El titular de la cartera educativa bonaerense habló de los desafíos en un contexto de crisis económica, del plan de construcción de escuelas, de las paritarias con los gremios docentes y de la polémica en torno a los libros que se envían a los colegios.
Por Juliana Ricaldoni.
El director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires Alberto Sileoni sostuvo que la administración nacional “detesta a la educación pública” y expuso que “todo lo que propone” el presidente Javier Milei en esa materia “involucra el ajuste y la reducción del presupuesto”. Al mismo tiempo, resaltó que para la administración provincial la escuela “es motor del desarrollo”.
En una entrevista con Ámbito, el funcionario trazó un balance de la gestión en un área que cuenta con 5.200.000 alumnos, 400 mil docentes y 21 mil escuelas, lo que constituye el segundo sistema educativo más grande de Latinoamérica, después del de San Pablo, y el más grande de la Argentina.
Afirmó que se trabaja para mejorar los aprendizajes y para lograr “que todos los chicos y chicas terminen el secundario”, destacó que en territorio bonaerense existe una paritaria “absolutamente abierta” con los gremios, que apunta a que se preserve “el poder adquisitivo del salario”, por lo que se mostró confiado en que el ciclo lectivo 2025 comenzará sin conflictos.
“La educación el instrumento más poderoso que tenemos a nuestro alcance para construir un país con más igualdad y oportunidades. Por eso, en estos 5 años de gestión del gobernador Axel Kicillof construimos 232 nuevos edificios escolares, 2.800 aulas, 30 centros universitarios en municipios del interior, 7.500 obras de ampliación y reparación de colegios (hay en marcha 228 más), equipamos 5.000 aulas con nuevo mobiliario, ampliamos la jornada escolar en 2.326 primarias para 630.000 estudiantes, entregamos 538.000 computadoras y conectamos a Internet 6.000 escuelas", destacó Sileoni.
Periodista: ¿Cómo se sigue financiando la educación en un contexto de ajuste?
Alberto Sileoni: Con ciertas dificultades. La ausencia del Estado nacional se nota. En la provincia, hay mil obras paradas, 80 de las cuales son escuelas, y ausencias como distribución de tecnología y libros. La provincia es muy grande y estamos haciendo un gran esfuerzo para sostener la política salarial. Dimos aumentos todos los meses, menos en el del aguinaldo. En ese marco, hay cosas que cuestan. Terminamos quizá a un ritmo más lento en infraestructura, pero con renovaciones de la currícula en el nivel inicial, en el régimen académico en el nivel secundario y superior. Hay medidas que hablan de un sistema educativo en pie, trabajando.
P: ¿Pudieron sostener el ritmo de inauguraciones de nuevas escuelas?
A.S.: Las obras no pararon. Probablemente, el año que viene el ritmo de inauguraciones sea un poco más lento, pero seguimos trabajando. Hay una decisión del gobernador de seguir impulsando la educación, la salud y una gran cantidad de temas de la vida social que quedan dañadas por la ausencia del gobierno nacional.
P: ¿Cómo afectó la suspensión del Fondo de Incentivo Docente, que era una masa de recursos que la Nación transfería a las provincias desde 1998 para mejorar los salarios de los maestros?
-Pudimos pagar enero y después no lo pudimos seguir sosteniendo con recursos propios, como ocurrió en buena parte de las provincias. Era una inversión importante para el salario de los docentes. El Fondo actualizado al día de hoy, implicaría 100 mil pesos por cargo docente. Para los y las educadores que recién empiezan en la carrera docente, implica una merma muy importante en el salario.
P: ¿Piensan seguir construyendo escuelas?
A.S.: Tenemos gran cantidad de obras. De aquí al año que viene, hay 30 o 40 más planificadas y en construcción. El año que viene arrancaremos el ciclo lectivo con obras nuevas, con creación de instituciones nuevas y de centros educativos. Hay una actividad de crecimiento del sistema educativo que va a seguir sostenido, quizá con un ritmo menor. También nos ocupamos de las cuestiones pedagógicas. Debemos seguir trabajando mucho con el tema de los aprendizajes y la continuidad pedagógica. Hay una deuda, un trabajo que hacer como provincia para mejorar los aprendizajes y que todos los chicos terminen la secundaria. Debemos seguir trabajando porque no es sólo un tema de ladrillos lo que mejora la educación, sino –fundamentalmente- que los chicos y las chicas aprendan más.
P: ¿Cómo es la política de centros universitarios?
A.S.: A través del Programa Puentes ya inauguramos 30 los centros universitarios en pequeñas localidades del interior que nunca podrían tener una facultad. Allí se dictan 178 carreras de 19 universidades en 66 municipios. De esa forma, se les da posibilidad a los muchachos y muchachas de los distritos para que no tengan que viajar a la universidad, por el costo económico que significa para las familias y, a la vez, se evita el desarraigo. Así se garantiza el derecho a estudiar en la universidad para las y los bonaerenses, vivan donde vivan.
P: En el Día del Maestro, en septiembre, se anunció el envío de un proyecto de ley para establecer la obligatoriedad de la educación desde los 3 años. ¿Cuándo lo van a presentar?
