejarse, pero con preocupación, relatan que el asfalto de las calles les llegó hace tiempo pero la mala calidad de las cañerías de los servicios de cloacas y agua, han determinado que hoy esté todo deteriorado y sin muchas esperanzas de arreglo.
Los frentistas aseguran: "Eso es un problema de Aysam pero nos cansamos de reclamar y todos los días hay roturas. Vienen, las arreglan, pero quedan los pozos". Si bien destacan que tienen alumbrado público en todas las calles del barrio, piensan que por seguridad, como en todos lados, "vendría bien que agregaran una luminaria por lo menos por cuadra ya que son muy largas y en la noche está muy oscuro". También quieren y necesitan que el servicio de ómnibus se extienda más allá de las 19 porque mucha gente vuelve de sus trabajos o va a ellos después de esa hora y deben ir hasta varias cuadras a tomar los micros.
"Sabemos que las empresas no quieren ingresar a esta zona pero deben saber que de todas las familias que viven en este barrio como en los vecinos son trabajadoras y los sectores problemáticos están focalizados e individualizados aunque la inseguridad no es un problema para ellos. También dicen, pero en forma de broma aunque es cierto, "ni los delivery quieren venir".
Aunque reconocen que "hay hechos delictivos, no son más que los que hay en cualquier parte pero no nos pueden discriminar por unos pocos inadaptados", se quejan. A medida que fueron creciendo las urbanizaciones se instalaron escuelas y hoy funcionan dos en jurisdicción del "Bufano". La "Manos solidarias" que es primaria y la especial "Amadeo Natale".
Los vecinos reflexionan: "Nos hace falta la vecinal por ejemplo para gestionar la construcción de un salón comunitario que podría construirse en un lote que fue dejado para eso cuando se hicieron las casas". Y aseguran: "Si hay una personería jurídica respaldando todo, es más fácil pero, aunque estamos cansados, seguiremos adelante para mejorar nuestro barrio y mejorar nuestra calidad de vida".
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