Las asociaciones vecinales piden más información a las embotelladoras. Sumar trabaja en un proyecto de ley para desvincular el agua de la Ley de Minas
Decenas de municipios en Cataluña tienen restricciones al uso del agua por la situación de sequía. La emergencia climática ha puesto en jaque a la región y ha obligado a los ciudadanos a cerrar el grifo. La comunidad no es solo una de las más afectadas por la escasez de lluvias, es también la zona de España donde más embotelladoras se concentran: una veintena. La actividad de estas plantas que extraen agua mineral no se ha limitado.
“Cuando el agua no baja por el río, baja por la carretera”, comenta un portavoz de la coordinadora para la Salvaguarda del Montseny. Mientras ven como sus ríos bajan de las montañas prácticamente secos, observan y cuentan las botellas que salen de las plantas embotelladoras que trabajan en estos acuíferos. El conteo es real, alrededor de 633.000 litros diarios de una sola planta. “Si no nos quieren dar datos, los conseguimos nosotros”, explica la misma fuente.
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Son voluntarios preocupados por la situación medioambiental de su entorno los que calculan, por el número de palets que caben en un tráiler, las botellas que salen cada día de las plantas embotelladoras situadas en sus municipios.
Desde la Asociación de Aguas Minerales de España (Aneabe) responden a este periódico que “las aguas minerales naturales tienen un origen subterráneo”, por ello, justifican, “efectos meteorológicos puntuales, como la sequía, no influyen ni alteran el nivel de agua de los acuíferos. El balance hídrico compensa años secos con años lluviosos. Además, la cantidad de agua envasada en España representa tan solo el 0,03% del total de recursos hídricos subterráneos disponibles en nuestro país”. No obstante, desde Aneabe no responden sobre los litros extraídos por estas empresas.
En el Parlament de Catalunya, En Comú Podem cuestionó que mientras se limita el agua disponible para regadíos y para el consumo de los ciudadanos, estas empresas trabajen con normalidad. A través de una respuesta parlamentaria, publicada por el Diari Ara, se dio a conocer que las embotelladoras extrajeron 1.800 millones de litros en 2022, una cifra que supone el consumo de toda Cataluña en dos días.
“El problema de la opacidad de los datos es que desconocemos el estado del acuífero, no sabemos la cantidad ni la calidad del agua”, explican desde esta plataforma del Montseny. La información tampoco llega a la Vall del Llémena, en la provincia de Girona. Allí, la entidad Llémena Espai Natural (LEN) ha solicitado un estudio independiente que mida el impacto de la embotelladora Sant Aniol en la zona.
Las embotelladoras produjeron 6.442 litros en 2023
Las cifras de Aneabe muestran un volumen de producción de 6.442 millones de litros, un 2% menos que en 2022, según la asociación, que señala que los niveles de producción son todavía inferiores a los previos a la pandemia del coronavirus. “Si hacemos la comparativa con el año 2019, estaríamos en un 8,5% por debajo”, calculan.
“Las exportaciones no representan una actividad significativa en este sector, es solo el 1% de la producción”, responden desde Aneabe a El Independiente. Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, las exportaciones de agua mineral y de aguas sin adición de azúcar, hielo y nieve, ascendieron a los 660 millones de kilos en 2023. El país donde más se exportó fue Portugal.
“No son cifras aberrantes”, comentan desde la Asociación de Operadores Públicos de Agua (Aeopas), pero sí plantean un debate sobre el uso de un bien escaso y de todos como es el agua. “Quizá las cifras de exportación a Japón o a Qatar son anecdóticas, pero es que se están vaciando reservas estratégicas para Cataluña. No se sabe cuánto se extrae ni cuál es la situación de estos acuíferos”, insisten desde la Salvaguarda del Montseny.
