Alerta en el agro: por la falta de lluvias habrá recortes en la producción de soja y maíz

Alerta en el agro: por la falta de lluvias habrá recortes en la producción de soja y maíz

La falta de agua ya se siente en gran parte de las regiones productivas del país y los pronósticos no son alentadores. Para la zona núcleo se esperan recortes en las proyecciones de rendimiento.

Por Daniel Aprile

 

El déficit hídrico está provocando el deterioro de los cultivos en varias zonas de la región centro del país. La falta de lluvias y la ocurrencia de una “Niña débil” para el resto del verano en el hemisferio sur podría complicar el tramo final de la cosecha gruesa, donde el maíz y la soja son protagonistas.

Por ahora, no había mejoras hasta la segunda quincena de enero. Las altas temperaturas y la falta de agua son una combinación letal para las plantas, por eso ya se empiezan a observar daños en los lotes de maíz y soja, sobre los que prácticamente se sustenta la economía agrícola.

 

Christian Garavaglia, meteorólogo de Meteored Argentina detalló en su último reporte que “Argentina y toda la región sur de Sudamérica ingresaron en estos primeros días de 2025 en un clásico patrón de circulación regional asociado en esta época del año a La Niña”. Además, destacó “la estabilidad dominante en gran parte de territorio nacional que inhibe la llegada de frentes fríos y la formación de precipitaciones hacia la parte central, quedando la actividad convectiva restringida y muy potenciada sobre la región del noroeste y Cuyo, especialmente en zonas de montaña. Las ocasionales tormentas que de forma aislada logran formarse hacia el centro del país responden al intenso calentamiento superficial en combinación con pequeñas perturbaciones atmosféricas en altura, pero no un sistema frontal que llegue para producir un recambio de masa de aire”.

Sin lluvias en la zona centro del país, se diluyen las proyecciones de rendimiento. De hecho, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires advirtió en su Panorama Agrícola Semanal que con más del 90% de la soja sembrada sobre un total estimado en 18,4 MHa., el 81% presenta una condición hídrica entre adecuada y óptima. Esta cifra viene en caída (7 p.p vs. el informe previo) y podría agravarse en los próximos días. En cuanto al maíz, ya se sembró el 87,4 % de las 6,6 MHa. estimadas para la presente campaña y también se sufren las consecuencias de la falta de lluvias. Según la entidad bursátil, “la proporción de cultivos con una condición hídrica definida como óptima o adecuada se redujo en 6,8 p.p., debido a las elevadas temperaturas y la falta de precipitaciones en el centro-este del área agrícola. Esta situación ha afectado la humedad del suelo, aunque por el momento no ha generado impactos significativos en el desarrollo de los cultivos, salvo en la zona Núcleo Sur, donde se comienzan a observar síntomas de estrés hídrico, como el amarillamiento de las hojas basales con posibles mermas en el rendimiento”.

Esta misma situación la acaba de confirmar la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), que depende de la Secretaría de Agricultura, al confirmar que “se observa en general un retroceso en el contenido de agua en el suelo, como consecuencia de dos semanas con predominio de áreas con lluvias escasas. Sobre todo, en la provincia de Entre Ríos se aprecia un pasaje de reservas regulares a deficitarias”.

Por otra parte, el informe remarcó que los maíces de siembra temprana localizados en el noreste bonaerense se encuentran, en su mayoría, en plena floración e iniciando el llenado de granos. Es muy importante que se produzcan precipitaciones, ya que se observan los primeros lotes que comenzaron a secarse en la base de las plantas. Al mismo tiempo, el sur de Santa Fe, La Pampa, sudoeste bonaerense y noreste de Buenos Aires atraviesa una situación similar.

Los mercados en alerta

Los bajos precios internacionales obligan a tomar diferentes estrategias, más aún para los productores argentinos, que a diferencia de lo que ocurre con Brasil o Estados Unidos, sufren las consecuencias de la falta de lluvias en pleno momento crítico de la campaña.

Tal como definió Enrique Erize, titular de la Consultora Novitas, por ahora “Chicago no reacciona”. Ocurre que “los fundamentals del mercado son bajistas. En ese contexto, el gobierno de EEUU definió una ayuda “extra” para sus farmers de 31.000 millones de dólares (casi una cosecha argentina). Brasil, por su parte, devalúa su moneda y sus productores respiran aliviados. En China, el yuan hace lo propio (ello mejora su poder de compra). Aquí, en Argentina, el productor agrícola se preocupa y se angustia ante una posición relativa muy negativa frente a sus competidores”.

Es probable que los productores decidan -en este contexto- ganar tiempo y esperar para definir qué hacer con la producción que puedan obtener. Según Erize, “aún quedan sin precio 17 MMT de la soja vieja (35%). Del trigo nuevo y con la cosecha virtualmente finalizada, solo tienen precio 4,8 MMT (25% de la producción estimada). Por su parte, de la producción esperada del maíz 2024/25, menos del 3% tienen precio fijado a mediados de diciembre (inédito). De la soja nueva, nada aún: con precio ya fijado hay menos de 500 mil toneladas (vs. 3 MMT a la misma fecha de un año atrás).”

La expectativa a cortísimo plazo esta puesta en lo que publique el próximo viernes el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en el informe global de oferta y demanda de granos (WASDE), donde se podrían anunciar recortes en la cosecha de soja y maíz para Argentina y Estados Unidos.

¿Qué dicen los meteorólogos para lo que resta de enero?

El informe sobre Perspectivas Agroclimáticas que publica la Bolsa de Cereales de Buenos Aires acaba de indicar que “se espera que el episodio “la niña débil” (así denominado por la entidad) comience a disiparse a comienzos del otoño de 2025, pero desafortunadamente, también se espera una reactivación temprana de la circulación polar, reactivando la sequia en gran parte del área agrícola del Cono Sur y causando un régimen térmico con grandes oscilaciones, que combinara calores tardíos y fríos tempranos, con riesgo de heladas localizadas y generales”.

Por ahora, las noticias no son alentadoras. Según Garavaglia, “el calor persistente seguirá teniendo un rol protagónico, como así también la ausencia marcada de lluvias sobre el centro y norte de la Argentina, a la espera de que para la segunda quincena de enero pueda ir revirtiéndose este patrón persistente, tal como empiezan a sugerir algunos modelos de pronóstico”.

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