Los movimientos del presidente sugieren que está lanzado a la reelección. En su entorno aseguran que con el juicio a la Corte y la defensa de su gestión, busca un marco de contención para un oficialismo golpeado por el corrimiento de Cristina. En Juntos se anticipa el reagrupamiento para las PASO.
Por: Claudio Mardones
Desde que comenzó 2023 los movimientos del presidente Alberto Fernández sugieren los preparativos de una campaña para buscar su reelección. En su entorno algunos insisten en que no está buscando el relanzamiento de su candidatura, aunque se mantiene hiperactivo y busca antagonizar con JxC todo lo que puede. Otros sugieren que no es del todo descartable que busque la reelección. Se cumplieron los primeros cuarenta días desde que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciara que «no se presentará a nada» y el panperonismo recién comienza a elaborar que afrontará un año decisivo sin su principal candidata. El pronunciamiento de CFK marcó el arranque del año electoral. En el Frente de Todos basculan entre la incredulidad y la sorpresa. Otros ya tejen alianzas y mesas políticas para cubrir el hueco, con una velocidad que cayó pésimo en el cristinismo. Los tironeos seguirán, pero pasarán a un segundo plano: ante la inminencia del inicio del juicio político contra la Corte y aunque les duela, las tribus del oficialismo buscarán exhibir unidad dentro y fuera de la Cámara de Diputados.
En la oposición ya cerraron la mayor cohesión posible para evitar el funcionamiento del Congreso mientras dure el proceso contra el máximo Tribunal. Pero sus dirigentes advierten que no hay que subestimar al peronismo. Siguen pensando que el «renunciamiento» que ella calificó como «proscripción», se trata de una maniobra de Cristina y que en cualquier momento puede cambiar de idea. Los que le creen sospechan que lo hace porque no le alcanzan los votos y repasan una frase que también había salido del albertismo.
Con ese forzoso adelantamiento del escenario, JxC también aceleró su agenda de campaña preelectoral. En las dos primeras semanas de enero el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, el titular de la UCR, Gerardo Morales y la fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, ya se mostraron para anticipar algunas coincidencias políticas entre larretistas, radicales y lilitos.
Desde este jueves empezó la temporada de los duros al lado del mar. El expresidente Mauricio Macri ya presentó su último libro en Mar del Plata, para reafirmar la centralidad que tiene dentro de la interna opositora y la titular del PRO, Patricia Bullrich, comenzará este lunes su campaña presidencial en la Costa. Continuará con un road show que seguirá por el interior y tendrá a Corrientes como su principal escala. El sector más ultra de JxC todavía no cristalizó su programa económico para la campaña. Cada sector en pugna asegura que todavía hay tiempo para consensuar una plataforma económica, pero en el macrismo más fiel reconocen que las posibilidades son muy escasas. Aseguran que el radicalismo no tiene otro interés que marcarle la cancha a Macri.
Los despliegues veraniegos de radicales y macristas siguen concentrándose en La Feliz, pero se extenderán por toda la costa. Para la coalición opositora la clave no es sólo la costa, sino la provincia de Buenos Aires, donde no logran ordenar la interna mientras admiten que allí se define buena parte de la elección. En la misma zona, el panperonismo transitará los coletazos de la ausencia electoral de CFK con una precampaña donde el presidente mete su cuchara en medio de los despliegues del gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Todo transcurre, por ahora, ante el repliegue del kirchnerismo, cuyos principales dirigentes mantienen silencio mientras pasan unos días de vacaciones.
Este sábado Fernández estuvo en Chapadmal. Se rumoreó que reuniría a todo su equipo de Gobierno para afinar detalles de las próximas semanas, pero finalmente sólo concretó una reunión de trabajo con las ministras y funcionarias de su administración. Así busca el presidente mostrarse en escena desde la mayor cantidad de territorios posibles. Continuará con esa marcha la próxima semana.
Cerca de Fernández explicaron a este diario que los gestos no son parte de una campaña proselitista, pero seguirá protagonizando esos actos de gestión para concretar acciones que no pudo durante la pandemia ni el año pasado: valorizar su gestión para mantener en pie una agenda positiva y acumular una presencia que, según acotan en Casa Rosada, no perjudica a nadie.
Para adentro del panperonismo dicen que tiene dos utilidades. Es una forma de evitar, por todos los medios posibles, que se le siga licuando el poder durante el último año de su mandato. Más ahora, cuando la interna del oficialismo está en estado de ebullición ante el hiato que dejó CFK. También es una plataforma de gestión que le resultará útil a la comunicación de los eventuales candidatos que jueguen. En ese contexto grabó un video de dos minutos, donde reivindicó su gestión y volvió a alimentar las intrigas sobre una posible candidatura.