"No se sabe cuánto se extrae ni cuál es la situación de estos acuíferos”
Según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa, el sector del agua envasada facturó en 2022 los 1.600 millones de euros, un 16% más que el año anterior. Los cinco primeros operadores acumulan una cuota de mercado del 49,4%. Estas empresas son Aguas Danone, Viva Aqua Service, Calidad Pascual, Premium Mix Group y Grupo Mahou San Miguel.
Las embotelladoras justifican que el agua que comercializan se extrae de acuíferos más profundos que los que se utilizan para el abastecimiento en general, por lo que aseguran que su actividad no perjudica a la disponibilidad de agua para consumo general.
Competencias troceadas
"Hay una mezcla de competencias que provoca que no haya un control explícito ni por parte del Estado, ni por parte de la Generalitat", critica Júlia Boada, diputada de Sumar en el Congreso de los Diputados, en una conversación con este periódico. Su grupo parlamentario trabaja en un proyecto de ley que revise los acuerdos de estas plantas con las administraciones y que separe la extracción de estas aguas de la Ley de Minas.
La Ley de Aguas otorga las competencias sobre la gestión del agua a las comunidades autónomas, siempre que las cuencas hidrográficas discurran solo por una de las comunidades. Por otra parte, la explotación de los acuíferos está regulada por la ley de Minas, que permite la explotación de los mismos hasta el agotamiento de los recursos. Desde Sumar insisten en desvincular estos acuíferos de la Ley de Minas, entre otras cosas, para "revisar el retorno del beneficio de estas empresas para la sociedad".
Sequía en Cataluña: de donde no hay, no se puede sacar
La Ley de Minas es de 1973, "es una ley preconstitucional", insiste Boada. No obstante, subraya que el cambio que buscan a través de la legislación "no es un cuestionamiento de la actividad económica" de las embotelladoras, pero reconocen que hay un "debate moral" sobre su producción en plena crisis climática.
Fuentes del Ministerio de Transición Ecológico subrayan que las aguas minerales se rigen por la Ley de Minas, pero es competencia de la comunidad autónoma decidir lo que ocurre con las embotelladoras. ¿Podría la Generalitat limitar su actividad? "No es que no se pueda, pero sería una expropiación forzosa", reconocen desde Aeopas.
Asociaciones locales
Las luchas vecinales contra las embotelladoras no es una realidad únicamente en Cataluña. Como publicó El Español, la Plataforma Pro-Defensa del Agua del Valle de Lecrín también reclama que se actualice la legislación para que el agua deje de ser considerada como "un recurso minero". El año pasado se autorizó la actividad de una nueva planta embotelladora a Aguas Bellavista, que prevé extraer 250.000 litros de agua al día.
Según los datos de Aneabe, en Andalucía hay en la actualidad 12 plantas envasadoras de agua. La mayoría están situadas en Granada.
La mayoría de entidades que luchan por una mejor conservación del medio son agrupaciones vecinales y existe poca coordinación entre ellas. Las fuentes consultadas apuntan que "se trata de trabajo voluntario" y que requiere de "tanto esfuerzo a nivel local" que es pronto para que exista esa coordinación.
Consumo de agua
Pese a las restricciones, el consumo de agua embotellada no ha aumentado en los últimos meses. Los expertos consideran que es "pronto" para ver ese efecto y añaden que "no estamos en los meses más calurosos del año".
Además del debate sobre la extracción de agua embotellada en plena sequía, existen iniciativas para que el agua de grifo gane protagonismo. Desde Aeopas trabajan en la sensibilización sobre la calidad del agua de grifo. Uno de los objetivos es que a través de estas campañas la sociedad "reconozca" el agua de grifo "para, posteriormente, apreciarla y cuidarla".
"Las cualidades con las que cuenta son elevadas por los continuos controles de calidad, por evitar la contaminación cruzada al no tener que emplear envases para su transporte, así como por tener una huella ecológica baja al no generar residuos sólidos urbanos y no emplear combustibles fósiles para su distribución", cuentan desde la Asociación.
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