Los gobernadores, La Cámpora y las corrientes locales de las provincias más importantes del interior presionan y negocian por sus dirigentes. Reuniones a diario con los armadores nacionales en las sedes del poder del Frente de Todos en Buenos Aires.
Desde la semana pasada, los ingresos a la Casa Rosada, al Senado, y a los despachos más importantes de la Cámara de Diputados se transformaron en una pasarela en el desfile de posibles candidatos para las PASO de septiembre. Son días de definiciones para el Frente de Todos, de cara al cierre de listas del sábado, y la incógnita mayor está en la provincia de Buenos Aires. Pero las dudas sobre los pre postulantes del peronismo se extienden también al segundo distrito más poblado, Córdoba, y al tercero, Santa Fe, que este año eligen senadores además de diputados.
Por estos días, los dirigentes y posibles competidores locales de las dos provincias, lideradas por gobernadores justicialistas con perfiles independientes y de relaciones oscilantes con la Nación, visitan a los armadores nacionales, que negocian e intentan dirimir las internas más calientes sobre el filo de la inscripción.
Córdoba
Alejado de Cristina Kirchner, el gobernador Juan Schiaretti mantiene una relación cordial con Alberto Fernández a pesar de los roces este año por la reticencia provincial a aplicar las restricciones impulsadas por la Nación por el coronavirus, y por el escándalo que provocó en esa provincia decisión de la Casa Rosada de suspender las exportaciones de carne. Los principales hitos de fricción tienen como antecedente la bronca que generó la finalmente frustrada expropiación de Vicentín, el año pasado.
Pasados los malos tragos, hace algo más de un mes Alberto Fernández viajó por primera vez a tierras cordobesas, donde el jefe provincial lo recibió junto a dirigentes camporistas. Cerró así una cuenta pendiente desde su asunción, aunque durante la visita hubo algunas protestas -que en el entorno presidencial calificaron como “mínimas”- y se lanzó una fuerte movida en su contra en redes sociales -la atribuyeron a la oposición-.
En La Cámpora resienten el armado de Hacemos por Córdoba, que históricamente juega de modo independiente de la Nación, en la línea del fallecido exgobernador José Manuel de la Sota. Esa lógica, explican en la gobernación, responde a las encuestas: una parte de su electorado a nivel local está “compartido” con el macrismo, en una provincia donde el rechazo al kirchnerismo es alto.
De todas formas, La Cámpora ganó terreno en los últimos dos años en Córdoba. Para las próximas legislativas, el kirchnerismo -que irá con el sello del Frente de Todos- propone para encabezar la lista de Senadores a Carlos Caserio, senador afín a Cristina Kirchner, quien se alejó del schiarettismo -era el tercero en la mesa chica del gobierno cordobés- para pasar a las filas de la vicepresidenta en 2019, y buscará renovar su banca.
En segundo lugar, el kirchnerismo impulsa a la diputada nacional Gabriela Estévez, de buena relación con Máximo Kirchner como principal dirigente de la pata cordobesa de La Cámpora. Su candidatura será testimonial: todas las encuestas en la provincia afín al macrismo apuntan que no habría posibilidad de que ingrese a la Cámara alta si se presenta en segundo lugar en la boleta. Lo más probable es que continúe en Diputados. Ambos dirigentes afines a Cristina Kirchner fueron recibidos hoy por armadores del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, aunque como es habitual por estos días, el resultado del encuentro se mantenía en reserva y las definiciones se conocerán hacia el final de la semana.
En la interna, al ala del Frente de Todos de Córdoba le falta definir quién encabezará la nómina para competir con Juntos por el Cambio en Diputados. Las apuestas se dirimen entre el secretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill -intendente de Villa María de licencia- y la diputada provincial Adriana Nazario, quien era pareja de De la Sota. Entre las especulaciones se encuentra también el director del Observatorio de Derechos Humanos, Martín Fresnea, de perfil más progresista. Aunque lo más probable es que se imponga la primera fórmula. La estrategia de la pata local del camporista dependerá del perfil del candidato elegido.
En tanto, para avanzar sobre la Cámara baja Schiaretti postula como precandidatas en las PASO para el Senado a la actual diputada nacional Alejandra Vigo -la esposa del jefe provincial-; y para la Cámara de Diputados a la legisladora provincial Natalia de la Sota -hija del fallecido ex gobernador- como representantes de Hacemos.
Santa Fe
Por las oficinas de la cartera política de Wado de Pedro pasaron también ayer aspirantes de Santa Fe, donde el panorama tiene similitudes con Córdoba. El gobernador Omar Perotti, que logró destronar al socialismo después de 12 años en 2019, mantiene en el tercer distrito más importante un perfil independiente que causa resquemores a nivel local y nacional.
