El hecho más trascendente ocurrió en Paso de los Libres. A través de un llamado telefónico le hicieron creer a una mujer que habían raptado a su marido. Incluso improvisaron una situación de tortura. El rescate pedido fue de $20.000, debía ser depositado mediante Western Unión. La víctima decidió vender el auto e hizo el giro. Se dio cuenta de que todo era una mentira cuando el esposo llegó a su casa.
El dramático episodio que debió afrontar Cristina Maidana de 35 años, comenzó el lunes a las 15 cuando recibió un llamado al teléfono fijo informándole que su esposo había sufrido un accidente. Cuando el delincuente logró la atención de la mujer le manifestó que en realidad su marido estaba secuestrado, que tenía que apagar su teléfono celular y hacer todo lo que le indicaban.
Le exigieron que comprara tarjetas telefónicas y les pasara los códigos y luego las destruyera quemándolas, “para no dejar rastros”. Como pago de rescate los falsos secuestradores pidieron la suma de $20.000. Ante la desesperación de la mujer por no tener el dinero, los delincuentes le hicieron escuchar la voz de un hombre que estaba llorando y le pedía ayuda. Ante el ruego de Maidana, le advirtieron que le cortarían un dedo y luego seguirían con sus manos sino realizaba la operación bancaria en lo inmediato.
La mujer se dirigió a la casa de un hermano y posteriormente juntos se fueron a una agencia de automotores, donde realizan la venta del automóvil. Allí sólo le adelantan la suma de $7.000.
Por indicación del delincuente, Maidana deposita el dinero en una cuenta Wes-tern Unión a cobrar sólo por código en cualquier punto del país y mil pesos para cargar tarjetas telefónicas.
Mientras la señora realizaba esas diligencias, su marido, Domingo Rivelli (38), que se desempeña como trabajador rural llegó a su domicilio y allí se enteró de lo que estaba pasando. Fue entonces que se comunicó con la Policía que inició la investigación. Como primera medida secuestraron el vehículo que había sido comercializado y pidieron ayuda a la Policía de Córdoba, ya que la mujer engañada les contó que el hombre que hablaba por teléfono tenía acento cordobes. De la pesquisa pudieron saber que el dinero fue cobrado en una ciudad de esa provincia, ni bien se hizo la transferencia del efectivo.
Los investigadores lograron ubicar la sucursal y con la ayuda de la Policía de Córdoba pidieron las filmaciones de las cámaras de seguridad para poder dar con el cobrador del dinero. En tanto también se pidió un informe del cruce de llamadas, para conocer desde dónde se inició la comunicación extorsiva.
Otros casos similares en el modus operandi, se registraron en Monte Caseros y Curuzú Cuatiá. En algunos de ellos, los damnificados hicieron el pago de tarjetas telefónicas.
La Policía pide a la población que ante este tipo de situaciones traten de verificar el estado de sus familiares y no hagan ninguna operación de dinero.
Comentá la nota