Las pequeñas y medianas empresas manufactureras sufren la caída en sus ventas y el alza de costos, a la vez que pierden terreno con el ingreso desregulado de bienes importados y tienen menos competitividad para exportar.
Por
EUGENIA RODRÍGUEZ
En 2024 las pymes manufactureras registraron la segunda mayor caída del nivel de producción (después de 2020) y de empleo (después de 2009) de toda la serie histórica. Esta situación, todavía muy lejos de revertirse, tiene impacto directo en las proyecciones para este año: el 60% de las pequeñas y medianas firmas industriales no planifica aumentar sus inversiones productivas en 2025, y menos del 20% proyecta una suba del empleo en el sector.
Los datos se desprenden del último informe coyuntural del Observatorio Pyme que puso el ojo, además, en los principales problemas que enfrentan dichas empresas: “la amenaza importadora, los elevados costos de producción y la incertidumbre sobre la sostenibilidad de la demanda”, generan alarma en las pymes. Un dato no menor: 7 de cada 10 considera con la caída de las ventas es la preocupación central.
Así las cosas, el combo que combina apreciación cambiaria, menos competitividad exportadora y promoción de las importaciones sin medidas que, por otro lado, incentiven la producción nacional configura un panorama que alerta “sobre el proceso de destrucción de empleo y la pérdida de capacidades productivas del país”.
Pocas expectativas de mejora
Al cierre del 2024 el nivel de producción de las pymes manufactureras se mantuvo a la baja (-10% respecto de un año atrás) a la vez que continuó cayendo la ocupación (-6%). Por su parte las ventas evidenciaron una mejora en los últimos meses del año que, entienden desde el sector, puede vincularse con “la liquidación de stocks a bajo precio o una creciente sustitución de producción local por importaciones de productos terminados”. Es decir, no se trataría de un repunte en las ventas que pueda favorecer en lo inmediato al tejido productivo local.
En este escenario y de cara al 2025 preocupa que el 60% de las empresas pyme manufactureras no proyecte realizar nuevas inversiones productivas a lo largo del año. Así surge de la última Encuesta de Coyuntura presentada por el Observatorio Pyme, de acuerdo a las respuestas de más de 400 firmas del país en febrero pasado. El dato muestra, además, una suba de casi 10 puntos comparado con la cantidad de empresas que no planificaban nuevas inversiones en abril de 2024.
Esta decisión va de la mano de que, al menos, un 50% de empresas que no espera recuperación de las ventas, “lo que muestra un panorama todavía complejo y de creciente fragmentación para el sector”, indicó el informe y agregó que entre otras medidas a adoptar por las empresas aparecen también las vinculadas a la suspensión o reducción de personal u horas extras. De hecho, solo el 16% dijo esperar una mejora en el nivel de ocupación.
Las expectativas empresariales para este año se vinculan directamente con la situación que arrastran las firmas y que combina una sostenida caída de la demanda interna, altos costos de producción y el impacto negativo de la apertura desregulada de importaciones, lo que hace que más de la mitad crea que su desempeño se verá perjudicado también en 2025. “La industria manufacturera sigue atravesando los problemas típicos de los ciclos recesivos: 66% teme por la caída de las ventas”, sumó el documento sectorial que destacó también que la preocupación por la pérdida de mercado a manos de importadores creció 8 puntos en los últimos cuatro meses.
“Las PyME manufactureras se enfrentan a un shock competitivo generado por el proceso de apreciación cambiaria, apertura importadora y medidas que promueven importaciones que no son acompañadas por los mismos incentivos para la producción local. Este panorama alerta sobre el proceso de destrucción de empleo y la pérdida de capacidades productivas”, señalaron.
Un punto no menor, las pequeñas y medianas empresas sufren aún las consecuencias de un 2024 que, en perspectiva histórica, registró la segunda mayor caída de la producción luego de la pandemia de 2020 y también fue el segundo de mayor contracción del empleo, solo superado por la caída del año 2009 en el marco de la crisis internacional. A la vez que las ventas, pese a la desaceleración de la caída del último tramo del año, acumulan tres años consecutivos a la baja.
En materia de precios el informe de Fundación Observatorio Pyme analizó que “se sostiene el retraso en los precios de las PyME industriales frente a sus costos, generando tensiones en la rentabilidad, en un contexto de fuerte contracción de la producción y de búsqueda de estrategias para colocar stocks de productos terminados”.
Más problemas a la vista
Muchos de los problemas que afectaron al sector el año pasado persisten en el inicio del corriente y se pueden centralizar en tres principales: “debilidad de la demanda, elevados costos de producción y la apertura de importaciones”. Se trata de problemáticas que más del 50% de las firmas industriales señaló como factores que podrían afectar su desempeño en 2025.
De acuerdo con datos sectoriales, respecto de la crisis de demanda, la mayor alarma recae en actividades como las de fabricación de muebles (89%) y textiles (84%), con mayor dependencia del mercado interno. En el caso de la apertura importadora, más del 70% de las empresas en los sectores de sustancias y productos químicos, caucho y plástico, productos eléctricos y electrónicos y autopartes consideran que podría limitar sus posibilidades.
Finalmente, el informe destacó que “persiste la pérdida de rentabilidad: mientras que el 90% de las empresas tuvo subas en sus costos, menos de la mitad (43%) registró aumentos en sus precios” y a esto se suma que “conviven con atraso cambiario y la pérdida de poder de compra de los salarios”.
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