El ministro de Cultura echó por sospechas de corrupción a Alejandro Cacetta. Había asumido con Cambiemos. Desde el organismo y la industria lo sostienen y creen que el Gobierno quiere intervenir el ente.
“Es una horrible y torpe opereta”. La definición de Juan José Campanella, uno de los alfiles públicos en defensa de las políticas de Cambiemos, sobre la salida forzada del titular del Incaa, Alejandro Cacetta, pintó con crudeza la situación que se venía cocinando en los últimos meses en el Instituto de cine y que explotó esta semana. La denuncia, primero mediática y luego en manos de la Oficina Anticorrupción, contra Cacetta, un hombre propuesto por los poderosos de la industria y avalado por el macrismo, volvió a poner en disputa el control de una caja que maneja un presupuesto (para 2017) de más de 2.700 millones de pesos.
La pelea de fondo en el Incaa es por el presupuesto, y por cómo se distribuye. Al tratarse de un ente autárquico, el Instituto mantiene su estructura (cuenta con unos 700 empleados), financia películas, organiza Festivales (como el de Mar del Plata), y solventa viajes de funcionarios, directores y productores en el exterior. Allí el Gobierno ve “bolsones de corrupción” y por eso quiere actuar.
La principal fuente de financiamiento proviene del impuesto del 10% sobre el precio de la entrada de cine. Hace dos meses, el ministro de Cultura junto a su par de Hacienda, Nicolás Dujovne, tuvieron que desmentir un rumor que se había instalado con fuerza sobre la eliminación de ese impuesto. Desde el Incaa, muchos vieron en esa movida un primer intento del Gobierno de meter mano. El propio Dujovne aclaró: “El Incaa mantendrá sus fuentes de financiamiento. Y más aún: vamos a trabajar juntos para que funcione con la mayor transparencia”.
Otro de los proveedores de recursos del Instituto llega de parte del 25% del total de las sumas percibidas por la ex Afsca (hoy Enacom) en concepto de impuestos a la televisión. Diversos sectores de la industria del cine sostienen que el Gobierno, al no poder tocar el impuesto del 10% a las entradas, ahora busca terminar con este impuesto que pagan los cableoperadores, con Cablevisión a la cabeza.
Fuentes del Incaa contaron a PERFIL que Cacetta siempre convivió con la presión del Gobierno de hacer un ajuste en el personal. Sin embargo, desde que asumió en febrero del año pasado, dejó en claro al ministro Avelluto que ésa no iba a ser su intención. “Primero lo quisieron ensuciar con una denuncia tirada de los pelos, y como no pudieron, lo acusaron de no tener idoneidad para enfrentar a los focos de corrrupción que sobreviven del kirchnerismo”, señalaron desde el Instituto. En esa línea, el titular del Sistema de Medios, Hernán Lombardi, dijo ayer que el director saliente es una persona “honorable” y “sin máculas en su trayectoria”, aunque insistió que en el Incaa sobrevive “un bolsón de corrupción muy fuerte”.
Denuncia. Avelluto echó a Cacetta tras la difusión en el programa Animales sueltos de un informe en el que se involucró al ahora ex director del Incaa en supuestas irregularidades y sospechas de corrupción. Y luego lo denunció ante la Oficina Anticorrupción, que deberá evaluar si lo denuncia ante la Justicia o lo archiva. La titular de la OA, Laura Alonso, anunció ayer que trabajará en “transparentar al máximo el otorgamiento de subsidios, la evaluación y el control del destino de esos recursos públicos y quiénes están en el registro de aspirantes a obtener esos subsidios”. Muchos en el Incaa y en la industria ven más allá en las palabras de Alonso y temen una intervención del Instituto para terminar con la autarquía y manejar el presupuesto desde el Ejecutivo.
Nuevo director: con pasado en Playboy TV
La silla del director del Incaa no fue un puesto codiciado en los primeros meses de Cambiemos. El ministro Pablo Avelluto le hizo el ofrecimiento a Juan José Campanella, quien declinó y en su lugar propuso a Cacetta. Esta semana, el número dos en el organismo se hizo cargo del barco. Se trata de Ralph Haiek, quien está en el Incaa desde enero del año pasado. Haiek tiene varios logros profesionales en su haber. A principios de los noventa creó la versión latinoamericana de Much Music, donde un atrevido Santiago del Moro hizo sus primeros pasos. Estuvo a cargo de señales de cable, como I.Sat, Space, Infinito y Playboy, entre otras. Participó en la creación del canal de la Uocra, Construir TV, y es decano de la Facultad de Comunicación de UMET. Más allá de su currículum, Ralph cuenta con el visto bueno de los altos mandos del PRO. Hombre cercano al ministro Avelluto, creen que es el indicado para realizar las reformas que Cacetta no pudo, o no quiso, implementar en el Instituto.
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