El intendente, Germán Alfaro, logró lo que buscaba. La cumbre con el gobernador, Juan Manzur, por el cortocircuito en el Concejo Deliberante de la Capital no fue en vano: en la sesión extraordinaria de ayer los concejales aprobaron el blindaje económico que había solicitado el jefe municipal. “Hay que darle las herramientas a Germán para que pueda gobernar”, fue la orden que había bajado el mandatario provincial a los ediles de su espacio en el Concejo de esta ciudad.

El acompañamiento de los siete representantes del Frente para la Victoria, sin embargo, fue dispar. El permiso para tomar crédito y el aumento en el valor del Urbano (unidad de medida de algunos cánones e impuestos municipales) fueron aprobados sólo con los nueve votos que el Acuerdo para el Bicentenario tiene en el cuerpo. Los ediles del FpV sí acompañaron la propuesta de ampliación presupuestaria y la postergación de la emergencia económica por un año más, aunque no escatimaron las críticas. Fuerza Republicana, a su vez, rechazó las medidas, al consignar que no votarían propuestas que consagraran desmanejos económicos en perjuicio de los vecinos.

Acuerdo sobre la hora

La sesión del jueves no alcanzó el quórum porque desde el FpV y FR reclamaron que los ediles que debían asumir por las licencias de Armando Cortalezzi, Carolina Vargas Aignasse y Carlos Isa Assán, ocuparan sus bancas al inicio de la sesión y no en medio del debate.

Apenas inició la sesión, el edil David Mizrahi (FpV), solicitó un cuarto intermedio para acordar con sus pares que la asunción se trate en primer término. Al regreso, el manzurista mocionó que se realice una excepción al reglamento interno para que el séptimo asunto del día (la jura), pase a tratarse de inmediato. Por votación unánime, se acordó el cambio.

Entre militantes, familiares y dirigentes, juraron Juan Luis Pérez (reemplazó a Vargas Aignasse), Graciela del Valle Suárez (ocupa el lugar de Cortalezzi) y María Dolores Medina Taljuk (suplanta a Assán). Todos juraron por Dios, la Patria y los Santos Evangelios.

Con el cuerpo conformado, no quedaban trabas para tratar el blindaje económico.

En cuatro proyectos, el Ejecutivo Municipal solicitaba un permiso para tomar deuda ante alguna contingencia; el aumento de un 30% del valor del Urbano (aumentó de $1 a $1,30); una ampliación presupuestaria de $ 297 millones ($ 22 millones serán destinados al Concejo, que no tiene fondos y mantiene una deuda con 2.700 trabajadores de bloque político de la conformación anterior) y la adhesión a la emergencia económica de la Provincia, lo que implica la inembargabilidad del patrimonio de la Municipalidad.

“Con estas propuestas se favorece al Estado frente al vecino. Con la prórroga del presupuesto se han sacado $300 millones más al contribuyente, es un despropósito”, calificó Ricardo Bussi, que anticipó su voto en contra de lo que consideraba un “cheque en blanco”. El macrista Roberto Ávila (vicepresidente segundo) arremetió con fuerza contra el ex legislador: “en qué te has convertido Ricardo, ¿en alperovichista?”.

Dante Loza, jefe del bloque del FpV, celebró que del cuerpo al fin se haya integrado con todos sus miembros. “Me tocó ser oficialista mucho tiempo, y ahora me toca ser oposición (en el Concejo). Queremos dar las herramientas para que Alfaro gobierne. No vinimos a poner palos en la rueda, vamos a oponernos sanamente y acompañaremos lo que se deba”, valoró.

Mizrahi criticó que se consignen como una de las garantías del permiso para tomar deuda partidas del Fondo de Desarrollo del Interior (ley 6.650), de la que no es beneficiaria la Capital.

El FpV votó en contra del permiso para que la Intendencia tome deuda y del aumento del Urbano. Llegado el turno de la ampliación presupuestaria y de la prórroga de la emergencia económica, la postura cambió.

“A estoy hay que votarlo”, dijo desde el público el ex edil alperovichista Javier Morof, que acudió para acompañar a su esposa, la concejala María Belén Cruzado Sánchez. El actual legislador Ramón Santiago “Cacho” Cano y ex presidente del Concejo también se encontraba en el recinto. Acudió para la asunción de su esposa, la ex legisladora Suárez, y observó el debate.

Loza, instantes antes, había mirado a sus compañeros de bancada y les dijo: “emergencia sí”.

El manzurismo acompañó las dos medidas. Mizrahi, sin embargo, se abstuvo de votar la ordenanza de emergencia económica. “Si ya se le otorgó la suba de impuestos y el permiso para tomar crédito, es ilógico que también se le prorroge la emergencia económica”, defendió su postura.

La discusión política quedó de lado en el tratamiento de tres asuntos. La ordenanza para las obras de embellecimiento en el barrio La Costanera (mediante un préstamo del BID de $72 millones no reintegrables), la modificación de los usos comerciales para diversificar los rubros de negocios en beneficio del Shopping a Cielo Abierto y la prórroga hasta marzo de 2016 de la renovación de licencias definitivas de Sutrappa contaron con el apoyo unánime.

Oposición y oficialismo coincidieron en que el debate no faltará en las sesiones.

“Después de muchas idas y vueltas pudimos sesionar y cumplir con el temario. Se debatió y cada cual dio sus pareceres. El municipio ya cuenta con las herramientas que necesitaba para gestionar”, valoró Agustín Romano Norri, jefe de la bancada del APB.

“Fue una sesión dentro del os parámetros de la democracia, en los que se pudo debatir cada norma, en algunas hemos acompañado, cuando considerábamos que era para el beneficio de la comunidad”, consideró Mizrahi.