Alerta Javier Milei: se derrumba la clase media, el nervio más sensible de la Argentina

Alerta Javier Milei: se derrumba la clase media, el nervio más sensible de la Argentina

Agustín Salvia, Juan Germano y Pablo Semán analizan con Letra P un proceso que aceleró en 2024. El impacto de la caída de un sector determinante.

 

Por Marcelo Falak

La masificación de la pobreza(a junio de 2024, 52,9%, con 18,1% de indigencia), paralela a una larga retracción de los ingresos, no puede explicarse sin reparar en el proceso de movilidad social descendente que desgarra a la clase media desde hace al menos una década y cobró intensidad con el hiperajuste de Javier Milei.

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Según dijo Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), en una entrevista que concedió a Letra P, "desde fines de 2014, con Cristina Fernández de Kirchner, quedó un piso de pobreza del 30% y un sector de la clase media en una situación que ya era de vulnerabilidad. De este sector surge un cuarto más de la población que cayó en esa condición o, más precisamente, un 23% si hacemos el promedio del primer trimestre de año con el segundo".

Agustín Salvia: "Un tercio de la sociedad vive en un contexto de pobreza crónica, estructural".

Consultado por este medio, Pablo Semán, sociólogo y antropólogo que enseña en la Universidad de San Martín, coincidió en el punto. "Desde hace casi dos lustros, las clases medias vienen padeciendo procesos de empobrecimiento y heterogeneización que se han incrementado en los últimos años y también en lo que va el gobierno de Milei".

 

 

La parte superior de esa franja consigue, con esfuerzo, proteger ahorros y surfear la ola interminable. La inferior, si los tenía, los quema, declina y se pregunta si el naufragio será permanente.

La crisis permanente en la era de Javier Milei

Salvia ubica el fenómeno en perspectiva. "En términos históricos, hubo una recuperación rápida desde 2003-2004, que benefició a sectores como los pequeños comerciantes, trabajadores con oficios y por cuenta propia, y a los calificados y semicalificados de las actividades productivas más dinámicas y competitivas. Sin embargo, el país no llegó a perforar el piso del 30% de pobreza y de economía informal, que quedó cristalizado entre 2011 y 2012, durante el gobierno de Cristina Kirchner, y luego nuevamente en 2017, con Mauricio Macri. Estamos hablando de prácticamente un tercio de la sociedad que vive en un contexto de pobreza crónica, estructural", explicó.

Las causas profundas de la tendencia están vinculadas a la macroeconomía, la falta de inversión, la caída de la productividad general y la involución del mercado de trabajo.

"Desde 2010 o 2011, después de la burbuja de consumo de esos años, ya se advertía que esa parte de la clase media no podía reproducirse por contar con empleos de baja productividad y porque, en esas condiciones, la inflación dificultaba un aumento de sus ingresos. Desde 2013 y 2014, más allá de rebotes de la actividad, quedó claro que ya se había dejado de generar inversión y empleo de calidad de modo consistente. Un tercio de la sociedad, de extracción media y compuesta por jubilados, pequeños comerciantes, empleados de restaurantes o comercios y obreros de sectores dinámicos, entre otros, empieza a perder ingresos en términos reales (contra la inflación). Ese tercio es muy vulnerable en la situación actual", sumó el especialista de la UCA.

"La inflación se sumó a los problemas de empleo en el ámbito público y privado, que reflejan, a su vez, el nulo crecimiento del PBI per capita y las recesiones acumuladas de los últimos años de Macri, la pandemia y el nuevo gobierno. Todo eso ha recompuesto la pirámide social. La parte más alta ha perdido peso porcentual, pero en la clase media también se produjeron descensos hacia fracciones más bajas de la propia clase media e incluso hacia la pobreza", acotó, en la misma línea, Semán.

Fuente: Banco Mundial.

Salvia, sociólogo, avanza en las implicancias concretas de los índices fríos. "Cuando se habla de dinero que no alcanza -señaló-, no se habla solamente de pobreza estadística o de la posibilidad de cambiar un auto o de hacerle arreglos a la casa familiar. Desde el punto de vista social, se invierte cada vez menos en capital simbólico, en educación, salud, recreación, deporte, vacaciones… Lo mismo pasa con el deseo de ayudar a los hijos a abrirse camino. Hablamos de sectores que se van empobreciendo estructuralmente, de familias que tal vez cambiaron a sus hijos de escuela o cancelaron sus seguros de medicina prepaga para comenzar a concurrir a hospitales públicos; familias que mantienen su auto viejo u otros bienes que se van depreciando".

La caída en la pobreza

Juan Germano es politólogo y director de Isonomía. También consultado por este medio, avanzó en los modos en que la sociedad argentina comienza a autopercibirse y en los impactos a futuro –sociales, políticos– de un cambio que importa una carga creciente de frustración.

Juan Germano: "En 2011 el 75% se percibía clase media; a principios de este año, el 35%".

"Venimos midiendo esta cuestión desde hace rato. Cuando preguntábamos en 2011 'dentro de qué sector social te definís', el 70% respondía 'clase media'. Obviamente, esto no era así desde la perspectiva de los ingresos, pero sí desde la autopercepción", respondió.

