Experta en ESG y sostenibilidad, consejera y asesora estratégica para la alta dirección y think tanks. En esta entrevista, Mariluz Castilla nos ayuda a desgranar los múltiples indicadores recogidos en la quinta Memoria de Sostenibilidad que ANEABE ha presentado recientemente.
Mariluz Castilla es experta en ESG y sostenibilidad para la Asociación de Aguas Minerales de España (ANEABE). Nacida en Benabarre, un pueblo del Prepirineo situado a 90 kilómetros de Huesca, desde pequeña ha tenido contacto con una naturaleza que hoy protege como experta en sostenibilidad, consejera y asesora en temas estratégicos para la alta dirección y think tanks.
¿Qué papel juegan las empresas españolas en el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad?
Por favor acepte el consentimiento de cookies
Hay empresas españolas en los puestos de liderazgo de índices internacionales de sostenibilidad y eso quiere decir que han incorporado en su modelo de negocio los elementos de sostenibilidad. También se da la circunstancia de que muchos sectores han hecho acuerdos voluntarios para ir incluso por delante de la regulación. Entonces, nos encontramos con sectores y empresas muy potentes en la aplicación de buenas prácticas medioambientales o sociales, incluso en innovaciones en sus modelos de negocio. España es un país de pymes, con lo cual el reto es hacer llegar esas buenas prácticas a una base masiva de empresas medianas y pequeñas.
El sector de las aguas minerales en España ha invertido más de 40 millones de euros en mejoras ambientales desde 2015. ¿Cómo valora su compromiso con el medio ambiente en relación con otros sectores?
El sector de las aguas minerales está formado por empresas que han incorporado muy buenas prácticas de sostenibilidad, envases, descarbonización o biodiversidad. Sería un buen ejemplo de un sector que ya en 2012 firmó un acuerdo de compromiso medioambiental voluntario sin que la regulación se lo exigiera todavía. Es un sector que ha interiorizado ese compromiso y que lo demuestra año tras año. Yo destacaría dos o tres cosas especialmente, una sería la biodiversidad. Este sector vende agua natural, que es un agua pura que se envasa a pie de manantial, lo que le ha llevado también a proteger todo el entorno que rodea ese manantial, ese acuífero. También destacaría los avances que ha realizado en materia de envases, la lucha contra el cambio climático y su impacto social en el medio rural.
«El sector de las aguas minerales es un motor un social de nuestra España vaciada»
Por lo que se refiere a los envases circulares, la memoria de ANEABE indica que aproximadamente un tercio de las empresas consultadas utilizan botellas de plástico reciclado y que entre 2005 y 2022 se ha reducido en un 28% la cantidad de material que se emplea para envasar un litro de agua mineral, entre otros datos. ¿Cree que las empresas de aguas minerales españolas están cerca de lograr la plena circularidad de los envases?
Esto es un objetivo prioritario para el sector, que está utilizando todas las palancas que puede para conseguir esa circularidad. Lo primero es utilizar menos material, o sea, que la reducción del 28% de material que se utiliza para envasar 1 l de agua es algo muy bueno y significa innovación y cambios tecnológicos. Otras cosas que se puede hacer para fomentar la circularidad es incorporar material reciclado. Las botellas de agua mineral son todas 100% reciclables. Luego, otra cosa que también tiene muy interiorizado el sector y en el que la Asociación les ayuda, es en la elaboración de guías de ecodiseño. Aquí se han aplicado un montón de medidas, más de 250 medidas de ecodiseño entre 2021 y 2022, que van desde que la botella pese menos a que sea más fácilmente reciclable. En esos dos años se ha reducido la emisión de CO2 en más de 112.000 toneladas, se han ahorrado más de un millón de metros cúbicos de agua, el equivalente a 400 piscinas, y más de 800.000 megavatios hora, el consumo energético de 250.000 viviendas en un año. Una vez que hemos diseñado la botella y le hemos incorporado material reciclado, la última fase de una circularidad sería cuando la botella llega a su fin. Aquí se establece todo un circuito de recuperación a través de Ecoembes. La tasa de recogida separada de botellas de bebida de PET menores de tres litros es del 72%, según Ecoembes. Es decir que las botellas se recogen, entran en el circuito para ser recicladas y no terminan en vertederos. Además, tendríamos que añadir un porcentaje similar de envases de vidrio reutilizables en Horeca y la reutilización del 100% de los garrafones de agua mineral entregados a domicilio.
En cuanto a la lucha contra el cambio climático, ANEABE destaca que el 97% de la energía consumida en el proceso de producción procede de fuentes renovables y que se ha vuelto a reducir por segundo año consecutivo la huella de carbono en un 10% en el último año. ¿Qué repercusión tienen estas cifras a nivel nacional y global?
Todas las empresas tienen el compromiso de actuar contra el cambio climático, pues la crisis climática es enorme y la emergencia climática sigue existiendo. Este sector lo primero que ha hecho ha sido medir su huella de carbono en alcances directos e indirectos, ya que, si no se mide, no se puede controlar nada. El sector ha empezado a actuar en donde tiene más impacto, que es por ejemplo en el consumo energético, para lograr menos emisiones. Desde el año 2015 tiene datos de que se han reducido las emisiones por unidad producida en un 17%. Tras la reducción del consumo, otra opción es utilizar energías renovables. El 97% de la muestra utiliza energía procedente de fuentes renovables. Muchas de las empresas están incluso autogenerando energía fotovoltaica.
