A horas del inicio de la campaña de vacunación contra el COVID-19, el Presidente comparó las distintas vacunas y criticó la de Pfizer: “No parece ser la más accesible para la gente”
A horas del inicio de la campaña de vacunación contra el COVID-19, el presidente Alberto Fernández consideró que será una jornada “emblemática” pero aclaró que “debería ser un día más”. Tras la adquisición de las 300 mil dosis de la Sputnik V, comparó las distintas vacunas y cuestionó la de Pfizer: “No parece ser la más accesible para la gente”.
“No me gusta convertir en épica las cosas que naturalmente deberíamos hacer para que las cosas funcionen mejor”, expresó el Jefe de Estado en declaraciones a la Televisión Pública.
Alberto Fernández anunció que se empezará a vacunar a partir de las 9 de la mañana y que será “emblemático porque podemos empezar a inmunizar a quienes más lo necesitan, que son los trabajadores de la salud”. Al respecto de la logística para comenzar a aplicar la Sputnik V en las distintas provincias del país, remarcó que “no hemos querido que ningún lugar sea el primero; eso sí es simbólico”.
Consultado sobre la carrera mundial a contrarreloj para acceder a la vacuna, el Presidente resaltó que se trata de “la más codiciada por la humanidad, hay 7 mil millones de personas esperándola, lo que representa un mercado impresionante que mueve un negocio de decenas de miles de millones de dólares”. “El primer aspecto que hay que tener en cuenta es que hay una disputa comercial y geopolítica desatada”, analizó.
Con la adquisición de la Sputnik V y a la espera de que en el primer trimestre del 2021 lleguen las de otros laboratorios, Alberto Fernández explicó que “todas tienen que ser buenas, tener entidad científica”, y si bien sostuvo que no se “anima” a decir “que una es mejor que otra”, comparó las distintas vacunas y cuestionó la de Pfizer -laboratorio con el que el Gobierno ha tenido contratiempos en las negociaciones-.
“Si finalmente la de Astrazeneca termina haciendo la vacuna y si puede funcionar entre 2 y 8 grados, yo diría que es una gran vacuna porque en una heladera común puede ser guardada. Si digo que hay algunas, como la de Pfizer, que necesitan 70 grados bajo cero y veo que hay siete depósitos en la Argentina capaces de suministrar semejante frío, diría que esa vacuna no parece ser la más accesible para la gente”, explicó.
Sobre la obligatoriedad de la vacuna, manifestó que “es muy difícil porque todo está hecho en condiciones de emergencia”. “Un proceso de vacuna demanda mucho más tiempo y se acotó, es difícil darle obligatoriedad a eso”, agregó. No obstante, resaltó que “la gente tiene mucha confianza y hace bien en tenerla, no le presta tanta atención a los cantos que intentan alejarla y espantarla de la vacuna, es un problema de los que quieren -por algún interés- sembrar dudas”. En ese sentido señaló que “hay sectores políticos que desinforman”.
Consultado acerca de las negociaciones para acceder a la vacuna china, cuya demora generó la salida de Luis María Kreckler de la embajada de Beijing, Alberto Fernández manifestó: “Traté de simplificar las cosas, tengo un vínculo muy directo con Sabino Vaca Narvaja que me ha demostrado en estos meses ser un extraordinario ejecutor de las que cosas que necesita Argentina en China”. “Tengo respeto por Kreckler, fue una cuestión de pragmatismo militante”, justificó el desplazamiento del diplomático. En contraposición, destacó a Vaca Narvaja: “No es alguien de carrera diplomática, pero ha estudiado a China durante años, conoce su funcionamiento como pocas personas en la Argentina”.
Debate sobre la legalización del aborto
El Presidente también se refirió a la jornada del próximo martes en la que el Senado debatirá el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. “Yo quisiera que la ley salga, pero no quiero convertir el aborto en un tema de disputa, quiero resolver un problema que, para muchas mujeres, tiene que ver con un problema para la mujer, y para muchos otros con un problema de salud pública”, explicó y remarcó que “desde la democracia hasta hoy, más de 3 mil mujeres murieron por aborto y me parece mal”.
“El resto es todo hipocresía. Decir que el aborto no existe es una hipocresía. Yo quiero que el tema lo resolvamos para que las mujeres que deciden abortar en las condiciones que la ley lo permite lo puedan hacer garantizándoles la salud a todas”, agregó.