A.S.: El proyecto está terminado y estamos trabajando con la Legislatura para ver cuál es la mejor oportunidad para presentarlo. Ojalá pueda ser este año porque es un proyecto importante. En algún sentido, ya se está cumpliendo: hay 90 distritos en la provincia que ya tienen a todos los chicos de 3 años adentro de la escuela. La idea es hacerlo obligatorio.
P: Entre 2019 y el 2024 las clases empezaron el 1° de marzo, a término y sin paros. ¿Qué piensa que ocurrirá el año que viene?
-Espero que podamos seguir con esa pequeña tradición, de ese lustro de comienzo sin conflicto. Estamos trabajando mucho para que así ocurra. Tenemos una paritaria absolutamente abierta para discutir con los gremios no sólo temas salariales sino condiciones de trabajo. Vamos a seguir trabajando mucho con los sindicatos, sosteniendo, en una Argentina muy difícil, y retocando mensualmente los salarios para mejorarlos. Soy optimista respecto del inicio de clases. Hay que trabajar mes por mes y cerrar el año. Creo que lo vamos a cerrar con el beneplácito de ambas partes y podremos discutir en la mesa paritaria cerrando un año preservando el poder adquisitivo del salario.
La polémica por los libros
P: ¿Qué balance hace sobre la polémica generada en torno al programa “Identidades Bonaerenses”, por el cual se distribuyen en escuelas bonaerenses libros de literatura de autoras como Aurora Venturini, Gabriela Cabezón Cámara o Dolores Reyes, que incluyen algún tipo de contenido sexual?
A.S.: Son escritoras son multipremiadas. No son libros para los estudiantes. Son herramientas para los docentes y los bibliotecarios. No se obliga a los estudiantes a leerlos y no son para niños. La colección lleva una guía. Hay libros para la secundaria básica, 12 a 15 años. Los libros que tienen una temática política, relaciones problemáticas o escenas de sexo o lenguaje, vocabulario soez, no van para la secundaria básica, sino para la orientada, de 16 a 19 años. Además, van con una inscripción que dice “Requiere acompañamiento docente”. Convengamos que los estudiantes están inmersos en el desarrollo de la sexualidad desde mucho antes. Los pibes y las pibas, están a un clic de la computadora acceden a la más brutal pornografía. Esto no es pornografía, sino literatura.
Reforma del secundario
La provincia dispuso una reforma del colegio secundario, que se implementará a partir de marzo y que comprende la aprobación de las materias con puntaje de 7 y la posibilidad de recursarlas por debajo de esa calificación, una modalidad similar a la del nivel universitario, para evitar la repitencia que deriva en abandono escolar.
Así, los alumnos no tendrán que volver a cursar las materias aprobadas, sino que tendrán que “intensificarlas” en períodos especiales de 15 días al inicio y al final de cada cuatrimestre, con el acompañamiento de los docentes.
P: Se dijo desde la oposición que con la reforma se busca nivelar para abajo y que se baja la exigencia a los alumnos, ¿qué opina?
A.S.: No se nivela para abajo. Creemos que es posible que haya exigencia en la escuela secundaria independientemente de la repitencia, que tiene una centuria en la Argentina. Creemos que puede haber otro camino. Esa medida la tomamos en Consejo General de Educación por unanimidad y es un espacio compuesto por diversas orientaciones políticas. Nos estamos dedicando este semestre y hasta marzo a informar a las familias, a las escuelas, a las autoridades, los directores, docentes y chicos cómo será. Estamos haciendo reuniones informativas virtuosas y llevando tranquilidad. Hay que entender que vamos a trabajar con esmero para que funcione.
P: ¿Qué ventajas tiene el nuevo sistema?
A.S.: Habrá un recibimiento de los alumnos para trabajar con ellos su condición de estudiante, propuestas formativas destinadas a quienes transitan el último año para la articulación con estudios superiores o la inserción en el ámbito del trabajo, clases con formatos diversos, nuevos modos de organizar tiempos y espacios escolares, un trabajo más profundo en los contenidos y equipos de seguimientos para aconsejar a los chicos sobre las materias a intensificar o recursar. Se tienen que aprobar las materias, ninguna será por aprobada si no tiene el correspondiente examen. Nadie recibirá nada que no sea fruto del esfuerzo, pero a diferencia del régimen anterior, tratamos de que los estudiantes puedan permanecer en la escuela.
P: ¿Cuáles son los desafíos a futuro?
A.S.: El sistema educativo bonaerense está pensándose a sí mismo, tenemos que entrar en un momento en el que hay que poner el foco en la continuidad pedagógica y en los aprendizajes. El gobierno provincial trabaja en una revisión de los diseños curriculares, que no se actualizan desde hace 17 años. Sabemos que la sociedad no está del todo satisfecha con lo que aprenden sus hijos, por eso estamos dedicados a mejorar la enseñanza de la matemática, de la lectura y escritura. La nuestra es una provincia con 307 mil kilómetros, 18 millones de habitantes. El 70% de ellos vive en el 5% del territorio. Eso le añade a la gestión del sistema educativo una gran complejidad. Pero hay un Gobierno provincial y un gobernador con vocación de mejorar la educación. El Gobierno nacional detesta la educación pública, la agrede, no la valoriza, ni invierte en ella. El presidente no creyó que sea importante ir a una sola escuela pública en 10 meses de gobierno. Para nosotros, en cambio, la educación pública es el motor del desarrollo.
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