Luego tenemos todo lo que supone el alcance 3, que serían las emisiones indirectas de la cadena de valor, que son probablemente las mayores en un sector de gran consumo. Entonces ahí hay cosas que está haciendo el sector que son muy buenas para reducir esa huella indirecta, como por ejemplo recuperar los residuos. Ese sector no tira nada, ya que recupera el 94% de los residuos que genera. Y hay un 75% de empresas que están actuando en su cadena logística, en diferentes actuaciones que afectan a cómo transportan sus productos y cómo los distribuyen, pero también a la conducción inteligente o al cambio de combustibles. Otro ejemplo es que un 20% de la flota comercial de estas empresas ya utiliza vehículos eléctricos. Todo esto ha llevado al sector a decir que ha reducido un 10% la huella de carbono en este último año, pero también el anterior. Este es el ritmo que necesitamos para que realmente consigamos limitar la temperatura a 1,5ºC.
«Deberíamos estar descarbonizando la economía al ritmo del 17% anual y lo estamos haciendo al 2,5%. El sector acelera la acción climática reduciendo su huella de carbono un 10% anual»
La Memoria mide la contribución del sector al desarrollo local, donde contribuye con más de 30.000 puestos de trabajo directos e indirectos. ¿Qué importancia tiene esta cifra en un momento en que tanto se habla de la España vaciada?
Este sector tiene una característica muy especial, que es que envasa agua de manantial y, por tanto, tiene que estar situado donde están los manantiales, que suele ser en poblaciones muy pequeñas, la mayoría municipios con menos de 2000 habitantes.
La industria de las aguas minerales genera 30.000 puestos de trabajo directos e indirectos, siendo el 88% de los proveedores locales o nacionales. Además, el sector genera trabajo estable y de calidad en zonas donde sería difícil que llegara otro tipo de industria. Los trabajadores tienen una media de edad de unos 45 años y la antigüedad media de la plantilla es de unos 14 años. Además, en esas zonas donde están instaladas las fábricas siempre hay un apoyo o una acción social. El sector ha invertido más de un millón de euros solamente en este último año en ese tipo de programas de acción social, que muchas veces son locales. Por lo tanto, también es un motor social de nuestra España vaciada.
¿Cuáles son los principales retos que tiene por delante el sector de las aguas minerales en España?
Uno de los retos es mantener este ritmo de compromiso. O sea, el sector se ha adelantado a la regulación y ha ido por delante en un contexto que no siempre es favorable. Entonces, para poder seguir avanzando en la circularidad de los envases necesita que el mercado le acompañe, y eso es un reto, porque no es fácil encontrar material para incorporar a las botellas y a veces tiene que trabajar con otros para que le ayuden a conseguir esos objetivos. Otro reto es hacer llegar todos estos logros a la sociedad y al consumidor, para que pueda conocer y entender bien los esfuerzos que hace el sector comprando material más caro, invirtiendo en mejoras o con los grandes avances. Entonces, cualquier esfuerzo de comunicación con la sociedad y con el consumidor pues es un reto. En definitiva, el sector estaría muy preparado porque lo tiene muy interiorizado, pero su reto es mantener e incluso elevar la ambición y llevar este compromiso a la práctica en los próximos años, porque eso puede implicar incluso más cambios de los que hemos visto hasta ahora.
¿Qué pueden aprender otros sectores del trabajo realizado por la ANEABE en materia de sostenibilidad?
Creo que otros podrían aprender del hecho de haber logrado unificar al sector y que avance, porque se puede dar la circunstancia de que haya empresas muy potentes que avancen solas, pero el arrastrar a todo un sector a veces es más difícil y necesitamos pasos de gigante para avanzar en estos retos medioambientales. Otro aprendizaje es cómo se ha organizado el sector para firmar acuerdos voluntarios, para definir una ambición y luego cómo rinde cuentas de esto, por ejemplo con la publicación de una memoria donde muestra el avance en sus compromisos. Es un ejercicio de transparencia muy interesante.
¿Cuáles deberían ser las prioridades de las empresas españolas en este asunto, teniendo en cuenta la reciente aprobación del Protocolo Global de Protección de la Biodiversidad Kunming-Montreal 2022 y la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023?
En general, los pasos hacia la descarbonización son prioritarios, tanto en lo que puedan hacer las empresas según su uso energético o en la descarbonización de sus propias instalaciones. Tras descarbonizar tus propias operaciones, hay que acometer la descarbonización de tu cadena de valor, porque eso toca los envases, las materias primas, el transporte e incluso el tipo de productos que diseñamos. Es decir, trabajar en la huella de carbono directa e indirecta es prioritario, sabiendo que avanzamos pero que vamos demasiado lentos. Deberíamos estar descarbonizando la economía al ritmo del 17% y lo estamos haciendo al 2,5% de emisiones por unidad de PIB. Hacemos cosas muy buenas, avanzamos, pero tenemos que ir más rápidos. Además, hemos demostrado, por ejemplo con el rápido crecimiento de la energía fotovoltaica o de la energía solar, que somos capaces de hacerlo. Eso hay que aplicarlo a muchos más ámbitos y sectores como el de la edificación, el energético o el de la movilidad.
Respecto a la Biodiversidad tenemos ya un protocolo global de actuación y aquí el sector lleva años trabajando en este campo, protegiendo los acuíferos y el capital natural que le rodea y puede aportar buenas prácticas de actuación desde el mundo empresarial.
Comentá la nota