"A principios de este año, a la misma pregunta, sólo el 35% dijo pertenecer a la clase media. Entre esos años la percepción de ser de clase baja pasó del 29% al 63%", agregó.

Fuente: Isonomía.

"Quien dice 'me caí' está indicando que siente que ya no se puede recuperar. El motivo de ese cambio de la autopercepción puede estar dado por la frustración de una familia de haber tenido que mover a su hijo de una escuela privada a una estatal, por pasar de comer afuera pizza todos los domingos a hacerlo una sola vez por mes, por cambiar el destino de sus vacaciones o, incluso, por tener que cancelarlas", indicó.

De acuerdo con Semán, "los ajustes de lo 'superfluo' e incluso de lo necesario son la norma, junto al adelgazamiento de la esperanza, frente a una reactivación insuficiente que recorta posibilidades de empleo y márgenes de ganancia en diversas profesiones, el comercio, la formalidad y la informalidad, en las dos puntas del mercado inmobiliario, en la producción para un mercado interno restringido y para un mercado externo afectado ya no sólo por el cepo sino, también por un tipo de cambio que exige espaldas muy anchas".

"Las clases medias, cada vez más a la intemperie, no viven de la misma manera que los pobres la relación con la salud y la educación pública o las resignaciones de consumo. Para ellas hoy se trata, mayormente, de renuncias y dolores que no se compensan con triunfos políticos. Como señalan los especialistas en consumo, hay desorientación, pérdida de las referencias que organizan un estilo de vida o tentativas de mantenerse en un determinado nivelen operaciones parciales, como tomar un café en un lugar especial", abundó.

Suelen escucharse voces críticas de lo que se denomina "aspiracional de clase media", como si ello supusiera una asunción pedante de atribuciones ajenas o alguna suerte de traición de clase. Todo lo contrario: en ello radicaba –¿radica todavía?– una expectativa de ascenso, positiva para la sociedad e, incluso, para la salud de una democracia que no se consideraba, hasta hace unos años, fuente de frustraciones.

Para Germano, "el hecho de que el 63% hoy se defina como pobre implica la pérdida de una aspiración que nos diferenciaba del resto de América Latina. Esto es algo fortísimo que comenzamos a medir en los últimos 20 años, pero que se profundizó en la pandemia y la pospandemia, cuando se produjo un quiebre psicológico radical para mucha gente aquí y en todo el mundo".

Pobreza, clase media, Estado y política: ¿alguien escucha?

"Lo aspiracional también fue mutando en la relación entre lo público y lo privado, en la relación de la sociedad con el Estado. Esto se ve en la valoración de la educación y de la salud privadas", sumó el especialista.

En el paso, punta a punta, del 70% al 42% de la preferencia por que el Estado prime sobre el sector privado anida una mutación de las percepciones que la dirigencia opositora deberá registrar en algún momento. Milei representa esa modificación, concepto que, por ejemplo, no parece registrar, a su modo claro, el aún preponderante sector cristinista del peronismo.

La reacción de la amplia y heterogénea alianza de la clase media en defensa de la educación universitaria gratuita marca un punto de colisión entre lo que ese sector considera acaso su última oportunidad de movilidad ascendente y la desconfianza respecto de lo que es administrado por el Estado.

Los fenómenos sociales son muchas veces contradictorios, a lo que Germano añadió "la torpeza que el Gobierno viene mostrando para manejar esta cuestión".

Javier Milei y... ¿después?

"La Argentina rota explica que Milei sea presidente", estimó el politólogo. ¿Qué pasaría si el actual proceso político ratificara un sentimiento colectivo de frustración –otro más– que ya se abre paso en las encuestas? De otro modo, ¿qué vendría después?

"La desaceleración de la inflación trajo un alivio que se pierde por los aumentos de tarifas y de los valores de servicios privados que pagan las clases medias, como salud y educación", advirtió Semán.

Pablo Semán: "La demanda de cambio va a continuar porque es más grande que Javier Milei".

"El fenómeno Milei es producto de una fuerte demanda de cambio. En las elecciones del año pasado, una mayoría eligió lo que estaba más lejos en la góndola. Independientemente del derrotero que siga este gobierno, la demanda de cambio va a continuar porque es más grande que Milei. Esa pulsión va a tener continuidad", auguró Germano.

"Si se piensa en las consecuencias de las actuales políticas o en un post-Milei, se advierte un enorme desafío para todas las fuerzas políticasporque hoy no hay una demanda de restitución del statu quo, sino, insisto, de cambio", cerró.

La sociedad se fragmenta, la clase media se desgarra y las demandas se hacen mayores, más acuciantes y más diversas. ¿Una respuesta adecuada de la política debería pasar por una fórmula conocida e ideologizada o por una alianza diversa y atenta a lo que pide el ejército enorme de los sectores dañados? Con las dificultades del caso, claro.

Oposición, teléfono. De nuevo. Si ningún ser racional atendiera la llamada, incluso cuando Milei pase, como todo pasa en la vida, ¿qué impediría la emergencia de nuevas aventuras, incluso más osadas que la del presente?

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