PlayAlberto fernández: “Yo quisiera que la ley salga, pero no quiero convertir el aborto en un tema de disputa"
Sobre el momento en el que mandó el proyecto al Congreso, sostuvo que no engañó a nadie: “Yo no lo saqué de la galera porque el momento me resultaba oportuno, yo hice campaña por el aborto”. Y recordó que “hay un colectivo de mujeres inmenso que asomó en el 2018 para sorpresa de todos nosotros y eso no puede ser desatendido”.
“Respeto a los que están en contra, sé que es un tema sensible donde la religión se mete. Vamos a ver mañana hasta dónde llega la paridad”, dijo de cara a la sesión de este martes en la que “lamentaría mucho si (la ley) no saliera”. “Pido sensatez, tenemos que resolver este problema que existe y está instalado hace años”, reclamó y apuntó a “la Argentina hipócrita que lo niega, como negó la homosexualidad para el matrimonio igualitario, o negó el divorcio. Démosle una batalla más a esa Argentina hipócrita”, planteó.
Tras aclarar que “es católico” pero que “no me siento menos católico por apoyar el aborto”, expresó que “hay muchas mujeres católicas que han abortado y que apoyan al aborto”. “La Iglesia tuvo otro momento, no es para enojar a nadie, pero si uno lee a los grandes padres de la Iglesia, ellos reconocen que hay un aborto no punible, que es el que se hace en los primeros momentos de la gestación. Ellos decían que hay un momento en el que ya es punible porque a ese ser le entró el alma y se convirtió en humano, porque la madre sentía el movimiento, las famosas ‘pataditas’. La verdadera historia es que eso, que ocurre entre el día 90 y el 120, coincide con la llegada del sistema nervioso”, explicó.
Impuesto a la riqueza
“Siento que he cumplido con todo lo que prometí en campaña”, dijo a un año de haber asumido como Presidente y ejemplificó con el caso del “aporte solidario a las grandes fortunas”.
“Con Máximo (Kirchner) hicimos lo imposible para que sea un acuerdo real y con consenso. Muchas veces hablé con empresarios y les dije ‘miren, sería magnífico que ustedes se presten a este aporte’ y que un día los argentinos hagamos un monumento y digamos que en un momento muy crítico, como en una pandemia, estas personas aportaron su riqueza para los argentinos que lo necesitaban. Sería un gran gesto como sociedad”, declaró.
Sin embargo Alberto Fernández reconoció que “quedó planteado como un castigo a los que tienen riqueza”. “Nunca se quiso ser planteado así, pero llegó un momento en el que tuvimos que tomar una decisión y lo hicimos”. “Nosotros quisimos que esto saliera por consenso y no lo logramos, pero cuando hubo que decidir, decidió el poder político”, justificó.
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En este contexto, al respecto de la situación económica del país, el Presidente planteó que hay que “trabajar con mucha prudencia” para que el país crezca, “que la inflación no se desmadre y para que los ingresos, llámese salarios o jubilaciones, se recuperen en términos reales”. “También tenemos que seguir bajando el déficit, nosotros recibimos una inflación del 54% y terminamos con una de 34 o 35 por ciento”, agregó e ironizó: “En pandemia nos fue mejor que con la otra pandemia”.
Con miras a la “redistribución” de la riqueza, el Jefe de Estado dijo que “requiere de una reforma impositiva que espero que salga el año que viene”. “Tenemos un sistema donde el mayor ingreso es el impuesto al consumo, que es el IVA; el más injusto porque lo pagan todos, el pobre y el rico. Debería haber menos IVA y más Ganancias”, planteó.
El Gobierno y la reforma de la Justicia
Alberto Fernández insistió en “reabrir el debate para que la Justicia funcione mejor porque está visto que funciona mal”. Tras sostener que “en la oposición tal vez sientan que los jueces le garantizan una impunidad al gobierno que salió”, declaró: “La mayor garantía que pueden tener los que sean enjuiciados del Gobierno saliente es tener juicios dignos y probos y servicios de inteligencia que no se metan”.
“Quienes se enfrentan a esto quieren una justicia al servicio del poder político, económico u otro, quieren seguir operando con operadores políticos que salgan de los servicios de inteligencia y por lo tanto buscan la impunidad”, concluyó.
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