De gira por el interior bonaerense, compartió un almuerzo con dirigentes y contó intimidades de la tregua. La mención a un análisis de elDiarioAR y la indirecta para que el kirchnerismo admita que era imprescindible el acuerdo con el FMI. La comparación entre Martín Guzmán y Silvina Batakis.
Por Pablo Ibáñez
- Perdonen chicos. En el helicóptero venía pensando qué iba a escribir y quería estar solo. Ya lo hice, vamos a comer.
Solo, bajo una galería, Alberto Fernández redactó en su celular el tuit de respaldo a las críticas que Cristina Kirchner hizo, el lunes, con una carta y dos videos a la Corte Suprema. Fue un hilo de nueve tuits donde validó las posiciones de su vice, una gestualidad pública en medio de una tregua trabajosa y frágil que, un rato después, en una sobremesa con unos treinta dirigentes del FdT, puso en crisis y en paralelo blindó.
“No voy a liderar porque eso significa romper con Cristina y no lo voy a hacer”, dijo el presidente, el último en hablar, luego de detallar, en un momento con los ojos húmedos, el malestar que le producía el destrato que sufrió por parte de la vice y del cristinismo. “Para romper se necesitan dos y yo no lo voy a hacer”, dijo y dio a entender, o al menos eso se interpretó, que Cristina lo empujaba a esa crisis que significaba romper el Frente de Todos (FdT).
Su comentario tomó como base una nota de Martín Rodríguez en elDiarioAR, en la que el columnista plantea como contradicción que Cristina le pide que sea un líder, pero eso supone romper con ella. “Esto no lo digo yo, lo dice este periodista. Es muy doloroso pero muy real. Es así”. Fernández repasó ese texto e hizo, con un dejo de humor, una referencia más: “Nos pega a los tres, a mí, a Massa y a Cristina. Pero tiene razón”.
“Vengo a demostrar que puedo construir un liderazgo no como se viene dando de que hay que matar al anterior, a mí me tocaría matar a Cristina, y eso no va a ocurrir”, apuntó el presidente.
En Pila, uno de los distritos menos poblados de la 135 de la provincia de Buenos Aires, el lugar al que nunca fue un presidente, llegó Fernández para inaugurar obras junto a Gabriel Katopodis, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, la diputada Victoria Tolosa Paz y el titular de Vialidad Gustavo Arrieta. Lo esperaban, lo acompañaron en el acto y luego en el almuerzo, intendentes de la región, legisladores y dirigentes.
El clima que quedó entre los referentes fue ambiguo: la promesa, repetida, del presidente de que no romperá su alianza con la vice pero un malestar explícito, “un dolor más personal que político”- según describió un participante- por lo que considera el destrato de Cristina y su espacio. Habló de que fueron injustos por el momento de mucha dificultad, como la pandemia y la guerra de Ucrania. “Yo siempre cuidé las relaciones humanas en la política, porque sin una relación humana no puede haber una buena relación política”, dijo en otro tramo en el que trasmitió que la actitud de Cristina atravesó lo meramente político.
“No me ayudaron todo lo que yo pensé que me podían ayudar”, sintetizó la posición del presidente un presente que, por otro lado, trasmitió que se trató de un planteo hacia atrás y que no pone en riesgo el acuerdo alcanzado, luego de meses de silencio y reproches, hace dos semanas.
“Entramos al almuerzo con el dólar a 284y salimos con el dólar a 302”, detalló un participante que trasmitió, además, que el clima post almuerzo fue que se vienen tiempos difíciles en materia económica y que, frente a eso, la situación política del FdT no es todo lo sólida que debería ser. “Quedamos muy preocupados”, describió un intendente.
En Casa Rosada, más tarde, dijeron que las declaraciones de Fernández fueron en un todo descriptivo de lo que pasó pero que hay, como lo trasmitió en el almuerzo, decisión política de mantener la unidad. El presidente así lo hizo cuando sostuvo que “haré lo que sea para que no gane Macri”. Ratificó, incluso, que su decisión es competir en el 2023 y trasmitió otra idea que aparece en algunas hojas de ruta del oficialismo: “El que gane en el 2023, va a tener un escenario óptimo: se vienen 15 años de crecimiento en Argentina”, dijo Fernández.
Hubo otro mensaje cifrado. “Que se dejen de joder con el FMI: hoy lo dijo Heller en radio: con la guerra de Ucrania, si no tuviésemos el acuerdo con el fondo ¿dónde creen que estaría Argentina?”. Deslizó, al respecto, una mención que pareció dirigida a La Cámpora y a los críticos del acuerdo con el FMI. “Tampoco le pido que pidan disculpas en pública, sería muy bueno que no siga hablando del fondo”, apuntó. Hizo una salvedad: cuando se hizo el acuerdo, y La Cámpora se opuso, no estaba la guerra de Ucrania.
Hubo otra queja dirigida a la vice. “Me dicen que la gestión es mala, que hay funcionarios que no funcionan pero nunca hubo tanta obra pública en los municipios. No entiendo”, se quejó el presidente.
Entre los intendentes del Frente de Todos de la Quinta, como Jorge Paredi (Mar Chiquita), Carlos Rocha (General Guido), Javier Gastón (Chascomús), Sebastián Ianantuony (General Alvarado), Juan Manuel Álvarez (General Paz), Francisco Echarren (Castelli), y Alberto Gelené (Las Flores).
Hubo otra mención teledirigida. “Expliquenme por qué Guzmán era neoliberal y cuando Batakis dice lo mismo es nacional y popular”, comentó. Agregó otro párrafo que puede traer cola. “Nos quieren hacer creer que no hay 2023 pero la elección no está perdida. Yo podría salir a contestar cada cosa que dicen pero elijo ponerme a trabajar en silencio para levantar este país”, completó.
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