Los trabajadores de la pesquera Yaganes mantienen la protesta ante el incumplimiento del gobernador de Santa Cruz en otorgar los 4 permisos de centolla. Reclaman que el ministro Gilmartin “dé la cara” en Caleta Paula. Crece el escándalo tras las denuncias de corrupción del ex Subsecretario de Pesca.
La firma Yaganes SA, una compañía de capitales norteamericanos y canadienses, alquiló la planta de procesamiento de Conarpesa en Caleta Olivia, desplegó una millonaria inversión para desarrollar la explotación de centolla con alto valor agregado y contrató personal a tal fin, en el marco de un plan de inversión que presentaron oportunamente ante las autoridades provinciales. El gobierno de Peralta había comprometido en ese esquema el otorgamiento de cuatro permisos de pesca para que esta inversión pudiera avanzar en la explotación de este recurso.
La empresa cumplió con el plan previsto, pero la administración provincial “mantiene pisado” el decreto de las licencias de pesca, lo cual hace peligrar la continuidad de la inversión, y ubica a estos capitales extranjeros en un estado de extrema inseguridad jurídica.
Sin poder explotar el recurso, y sin materia prima que procesar, ese centenar de empleos penden de un hilo. En el medio, como se sabe, el Subsecretario de Pesca de Santa Cruz, Raúl Mella, se fue dando un portazo y acusando a la gobernación de Daniel Peralta de apañar nichos de corrupción dentro del sector pesquero.
Con todo, Caleta Olivia está desabastecida de combustible producto de este bloqueo que llevan adelante los trabajadores de Yaganes, sin que exista ningún tipo de reacción por parte de la Provincia. Y, el segundo factor por el que tampoco están recibiendo combustible desde Chubut, es porque allí, en Comodoro Rivadavia se profundizó el conflicto docente, y los maestros mantienen bloqueada la playa de tanques, desde donde se distribuye naftas y gasoil a gran parte de la Patagonia.
Volviendo a la cuestión estrictamente pesquera, el diputado del Frente para la Victoria de Santa Cruz, Rubén Contreras, reclamó el sábado la presencia urgente del ministro de la Producción, Rafael Gilmartin en Caleta Olivia, para que resuelva el conflicto que están llevando adelante los trabajadores de una firma centollera recientemente inaugurada, y que a partir de sus reclamos, están perjudicando el abastecimiento de combustible a la zona norte provincial.
Al respecto, el legislador señaló que “de acuerdo a las declaraciones de los trabajadores y de los propios gerentes de la empresa Yaganes, la Provincia se comprometió a otorgar cuatro permisos de pesca para la explotación de centolla”, por lo que “ante este nuevo incumplimiento, hay 80 trabajadores que están por perder su única fuente de ingreso, además de perjudicar al resto de la sociedad, que ya empezó a registrar desabastecimiento de combustible, ante las medidas de bloqueo en el puerto de Caleta Paula”.
“Si desde el Gobierno se les aseguró el apoyo y otorgamiento de permisos de pesca a esta empresa –continuó el Diputado– para que pueda radicarse y generar puestos de trabajo, lo mínimo que debe hacer Gilmartin, es venir a Caleta Olivia, poner la cara y resolver esta situación”, teniendo en cuenta que la Subsecretaría de Pesca y Actividades Portuarias se encuentra acéfala desde el pasado 25 de octubre, cuando su titular Raúl Mella renunció al cargo denunciando corrupción y connivencia del Gobierno con empresarios del sector, y por lo que ambos fueron citados al Parlamento para brindar explicaciones.
Finalmente, Contreras aseveró que “la sociedad ya no aguanta un conflicto más a partir de la inoperancia de funcionarios que no están a la altura de las circunstancias, y de un Gobierno Provincial que no logra planificar el desarrollo de las actividades económicas con sustentabilidad y garantizando los puestos de trabajo”, concluyó.
Así las cosas, la semana se inicia en un clima de gran tensión en Santa Cruz, agobiada por conflictos de diversa índole. La empresa Yaganes evalúa y analiza un posible retiro de la inversión en Santa Cruz ante el destrato por parte del gobierno provincial, que además a estas alturas no ha demostrado vocación por zanjar la situación, lo cual hace peligrar un centenar de empleos; y son los propios trabajadores quienes se pusieron a la cabeza en la defensa de la fuente laboral.
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