La llevarían a 52 entre 115 y 121. Resta el visto bueno de la Municipalidad
Dónde se instalaríaLa zona roja ahora se instalaría en la avenida 52 entre 115 y 121. Así lo acordaron ayer, durante una extensa reunión, representantes de la Comuna, directivos, padres y alumnos de los colegios Albert Thomas y Nuestra Señora del Valle, vecinos del barrio que se extiende en los alrededores de esos centros educativos, frentistas de la calle 66 e integrantes de la asociación civil Otrans y de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans. El acuerdo, que pondría fin a la polémica que desató en ‘el barrio del Albert Thomas’ el convenio firmado entre el Municipio, Otrans y vecinos de la 66 para relocalizar la zona roja en 115 entre 54 y 60, ahora deberá ser evaluado por la secretaría de Control Urbano, y el lunes “se definirá el tema en el marco de un nuevo encuentro entre las partes”, dijo a este diario el titular de esa dependencia, Gustavo Luzardo. “Basándonos en el convenio que se suscribió con las entidades trans y los vecinos de calle 66, vamos a estudiar si el (nuevo) lugar es el más adecuado, así como la factibilidad de instalar la infraestructura necesaria, como la iluminación, los gazebos, los baños químicos y los teléfonos” para denunciar eventuales situaciones de inseguridad, detalló el funcionario. La reunión de ayer fue una suerte de mesa de diálogo ampliada de la que se conformó el jueves anterior entre la Comuna y los colegios y vecinos del barrio de avenida 1 entre 54 y 60 y del barrio El Mondongo. En esa ocasión, los miembros de esas instituciones y los frentistas manifestaron su rechazo a que se instale en ese sector de la Ciudad la llamada zona roja. Entonces, el proyecto quedó en suspenso hasta la víspera, cuando se sumaron los vecinos de calle 66 y las organizaciones trans. El masivo encuentro se realizó, nuevamente, en la parroquia Nuestra Señora del Valle, en 57 entre 1 y 2. “Bienvenidos a todos, estamos acá para dialogar y aportar ideas con el fin de llegar a un acuerdo”, dijo el cura párroco, Gustavo Cicchino, para dar comienzo a un debate que al principio tuvo momentos tensos, pero que finalizó con un amplio consenso que fue más allá de la relocalización de la zona roja. Es que una expresión desafortunada de un vecino llevó la discusión hacia el tema de la discriminación. Pero el rechazo de la mayoría de los presentes y la intervención del sacerdote para encauzar la reunión terminó generando un “intercambio muy enriquecedor”, como lo definieron muchos de los presentes. Se nombró un moderador, y todos se centraron en la búsqueda de un nuevo sitio para la zona roja. Algunos propusieron “la calle 120, donde funcionaba Villa Cariño”, pero las integrantes de Otrans dijeron que “ese lugar es inseguro”. Fue entonces cuando la presidenta de la asociación, Claudia Vázquez Haro, propuso la avenida 52. Y hubo acuerdo. El lunes, cuando vuelvan a reunirse, se convocará al Consejo Escolar “para que atienda la inquietud de brindar charlas en escuelas sobre discriminación”, adelantó Luzardo.
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