Alberto Fernández volverá pasado mañana a la sede nacional del PJ, en una celebración en la que los órganos de gobierno del partido lo reconocerán por primera vez, aunque sin formalismos, como conductor del movimiento.
Sin renegar de esa tarea, el candidato ya decidió que, de llegar a la Casa Rosada, no presidirá el PJ a partir de mayo, cuando vence el mandato de José Luis Gioja. Pergeña, en cambio, un plan para institucionalizar el Frente de Todos, con el objetivo de que se convierta en una coalición política permanente. Quiere dotarlo de un funcionamiento orgánico, del que participen todas las agrupaciones que lo integran, entre ellas el justicialismo y el Frente Renovador, de Sergio Massa.
Como para abordar el pago de la deuda externa, Fernández imagina una salida "a la uruguaya". Según lo conversó con varios dirigentes de su entorno, lo atrae el esquema del Frente Amplio, en el gobierno de Uruguay desde 2005. Funciona como una coalición desde 1971, con órganos propios, reuniones periódicas y reglamentos internos, y contiene a varios partidos políticos.
¿Estará Fernández en la cima de la conducción del Frente de Todos? Todavía no lo decidió. Pero sus colaboradores pronostican que terminará dejando esa tarea en manos de un dirigente de confianza. "Quiere darle institucionalidad al espacio, reforzar la pluralidad y evitar que se arme un albertismo", explica, algo contrariado, un albertista que se disponía a avanzar en un armado propio.
Otra cuestión que el candidato les aclaró a los dirigentes que trabajan en el comando de la calle México es que el frente a construir deberá expresar a la fórmula. "Va a ser la fuerza de Alberto y Cristina", aclara otro albertista, para evitar alterar el delicado equilibrio interno del frente opositor. "Cristina es la accionista mayoritaria y Alberto es el CEO de la unidad", define un tercer colaborador del candidato.
De hecho, los dos podrían compartir el martes la visita al PJ. La última vez que el candidato estuvo en la sede del partido también fue con Cristina. Ocurrió el 14 de mayo, el día anterior a que ella le propusiera encabezar la fórmula. Ese día, la expresidenta volvió a pisar la sede de la calle Matheu después de 16 años.
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En sus dos mandatos, Cristina no presidió el PJ. Néstor Kirchner solo lo hizo en mayo de 2008, cinco meses después de dejar la Casa Rosada. Entre 2003 y 2007 apostó por la "transversalidad", una idea de Fernández.
La ceremonia del martes coincidirá con el 124 aniversario del nacimiento de Juan Perón. Fernández será recibido por el Consejo Nacional del partido, encabezado por Gioja, y por la Mesa de Acción Política. Los equipos técnicos del PJ, encabezados por el exministro de Salud Ginés González García, le entregarán propuestas de gobierno elaboradas durante los últimos meses.
En el Frente de Todos conviven 16 agrupaciones. Además del PJ, figuran el Frente Renovador, Kolina, Partido de la Victoria, Nuevo Encuentro, Frente Grande, Compromiso Federal, Movimiento Yrigoyenista, Partido Intransigente, Partido del Trabajo y del Pueblo, Partido Comunista, Unidad Popular, Partido Solidario, Movimiento Proyecto Sur, Somos y Forja.
Buena parte de esos partidos integró Unidad Ciudadana, el frente electoral que armó Cristina Kirchner en 2017. Con los gobernadores de su lado, Fernández tiene más peso en el PJ. Eso podría expresarse en la designación, a partir de mayo, de un gobernador de su confianza en la presidencia del partido. Otra posibilidad es que continúe Gioja, un equilibrista de relación con todos.
Desde el resto de las agrupaciones ya mostraron voluntad de construir una fuerza permanente. "Cuando se armó esta coalición electoral, lo hicimos con la expectativa de que se convierta en una coalición de gobierno, conducida por Alberto Fernández, en la que cada partido mantenga su identidad y su individualidad", dijo a LA NACION Pablo Mirolo, presidente del Frente Renovador. El dirigente ya recibió instrucciones de Massa para avanzar en la construcción del frente.
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