El lanzamiento, en junio, de su nuevo sello de corte localista, Hacemos Santa Fe, hizo subir el termómetro en el camporismo, e incluso en algunos dirigentes del PJ, cercanos. “Está bien que cree su propio espacio, pero no con ese nombre”, dijo un importante dirigente local a Infobae. La similitud con el caso de Córdoba puso en alerta a más de uno entre las intendencias y la Legislatura. El candidato de Perotti para renovar en el Senado es Roberto Mirabella, dirigente de su confianza, quien lo reemplazó en su asiento cuando asumió la gobernación. Sin embargo, Cristina Kirchner tiene en mente para encabezar a una de sus senadoras preferidas, María de los Ángeles Sacnun, de su entorno más fiel.
En su despliegue nacional, La Cámpora busca hacer pie en la reticente provincia con una fórmula de unidad y las movidas del perottismo no caen bien. Ven al gobernador como un retobado, empeñado en escindirse del armado nacional, en atención al perfil de los votantes. Resienten que busque provincializar la elección.
Vuelcan cierta bronca, también, sobre Alberto Fernández, a quien condenan por no haber hecho lo suficiente para domesticarlo. “Venía a regar las relaciones con los gobernadores y terminó dejando que hagan lo que quieren”, dijo un vocero del kirchnerismo sobre la estrategia del Presidente, quien considera como una de sus principales ventajas la búsqueda de consensos y quien hace hincapié desde la campaña de 2019 en su valoración del federalismo.
“Tenemos dos candidatos que no miden nada. Deberíamos barajar y dar de nuevo”, decía el martes un referente santafecino de peso. Su planteo es imposible. Faltan cuatro días para el cierre de listas y los precandidatos ya están cantados. La duda es por las cabezas de las listas. Las disputas se estaban dirimiendo hoy - puertas adentro, pero en Buenos Aires - con intervención de Wado de Pedro, del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y con el jefe de La Cámpora y titular del interbloque oficialista, Máximo Kirchner, y Alberto Fernández. “La palabra final parece que la va a tener Cristina”, intuyó días atrás uno de los protagonistas, que como tantos otros llegó a Buenos Aires para tantear y ser tanteado.
En el juego santafecino aparece como figura central alguien que -todo indica-, no jugará: el ministro de Defensa, Agustín Rossi. El expresidente de bloque de la Cámara de Diputados durante el gobierno de Cristina Kirchner, hoy encolumnado detrás de Alberto Fernández, aseguró el sábado en una entrevista con Infobae que no quiere ser candidato. Al miércoles se mantenía en esa tesitura. Sin embargo, los rumores en la política peronista santafecina deslizan que en realidad presiona por lo bajo para encabezar la lista y posicionarse en el Senado en su ambición por la gobernación en 2023. Tendría el aval del Presidente, quien recientemente recibió a Omar Perotti en Olivos y hablaron sobre la elección.
Aunque lideran fuerzas distintas, Rossi y Perotti mantienen un buen vínculo. En las últimas elecciones, el ministro de Defensa apoyó el esquema del actual gobernador y fue uno de sus principales aliados, al punto de que un hombre de su círculo, Roberto Sukerman, terminó obteniendo la relevante cartera de Gobierno, Justicia, Derechos Humanos y Diversidad provincial. Hoy, Sukerman es el principal postulante de Rossi para liderar la lista de diputados nacionales por Santa Fe con su espacio, Corriente Nacional de la Militancia.
En tanto, según pudo reconstruir este medio, armadores cercanos a Wado de Pedro recibieron ayer a Marcelo Lewandowski, actual senador provincial cercano a la exministra de Vivienda, María Eugenia Bielsa, nombrada por Alberto Fernández en 2019 hasta que terminó eyectada del Gabinete, el año pasado, y fue reemplazada por el intendente kirchnerista de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Cercano a Perotti -aunque no forma parte de Hacemos Santa Fe-, el ex periodista y comentador deportivo hizo una buena elección en Rosario en 2019 y compite internamente con la fuerza de Rossi por la cabeza de la boleta para Diputados.
A diferencia de la oposición de Juntos por el Cambio, que ya despejó las incógnitas en las provincias más importantes, el Frente de Todos y los PJ provinciales aún intentan dirimir las precandidaturas y retrasan las definiciones. Los líderes nacionales intervienen de manera quirúrgica, con reuniones bilaterales, lapicera en mano, en negociaciones febriles. Hay tiempo hasta el sábado a medianoche. En estos días, algunos posibles candidatos deseaban que ya fuera domingo para poder saber qué ocurrirá, al menos en lo inmediato, con sus inciertos destinos políticos.
Por Brenda Struminger
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