El Partido Justicialista fue fundado en 1972. El origen es por la prohibición del Presidente de facto de aquel momento, Alejandro Agustín Lanusse del uso de apellidos, de la palabra nacional, o argentino en la denominación de los partidos políticos.
Por Sebastián Dumont.
El objetivo era claro, proscribir al Partido Peronista. Juan Domingo Perón nunca estuvo afiliado al PJ. Para el peronismo, que es un Movimiento y como tal, debe ser revolucionario, el partido es una herramienta electoral. El peronismo utilizó los nombres de Laborista, Tres Banderas, Partido Blanco, Unión Popular y cualquier otra opción nacional o provincial que
le permitiera expresar su voto. Los ejemplos llegan hasta nuestros días, donde incluso en elecciones recientes, el Frente de Todos contempló en su composición, desde el propio justicialismo hasta el Partido Comunista.
Toda esta introducción corresponde a que, nuevamente, la resolución de la presidencia del "instrumento electoral" se pone a consideración. Y crece la idea que ese lugar lo debe ocupar el Presidente Alberto Fernández.
El Presidente actual armó un partido político que se llama PARTE cuando lejos estaba la idea de ser designado por Cristina Kirchner para encabezar la fórmula en 2019. Nunca lo desactivó. Al contrario. En el inicio de su gestión mandó a los suyos a reactivarlo en todos los distritos.
Eran los tiempos donde el sueño de la creación del "albertismo" anidaba con más fuerza entre sus seguidores. Las ensoñaciones se han ido desvaneciendo al mismo ritmo que se constataban las pocas ganas del Jefe de Estado de plantear un conflicto con su vice presidente. A la fecha, es ella quien recibe con cada vez más frecuencia las consultas de dirigentes y empresarios sobre lo que viene. Y hasta se reúne con quienes podrían integrar un recambio ministerial.
ABUNDAN LAS VERSIONES
Por estas horas, versiones son las que abundan. Por ahora, concreciones muy pocas. La idea de postular a Alberto Fernández a la conducción del Partido Justicialista nacional está basada en un grupo de gobernadores que iban a ser pieza fundamental en el esquema presidencial pero aún ello no sucedió. Y también en intendentes del Conurbano bonaerense que entienden la necesidad de fortalecer políticamente la figura del Jefe de Estado ante el avance del Cristinismo, La Cámpora y flamantes espacios que buscarán discutirle sus territorios. La última creación es la agrupación "13 de Abril" que lidera Andrés "Cuervo" Larroque y buscará, sin irse de La Cámpora, contener a quienes no formen parte de ese entramado que, en el provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner maneja de manera lineal con el diputado Francisco Tignanelli.
La elección de ese nombre parece exacta para los tiempos que corren, sobre todo por las últimas decisiones de la justicia.
Se trata del día en que Cristina Kirchner, en 2016 se presentó ante el fallecido juez Claudio Bonadío para presentar un escrito en la causa dólar futuro. En dicha oportunidad, la actual vicepresidente desde la puerta de Comodoro Py llamó a construir "un gran frente ciudadano". Podrá discutirse en qué términos lo hizo, pero lo llevó adelante y ganó las elecciones.
EL DIA DE LA LEALTAD
Antes de la fecha dónde debe discutirse la titularidad del PJ, hay un paso previo que es el 17 de octubre. Ese día, gremios e intendentes están armando una movilización para apoyar al presidente. Se analiza la modalidad. Los gestos son elocuentes en los distritos. Por ejemplo, ya paredones en autopistas del conurbano se pintan con consignas de apoyo a Alberto Fernández con la firma de "El Buca", que responde a Mario Ishii, alcalde de José C. Paz. Esos mismos paredones, hace unos meses atrás tenían consignas de respaldo al gobernador Axel Kicillof. Sigue siendo fría la relación entre los jefes comunales y el mandatario provincial que, en su cercanía, sueñan con poder lograr participación con los propios en las listas del 2021 para la legislatura provincial.
Todo ello sucede ante apremiantes situaciones. La pandemia no da tregua aunque el conurbano haya dejado, hace tiempo, de vivir en cuarentena. Las preocupaciones pasan por otro lado. La inseguridad volvió a desnudar el desmadejo y las tribulaciones dentro del oficialismo. El asesinato en la Ciudad de Buenos Aires del efectivo de la Policía Federal Juan Pablo Roldán avivó la polémica por el uso de las pistolas Taser. Mientras el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero las descartaba, la ministra de Seguridad de la Nación horas después las confirmó. Antes ya las habían ponderado Sergio Massa y Jorge D"onofrio por el Frente Renovador, además del ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni.
Hay algo que Sergio Massa -muy mencionado por estas horas sobre su futuro- tiene claro. No va a ceder en los postulados por los cuales llevó a construir ese espacio político que le dio al Frente de Todos el empujón necesario para ganar. El combate contra el delito es uno de esos pilares, como lo es su postura sobre el régimen venezolano, otro ítems donde el gobierno desnudó, una vez más, sus contradicciones horas atrás.
Ayer, tras el nuevo pedido de Kicillof, la Justicia volvió a prorrogar el desalojo de una de las tomas de tierras emblemáticas del conurbano. Es la de Guernica en Presidente Perón donde gobierna Blanca Canterio, esposa del sindicalista de las Estaciones de Servicio, Carlos Acuña.
El resultado de esa acción también será clave para profundizar o, en todo caso, alivianar los vaivenes mencionados. Las internas no cesan. Están a la orden del día. Los intendentes se muestran como actores clave para evitar nuevos desbordes. Y avanzan. Aún no han perdido la esperanza que uno de ellos sea Ministro de Seguridad en la provincia de Buenos Aires. Como en la presidencia del PJ, ello también forma parte de la guerra fría con el cristinismo.
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