El jefe de Estado recibe en la Cancillería a Christopher Dodd, un amigo personal del presidente de los Estados Unidos que conoce en profundidad la situación de Argentina e influye en la agenda regional de la Casa Blanca
Por Román Lejtman
En el código diplomático implícito que regula las relaciones bilaterales con Estados Unidos, un dato protocolar permite precisar como están los vínculos políticos entre Buenos Aires y Washington: si hubo visita oficial del presidente argentino a la Casa Blanca. Alberto Fernández podría terminar su mandato sin pisar el Salón Oval, como ocurrió con Cristina Fernández de Kirchner durante sus ocho años en la Casa Rosada.
Christopher Dodd es el asesor especial de Joseph Biden para América Latina. Es amigo del Presidente de los Estados Unidos, fue clave para organizar la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, y conoce como está la situación adentro del Gobierno.
Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Estados Unidos fluyen de manera rutinaria, y Washington ha descartado profundizar los vínculos estratégicos con Alberto Fernández. Biden enterró esa posibilidad cuando conoció las declaraciones del presidente ante Vladimir Putin y Xi Jinping, se enteró de su posición respecto a las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y escuchó su discurso en la Cumbre de Los Ángeles.
Esa postura geopolítica de Alberto Fernández no impidió que la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos facilite la refinanciación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca mantengan los canales abiertos con el canciller Santiago Cafiero y el ministro de Economía, Sergio Massa.
Pero la relación bilateral no escalará más allá de este límite formal. El ataque constante a la Corte Suprema definido por Balcarce 50 y la llegada al poder de Lula da Silva terminó de desplazar la atención estratégica de Washington hacia Buenos Aires. Ahora la Casa Blanca apuesta a Brasil, tras el fin de Jair Bolsonaro en el Palacio del Planalto.
Lula siempre fue observado con respeto por Estados Unidos, y eso explica porqué se encontrará con Biden el próximo 10 de febrero, apenas 40 días después de suceder a Bolsonaro. Lula será Presidente Pro Tempore del Mercosur en el segundo semestre, y se hará cargo de la organización del G20 en 2024, dos circunstancias geopolíticas que fortalecen aún más sus vínculos con la Casa Blanca.
En Balcarce 50 ya asumieron la centralidad diplomática que tendrá Lula en representación de América Latina, y la intención ahora es privilegiar la relación bilateral con Brasil y robustecer al Mercosur, sin deshacer los complejos vínculos que el presidente ató con la administración Biden.
El enviado especial Dodd entró al Palacio San Martín pasado el mediodía. Allí fue recibido por Alberto Fernández, Cafiero y el embajador de Argentina en Estados Unidos, Jorge Arguello. La reunión está prevista como una circunstancia protocolar, pero el objetivo del Presidente es aprovechar la oportunidad para enviar un mensaje político a Biden.
Alberto Fernández tiene intenciones de reiterar su postura geopolítica respecto a Cuba y Venezuela, asegurar que es equidistante de Rusia y China, y ratificar su voluntad de profundizar la relaciones bilaterales con Estados Unidos. Dodd estuvo ayer en la cumbre de la CELAC, y escuchó todos los discursos del presidente. Sabe como piensa y como actúa.
En Washington casi descartaron la reunión de Biden con Alberto Fernández. Consideran que su llegada al Salón Oval puede ser interpretada en el Gobierno como un respaldo a la agenda política del Frente de Todos, y no olvidan que el presidente busca su reelección.
Sin embargo, en Balcarce 50 aguardan un gesto diplomático de la Casa Blanca. Se cumplen 200 años de relación bilateral, y en esa fecha histórica -especulan- podría ocurrir un movimiento extraordinario de la administración Biden.
El aniversario es el 27 de enero.
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