«¿Es una narrativa que enamore?»– se preguntó una alto funcionario del Gabinete-. «No, no enamora, pero cauteriza las heridas que están abiertas y sirve para ordenar los territorios», justificó la fuente. En el Congreso también emerge otra prenda de unidad con el juicio político contra la Corte. La comisión que lo tramitará tiene 31 miembros y el oficialismo cuenta una mayoría propia de 16 firmas. En esa escudería están todos los pelajes del panperonismo. Esta semana se reunieron todos los integrantes para subrayar la asistencia perfecta y contrarrestar los rumores que aumentó JxC sobre un posible desacuerdo de los tres representantes del Frente Renovador en la comisión. Sellada esa instancia comenzaron los gestos públicos para bancar la ofensiva. Hasta el ministro de Economía Sergio Massa hizo guiños de respaldo junto a Kicillof.
En Balcarce 50 remarcan la frase que machaca Fernández en cada acto de «microgestión». Dice que hará todo lo posible para que el peronismo gane y se niega a discutir las candidaturas en este momento. Con este despliegue de enero, aunque no anuncie su candidatura, Fernández está en medio de la escena. «Un error fue hacer el acto para conmemorar los tres años de gestión, pero esto no va en ese sentido», opinaron en un despacho albertista donde advierten que la mayor ofrenda de unidad posible es no repetir los errores electorales de 2015 que condujeron a la victoria de Cambiemos. La alusión a esa elección también revela la línea de flotación que admiten dentro del oficialismo, donde vaticinan que la chance más concreta para no perder este año radica en evitar la segunda vuelta.
En ese escenario, hasta el propio Massa le puso techo a sus aspiraciones presidenciales. Si la inflación no baja al 4% en abril o mayo, su suerte se verá disminuida.
El embajador en Brasil, Daniel Scioli, dice en privado que no será candidato si Alberto quiere, pero ya avisó que está listo si lo llaman. Con ese libreto apareció en los primeros días de enero en un acto encabezado por el canciller Santiago Cafiero. En el FdT estiman que si Massa juega es la única forma de que no haya PASO, pero también asoma la crisis terminal de la teoría de las tres renuncias que resuenan en el FdT. A la decisión de Cristina podría sumarse Alberto y también Massa, aunque esa posibilidad ampliaría las sospechas de una derrota controlada. En ese rompecabezas de verano siguen faltado piezas peronistas y por eso las mayores incógnitas están puestas en el kirchnerismo, porque el dedo de Cristina podría empoderar al ministro Eduardo «Wado» de Pedro como candidato y habilitar candidaturas alternativas, como la del dirigente del Frente Patria Grande, Juan Grabois.
La lista de competidores podría agrandarse con los nombres que impulsen los gobernadores, aunque esta semana la foto que compartió el cordobés Juan Schiaretti con el exmandatario salteño Juan Manuel Urtubey encendió una luz amarilla para Juntos por el Cambio, porque podría quitarle votos peronistas no kirchneristas. El impacto creció este viernes, porque el gringo también se juntó con el puntano Alberto Rodríguez Saá y confirmó que no han perdido la capacidad de daño. «
Mujeres gobernando y una agenda con perspectiva de género para 2023
Las ministras y funcionarias del gobierno nacional que conforman el grupo Mujeres gobernando le presentaron al presidente Alberto Fernández una agenda de políticas públicas transversal con perspectiva de género de cara a 2023, con ejes en la producción, el empleo y la importancia de la presencia del Estado para concretarlas. Fue luego de un encuentro de trabajo en el complejo de Chapadmalal para analizar ideas y acciones para los próximos diez meses de gestión, que contó con el primer mandatario en la deliberación final.
El presidente convocó a las funcionarias a «cumplir con la utopía de la igualdad» para que «todas y todos los argentinos puedan cumplir su sueño».
En línea con los discursos que viene pronunciando en los actos oficiales, Fernández se mostró como un férreo defensor de su gestión: «Cuando miro para atrás me doy cuenta de que lo que hicimos fue impresionante, por eso las invito a encarar con mucha fuerza y convicción este 2023, sabiendo lo que hicimos y trabajando para seguir haciendo más y mejor».
El presidente, además, las convocó en este año, que se cumplen los 40 años de la democracia, a «avanzar con todos los temas de género y diversidad pendientes». «Lo que no hagamos nosotros y nosotras es posible que ya no se haga», advirtió.
En el primer encuentro participaron la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; las ministras de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; Salud, Carla Vizzotti; Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Raquel «Kelly» Olmos; y de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina. También estuvieron las secretarias de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco; de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación, Cecilia Nicolini; de Deportes, Inés Arrondo; de Promoción Turística, Yanina Martínez; de Gestión y Empleo Público, Ana Castellani y de Innovación Pública, Micaela Sánchez Malcolm, entre otras.
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